Se presumía que podía llegar una sanción de este tipo. Los repudiables incidentes ocurrido en el último clásico entre Quilmes y Peñarol del viernes 4, generaron todo tipo de acciones y reacciones. No era para menos. Y aunque la Agencia de Prevención de la Violencia en el Deporte (Aprevide) reconoció la postura de ambas instituciones en favor de erradicar estos hechos aislados pero penosos, de todas manera aplicó un castigo que seguramente significará un duro golpe para las economías de los dos conjuntos. Y, necesariamente debe llamar a la reflexión.

Mérito pura y exclusivamente de los violentos que se autoproclaman “hinchas” de uno y de otro, el perjuicio monetario son sólo se traduce en los daños causados en el estadio que tendrán que pagar Peñarol y Quilmes, sino también en la pena aplicada, de jugar tres partidos como local a puertas cerradas y seis en total sin público partidario de “milrayitas” y “tricolores”.

Así se desprende del comunicado emitido por el organismo provincial a los dos clubes, en el que describe los incidentes ocurridos, señala que los hechos constituyen una violación a las normas de seguridad vigente y que en virtud de todo ellos “se ha determinado una sanción de seis (6) fechas sin público cuando el equipo de básquet masculino participe en el Liga Nacional/Liga Argentina, siendo que tres (3) eventos deportivos en los que actúen como local serán a puertas cerradas, sin la presencia de público, mientras en las otras tres (3) fechas, en condición de visitante, no podrán ingresar sus simpatizantes”.

Además, la comunicación establece que en caso de que se jueguen partidos amistosos, se aplicará la misma condición pero no será tomado como una fecha para descontar de la sanción impuesta.

Por lo demás, Aprevide evaluará las siguientes medidas en virtud del comportamiento, actitud y compromiso de los hinchas y comisión directiva.