Una mujer trans de 30 años fue detenida en la plaza Rocha en momentos en que vendía drogas y al conocerse su identidad se confirmó que tenía una condena previa por distribuir junto a su pareja una importante cantidad de cocaína en la entonces zona roja de la ciudad.

La imputada dijo llamarse Amada Correa, pero en verdad era Yojana Marleny Leiva Mejía. Quedó una vez más a disposición de la fiscalía de Estupefacientes que inició un proceso penal por el delito de suministro de drogas con fines onerosos.

La detención de la noche del jueves fue realizada por personal policial del Gabinete Técnico Operativo de la comisaria primera, con la colaboración de personal del Comando de Patrulla y personal Drogas Ilícitas en las proximidades de la esquina de 20 de Septiembre y San Martín. Desde hace algunos días funciona por las noches un despliegue de seguridad para evitar la proliferación de ese tipo de actividades.

A pesar de eso, la mujer trans de 30 años hizo un “pasamanos” con un hombre de 33, al que le entregó cocaína a cambio de dinero. Los policías apostados allí observaron la maniobra y procedieron a detenerla.

Al ser requisada, la “dealer” tenía en su poder otro envoltorio negro con clorhidrato de cocaína.

Minutos más tarde, al verificarse su identificación, se estableció que era la misma mujer trans protagonista de un caso judicial resonante tiempo atrás. Y que a pesar de haber recibido una condena a 4 años y 6 meses de prisión, no había cambiado su vida. Seguía inmersa en el narcomenudeo.

Aquel caso

El 20 de abril de 2018 una persona llegó hasta la fiscalía de Estupefacientes y denunció que en una cochera de un edificio de Colón al 2300 había un Renault Megane en el que escondían cocaína. Y que el dueño del auto y su pareja, una mujer trans, guardaban droga en un departamento.

Al allanarse el edificio, se comprobó que todo era cierto. En el auto había cerca de 4 kilogramos de cocaína ocultos en un guardabarros y casi la misma cantidad distribuidas entre el departamento, un bolso que llevaba la mujer y otro el hombre.

Secuestro tras el allanamiento de 2018.

Este, al ser indagado, dijo que la droga no era de él y que se ofrecía como arrepentido para delatar a su proveedor, que en realidad era otra mujer trans.

En un primer momento la Justicia aceptó la figura de imputado arrepentido y se aprestaba a mejorar su situación durante el juicio, tal como lo estipula la ley. E incluso detuvo a las dos mujeres señaladas por el “dealer”. Sin embargo con el correr de las audiencias se comprobó que todo era una falsa acusación y ambas mujeres fueron absueltas.

El “dealer”, identificado como Patricio Ignacio Correa, finalmente no recibió ningun beneficio sino una pena de 7 años de prisión.