El economista Lorenzo Sigaut Gravina, director de análisis macroeconómico de la consultora Equilibra, analizó que aumentar los recursos universitarios como plantea la ley del Congreso tiene un “costo fiscal bajo” para el país.

En una entrevista con la agencia Noticias Argentinas, el economista se refirió a la Ley de Financiamiento Educativo, la situación fiscal del país y las medidas que el gobierno de Javier Milei podría tomar en respuesta a los desafíos económicos actuales.

Al hablar de la discusión sobre la Ley de Financiamiento Educativo, Sigaut Gravina aseguró que tiene un “costo fiscal bajo” en términos del Producto Interno Bruto (PIB).

A pesar del veto presidencial, el Congreso podría reunir los votos necesarios para ratificar la ley.

Ante esta posibilidad, el economista afirmó que el impacto fiscal no sería significativo, pero enfatizó la importancia de definir “de dónde saldrán esos recursos” para cubrir esta nueva demanda en el presupuesto.

Aunque no se trata de un costo elevado, para Sigaut el desafío radica en reorganizar las partidas presupuestarias para asegurar que estos fondos no comprometan otros sectores clave de la economía.

A su vez, recordó que ya se han implementado ajustes importantes, pero destacó que, aunque los primeros meses del año reflejaron los impactos más duros de las medidas de ajuste, “el nivel de actividad se ha estabilizado y comienza a recuperarse lentamente”.

No obstante, advirtió que la presión social podría aumentar si las promesas de recuperación económica no se materializan pronto.

El economista también analizó el equilibrio entre el ajuste fiscal y el descontento social, al señalar que el gobierno de Milei ha logrado un respaldo importante a pesar de las medidas de austeridad, pero advirtió que ese apoyo podría ser efímero.

“Inicialmente, la sociedad acompañó al presidente, incluso en las decisiones más duras, pero llega un momento en que la gente empieza a preguntar: ¿hasta cuándo?”, explicó.

Este agotamiento social se refleja en indicadores como la caída de la clase media. En la Ciudad de Buenos Aires, la clase media ha disminuido de representar el 55% de la población hace siete años a apenas el 37-38% en la actualidad.

Esta contracción erosiona el poder político del gobierno, generando preocupación en el ámbito empresarial y en los mercados sobre la viabilidad de medidas como la salida del cepo cambiario.

En cuanto a la posibilidad de levantar el cepo cambiario, Sigaut Gravina reconoció las dificultades que enfrenta el gobierno. La estrategia de utilizar un tipo de cambio oficial bajo para frenar la inflación ha sido efectiva hasta cierto punto, pero advirtió que esto genera otros problemas.

“El tipo de cambio real se ha apreciado mucho, pero no lo suficiente”, explicó, agregando que la inflación sigue siendo elevada y que las expectativas no han mejorado significativamente.

Para el economista, la dependencia de las reservas del Banco Central y la falta de un ingreso de capital sólido complican el panorama.

“El Banco Central tiene muy pocas reservas, y la única forma de financiar el déficit es con trabajo o mediante capital externo, como ya se hizo en 2017 durante el gobierno de Mauricio Macri”, señaló.

Sin embargo, advirtió que esta estrategia es riesgosa, ya que podría generar presiones cambiarias en el futuro cercano.