Un joven fue condenado por dos robos a mano armada y por haber usado el celular de una de las víctimas para sacarle el dinero de su billetera virtual para transferirlo a su pareja.

En un juicio abreviado en el Tribunal Oral N° 3, el juez Juan Manuel Sueyro condenó a Malcom Ismael Rivera a la pena de 3 años y 8 meses de prisión por los delitos de “robo agravado y robo agravado por el uso de arma cuya aptitud para el disparo no resultó debidamente acreditada”.

Además, como Rivera contaba con una pena anterior impuesta en abril de 2021 por el Juzgado de Responsabilidad Penal Juvenil de 3 años de prisión de ejecución condicional por los delitos de “robo doblemente agravado por su
comisión en poblado y en banda y por el uso de arma de fuego sin aptitud para el disparo acreditada” y “robo doblemente agravado por su comisión en poblado y en banda y por el uso de arma de fuego sin aptitud acreditada”, el juez Sueyro resolvió unificarle las condenas a una única de prisión efectiva de 4 años y 6 meses.

El primero de los robos por los cuales Rivera fue condenado ocurrió el 30 de junio de 2023, cuando él junto a dos hombres más, robaron una moto Brava que estaba estacionada en Roca al 1000. En esa oportunidad, un hombre vio por las cámaras de seguridad de su casa como tres delincuentes se subían a la moto de su hermana y, tras romper el traba volante, intentaron arrancarla para finalmente llevarla a tiro.

El hombre llamó al 911, describió los delincuentes a la policía y les narró que se habían escapado por Roca hacia Viamonte. Con esa información, personal del Comando de Patrullas recorrió la zona y detuvieron a Rivera, que se llevaba a tiro a la moto de la víctima.

Si bien Rivera fue detenido en esa oportunidad, recuperó la libertad y a los dos días volvió a robar. El 1 de julio de 2023, cerca de las 18, en Diechmann y Los Quebrachos, Rivera amenazó con un arma de fuego a un automovilista y le robó 8000 pesos y el celular.

El siguiente 9 de julio, Rivera transfirió ilegítimamente 7000 pesos, que eran propiedad de la víctima, al utilizar el celular robado y la cuenta de Mercado Pago que estaba allí, para enviarle desde esa billetera virtual dinero a su pareja.

La hija de la víctima fue quien logró atar los cabos sueltos: la joven vio el nombre de una mujer a la que le habían hecho la transferencia y entró al perfil de Facebook. Al revisarlo, entre las fotos que aparecían, la víctima del robo reconoció a un joven, que estaba etiquetado como Malcom Rivera, por lo que se contactaron con la policía y le mostraron todas las pruebas.

Para el juez, “la demostrada participación de Rivera en el robo lo coloca en contacto directo con el teléfono que se utilizó en la concreción del hecho, y todo ello, al relacionarlo con el beneficio que obtuvo con la operación electrónica, configura un cuadro probatorio suficiente para afirmar su participación”.

El finalmente, en la sentencia el juez Sueryo no consideró que existieran agravantes, pero descartó los atenuantes planteados por la defensa, que expusieron que Rivera contaba con un “buen concepto”.

Para el juez, el buen concepto de Rivera “no es tan así”, ya que se trata de una persona “que ya ha cometido delitos de menor”. “En este pronunciamiento también tengo ante mí un conjunto de hechos criminales, y ciertamente, son varias las personas que del acusado no tiene buen concepto”, finalizó.