El Tribunal Oral Nº 1 condenó a José Luis Liberti (23) a 18 años de prisión por asesinar a golpes a un niño de 2 años que era hijo de su pareja, el 24 de septiembre de 2014 en Balcarce.
Los jueces Aldo Carnevale, Pablo Viñas y Alexis Simaz consideraron clave la declaración del médico legista Gerardo Chiodetti, para determinar la autoría del crimen de Dylan Stio. Es que el caso se esclareció en virtud de la participación del forense, quien echó por tierra la versión esgrimida por el asesino.
Durante una de las audiencias del juicio, Liberti sostuvo que al menor lo había matado su propia madre, tras arrojarlo contra la baranda de una cama. En tanto, la mujer -ex pareja del hombre ahora condenado- manifestó que ella no se encontraba en su casa al momento del hecho, sino que había salido por casi media hora.
Como del caso no había testigos presenciales, fue clave la reunión de pruebas indiciales. Entre ellas, la más importante fue la evaluación del crimen realizada por Chiodetti.
Es que, de acuerdo a lo que expusieron en la sentencia los magistrados, la declaración del médico legista fue contundente y no dejó lugar a dudas: por el tipo de lesiones que la causaron -entre ellas, la rotura del hígado-, la muerte de Stio no se puede haber producido nunca como lo señaló Liberti.
Según el hombre condenado, el menor había fallecido producto del ataque de su madre o por las maniobras de reanimación que él mismo le hizo cuando lo vio descompensado. Sin embargo, Chiodetti, tras consultar bibiliografía especializada, desechó al versión.
Conforme lo expuso en su intervención durante el debate, el médico confirmó que en el mundo se han presentado más de dos millones de casos de muertes similares, y ninguna fue causada por los motivos expuestos por Liberti.
Es decir, prácticamente no existen posibilidades de que una persona -de la edad que sea- pueda sufrir la rotura de hígado producto de un golpe contra una cama como el descrito por el hombre. Tampoco como consecuencia de maniobras de reanimación, por pequeño que sea su cuerpo.
En esos lineamientos se basaron los jueces para condenar a Liberti, quien además presentaba antecedentes por violencia de género. En este caso, la víctima había sido la madre del niño, y la novedad es que los magistrados tomaron eso como agravantes.
“La sentencia tiene mucha importancia porque se valoró como agravante la conducta de golpeador del imputado, y porque es otro caso que se resuelve gracias a la medicina legal”, dijo el fiscal Rodolfo Moure, quien había solicitado prisión perpetua para Liberti. Y, en ese marco, agregó el relato de su preocupación por el estado de la mencionada profesión forense.
“Veo con preocupación que nos estamos perdiendo de profesionales que son como Chiodetti por los bajos sueldos que se pagan, por eso existe la necesidad de jerarquizar la profesión del médico legista”, especificó.
Cabe destacar que Carlos Mira, el abogado de Liberti, había pedido la absolución por considerar que la autoría del crimen por parte de su defendido no estaba probada.

El crimen

El crimen de Dylan Stio ocurrió en Balcarce y desde un principio tuvo como acusado a Liberti, un individuo violento al que ni su madre pudo soportar. Es que en los inicios del proceso se le había otorgado arresto domiciliario en la casa de su progenitora pero ésta denunció golpes y amenazas de muerte. Por ese motivo, Liberti llegó al juicio detenido.
Enre las 8 y 8.20 del miércoles 24 de septiembre de 2014, en el interior de una precaria vivienda de calle 104 al 700 de Balcarce, Liberti le propinó una feroz paliza al niño, que era el hijo de su pareja. Para ello se aprovechó que la madre del niño se había dirigido a una sala de salud con el objetivo de buscar un turno para hacer atender al pequeño.
A raíz de la golpiza recibida, Dylan presentó equimosis y hematomas en la región craneal y tronco, fractura de hueso radio derecho, metafisaria distal en tallo verde, compresión de cuello de intensión asfíctica, desgarro de la vena cava y hepático, todo lo cual le provocó un shock hipovolémico que le causó la muerte casi en forma inmediata.