“Tiempo de escribir”, de editorial La Crujía, es un compilación de ensayos de autores varios donde cada capítulo “funciona como razón o como excusa para hablar del origen, los procesos, la materia y el soporte de aquello que escribimos. Para responder a las preguntas del comienzo o elaborar otros interrogantes. Y para poner en práctica la propia escritura”.

Seguido de una introducción a cargo de Fernanda Aren, el libro se compone de seis capítulos que abordan distintas temáticas sobre la escritura y sus técnicas, herramientas y desafíos.

Así, Paula Tomassoni se encarga del primer capítulo, titulado “La forja (o el taller de escritura)”, que empieza directo con una pregunta que parece simple pero entraña eternas discusiones: ¿se puede enseñar a escribir literatura?

En el segundo ensayo, “Escribir sobre escritos: el fantasma de las lecturas silenciosas”, Juliana Ricardo plantea tres preguntas iniciales: ¿por qué un escritor debería ser un buen lector?; ¿qué entendemos por ser un buen lector a la hora de escribir?; ¿cómo influyen las lecturas en la escritura? Las posibles respuestas a los interrogantes dan un panorama que supone múltiples visiones e inquietudes.

“Mientras escribo. Reflexiones y desafíos en torno a la escritura”, que parafrasea el título del mítico Stephen King, es el capítulo que aborda Marina Elberger. Según avisa la misma autora, pretende alejarse del “tono amable y claro de anfitrión que invita a su lectura” para decir que la escritura se trata de “embarcarse en un proceso imposible de evitar, en el que puede pasar muchas cosas y llegar a sitios desconocidos, sobre todo, para quien escribe”.

Silvia Lobello, en el capítulo cuarto, “La ortografía: una mirada más allá de las reglas”, aborda una temática muchas veces olvidada en libros sobre el arte de escribir, como si se asumiera que un escritor es de por sí infalible en cuanto a ortografía. “Saber ortografía, ¿es lo mismo que saber escribir?”, dice uno de los subtítulos del ensayo. En el desarrollo, Silvia Lobello dejará varias dudas despejadas.

Hacia el capítulo quinto llega el momento de abordar una temática actual, la de “Escribir en tiempos digitales”, un ensayo a cargo de Vanina Estévez. En este espacio se destaca la incidencia que tiene el mundo digital a la hora de la comunicación y cómo las nuevas formas de escribir modifican o prescinden de la ortografía y la sintaxis, prácticas lingüísticas propias de esos espacios. También se encarga brevemente de analizar una novedad dentro de la novedad, la llegada de la inteligencia artificial generativa y los desafíos que enfrentan los escritores ante el auge de esta nueva tecnología.

En el sexto y último capítulo, el más extenso y titulado “Crear (en) un territorio imaginario”, Jimena Dib se permite recorrer la escritura de relatos de viaje. Analiza distintas producciones de viaje y propone lecturas para la comprensión de su origen. Se trata de un capítulo que no se detiene en el marco teórico sino que propone un juego interactivo, en el que brinda consignas para la escritura y ofrece diferentes recursos para ser utilizados por el lector al momento de emprender su propia escritura.

Las autoras

Fernanda Aren es licenciada en Letras y especialista en Procesos de Lectura y Escritura por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires.

Jimena Dib es doctoranda en Educación, especialista principal en Procesos de Lectura y Escritura y licenciada y profesora en Letras.

Marina Elberger es licenciada en Ciencias de la Educación por la Universidad de Buenos Aires y escritora.

Vanina Estévez es profesora y licenciada en Ciencias de la Educación por la Universidad de Buenos Aires.

Silvia Lobello es profesora para la Enseñanza Primaria y licenciada en Ciencias de la Educación por la Universidad de Buenos Aires.

Juliana Ricardo es licenciada en Letras y magíster en Ciencias Sociales con orientación en Educación.
Paula Tomassoni es profesora de Literatura y escritora.

“Tengo hasta ahí”

“Tengo hasta ahí. Escribir para chicos y chicas”, escrito por Florencia Gattari y con prólogo de Laura Wittner, es otra de las novedades de noviembre de editorial La Crujía. El libro se suma a la exitosa colección Ser escritor, una serie de libros sobre el arte y el oficio de escribir donde “la escritura se pone en el centro de la escena con el objetivo de ensayar sobre su origen, su trasfondo, sus derivas y sus direcciones”.

En “Tengo hasta ahí”, la autora se hace preguntas que invitan a reflexionar: ¿qué es lo infantil en un libro? ¿Qué es un libro para niños? Arriesga y ensaya respuestas y avisa que nada es definitivo.

El texto está impregnado de recuerdos de su propia infancia y la de otros, anécdotas, lecturas, conversaciones con pacientes que le sirven de trampolín para dejar la marca de este libro: “un texto bocón, que habla sin saber pero igual habla, porque una pregunta puede ser también compañía, una nota pedal a la que una se sube para andar, para dejarse trabajar por dentro”.

“Tengo hasta ahí” es un libro para atesorar en el escritorio de trabajo de cualquier escritor, para buscar referencias a la hora de escribir ficción.

Florencia Gattari nació en Buenos Aires en 1976. Es licenciada en Psicología por la Universidad de Buenos Aires y se formó en el Centro de Salud Mental Nº3 Arturo Ameghino. En 2007, ganó el premio El Barco de Vapor Argentina y comenzó a publicar literatura para chicos y chicas. Entre sus títulos están: “Vestido nuevo”, “Nadar perrito”, “Yo y la noche”, “Bruno a las patadas”, “Flor de Loto”, “Navegar la noche” y “Perra lunar”. También escribió la crónica familiar “Tan temprano” y el guion del largometraje “Vicenta”. Obtuvo el reconocimiento destacado de Alija y una mención en los Premios Nacionales por su cuento “Historia de un pulóver azul”. Actualmente, se dedica a la actividad clínica, a la escritura y a la coordinación de talleres literarios.