Entre la alegre tarantela brotando del acordeón de Giuseppe, el aroma de una salsa de tomate casera impregnando el aire, las hierbas, el queso y el vino, la tradicional fábrica de pastas artesanales marplatense “Don Francisco” celebró este domingo sus 50 años años de vida cocinando en la vereda para los clientes y vecinos del barrio.

En Luis Agote casi Juan Díaz de Solís, en inmediaciones del puerto de Mar del Plata, la casa matriz de esta emblemática fábrica abrió sus puertas en 1956. Pero fue en octubre de 1974, hace exactamente medio siglo, cuando Abel y Martha Viva le dieron continuidad, perfeccionaron y profesionalizaron su funcionamiento. El nombre de la firma continuó a modo de homenaje, debido a que los abuelos y padres de ambos lo ostentaron.

El espíritu de la celebración de este domingo fue bien italiano: compartir pastas con la gente del barrio. La convocatoria fue todo un éxito, y sumó a otros emprendedores locales con degustaciones de gin, vino y quesos, con la colaboración de Esteban Usai, responsable de la cantina El Rey del Calzone, y el conductor Mariano Iúdica, quien se unió a la actividad.

El irresistible aroma que atrajo a todo el barrio provenía de una gran olla instalada a las puertas de la fábrica, donde se cocinaban Casarecce, una pasta originaria del sur de Italia, acompañada de una salsa de tomate. Pan, queso, aceite de oliva, limón, hierbas aromáticas y vino fueron los complementos ideales para este almuerzo, que, además, fue transmitido a todo el país por el programa “Argentina Cocina” en C5N, con un móvil en vivo.

En diálogo con LA CAPITAL, Hernán Viva, hijo del matrimonio a cargo de “Don Francisco” y responsable de una de las sucursales, comentó: “Celebramos 50 años preparando y compartiendo pastas con el barrio, junto a mi viejo, que está acá desde el principio. Muchos amigos nos acompañan, incluso algunos que vinieron desde Mendoza. Nos encanta retribuir todo el apoyo que los clientes han brindado a mis padres en este emprendimiento”.

La familia de los creadores, firmes en la fábrica y detrás del mostrador este domingo, se agrandó con la llegada de los hijos que, a medida que fueron creciendo, recorrieron su camino hasta confluir en la empresa familiar. La empresa logró la sinergia entre lo artesanal y el volumen demandado por las ventas afuera de los mostradores.

Hernán tiene actualmente 49 años, casi la misma edad que la fábrica de sus padres que marcó su vida. “Soy de 1975 y, como suelo decir con mis amigos, nací adentro de una bolsa de harina. Siempre estuve acá, donde empezó todo, metido en la cocina, hasta que con los años abrí la sucursal de Hipólito Yrigoyen y Rawson, mientras que mi hermano (Marcos) tiene la de Constitución”, contó.

Abel y Martha Viva, junto a su hijo Hernán y el conductor Mariano Iúdica, dentro de la fábrica.

Desde el interior de la fábrica, donde nació la magia de “Don Francisco”, Abel y Martha Viva, siempre atentos a cada detalle, agradecieron “el apoyo constante de los clientes” en estos 50 años de historia, profundamente arraigados a la identidad de Mar del Plata, que este año celebra su 150° aniversario y se destaca cada vez más por su rica oferta culinaria y emprendedores que abrieron el camino de muchos que han posicionado a la ciudad como un gran polo gastronómico nacional.