En el marco del expediente que lleva adelante la Justicia Federal para determinar actividades ilícitas vinculadas al juego on line clandestino y al contrabando de teléfonos celulares se profundizó la investigación por llamativos viajes entre miembros de la Aduana y el principal líder de la organización.

Con el propósito de probar los vínculos que Fabián Di Julio había consolidado con quienes deben controlar que no exista comercio ilegal proveniente del extranjero, el juez Santiago Inchausti y la fiscal Laura Mazzaferri avanzan en una causa que generó gran preocupación en la Aduana, al punto tal de presentarse como querellante.

Di Julio es sindicado como el jefe de la organización dedicada a mover grandes sumas de dinero producidos por la venta de telefonía ingresada al país ilegalmente y reinvertida en el mundo de las criptomonedas.

Tal como lo informara ampliamente LA CAPITAL, la investigación en torno a esta banda comenzó gracias a una denuncia anónima

El 9 de mayo pasado, tres días después de los 20 allanamientos en Mar del Plata, y la detención de varias personas, efectivos de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) aguardaron dentro el Aeropuerto de Ezeiza la llegada de un vuelo de American Airlines procedente de Miami.

En ese avión, entre otros tantos pasajeros, estaban Gabriel Beain, Juan Pablo Tubio, Alejandro Verón y Juan Rozada, y los uniformados los interceptaron en momentos en que hacían los trámites migratorios para reingresar al país. A pesar de que los cuatro estaban investigados en la causa, solo Verón y Beain quedaron detenidos. Sin embargo, con el arribo de ese avión los investigadores establecieron la solidez de las relaciones entre un grupo de particulares y empleados de la Aduana, como Beain quien, no solo trabajaba en dicha repartición como verificador, sino que además era el delegado del SUPARA, Sindicato Único del Personal Aduanero.

A Verón la Justicia lo considera uno de los hombres más cercanos a Di Julio en la matriz operativa de la organización para generar ganancias con el contrabando de teléfonos, con el juego on line para luego ingresarlas en un blanqueo moderno: el de las criptomonedas.

Ese viaje duró unos pocos días, del 2 al 9 de mayo y tuvo por destino la ciudad de Miami, donde los tres hombres disfrutaron de la playa y el buen clima. La Justicia cree también que fue un viaje “de negocios”.

Se estableció que se alojaron en un departamento en Miami en un barrio cerca del aeropuerto y que quien se encargó de pagar el alojamiento fue Juan Pablo Rozada, que osciló entre 70 y 100 dólares por la cantidad de días y que, en el caso de Beain, este luego le abonó a Rozada.

Lo llamativo fue que ese viaje solo fueron Beain, como empleado de Aduana, Verón y Rozada, pero casualmente estaba en el mismo avión Juan Pablo Tubio. Consultado Beain si sabía por qué volvió en el mismo vuelo dijo que ellos venían en ese vuelo y Tubio se sumó para presentarse ante la justicia porque sabía que lo mencionaban “en allanamientos”.

Pero no fue el único viaje que se detectó en la prolija investigación: en marzo de 2023, Fabian Di Julio, el empleado de la aduana y sindicalista Beain, y los socios del primero, Rozada y Juan Pablo Tubio, realizaron una salida del país muy especial por tratarse de adultos. Fueron al maravilloso mundo de Disney. El propio Beain lo confirmaría en su declaración indagatoria al sostener que esa vez fueron a los parques acuáticos, al Parque Universal Studios y tuvieron varias salidas a cenar.

Estas relaciones son las que ahora investiga la Justicia, ya que a Di Julio se lo acusa de liderar una banda que contrabandeaba mercadería, y para ello tener gente conocida en la Aduana supone una gran ventaja.

Cabe decir que el juez Inchausti dictó a principios de junio el procesamiento con prisión preventiva de Franco Di Julio, Lucas Andrade, Nahuel Saraco, el propio Beain y Víctor Alejandro Verón. Además, extendió el mismo dictamen para Fabián Di Julio, padre de Franco, que en ese momento estaba prófugo.

Sebastián Ariel Coronel Olguín, Matías Ezequiel Cedrón, Pablo José Tubio y Agustín Miglierina fueron procesados sin prisión preventiva.

Verónica Scrosoppi, la mujer de Di Julio padre, Jonathan Ali, y el del despachante de aduana Facundo Santiago fueron citados a indagatoria.

Precisamente este jueves. Scrosoppi declaró ante Inchausti y personal de la fiscalía N°3 a cargo de Laura Mazzaferri.

Para la Justicia esta organización movió cerca de 8 mil millones de pesos desde 2021. Ese monto descomunal de dinero, traspasado a dólares en operatorias de criptomonedas, es ahora parte de la investigación para establecer su origen, aunque todo se orienta a las ganancias obtenidas en la venta de dispositivos electrónicos y telefónicos de alta gama como Iphone y Xioami, además de la administración de juegos de azar on linea. Vale decir que la venta de artículos tecnológicos no tiene nada ilegal, excepto que su procedencia sea del contrabando. Con las apuestas on line, lo mismo. Para la Justicia está claro que este grupo de personas no tenía autorización y además había creado la página www.teambplay.com, mediante la utilización fraudulenta de la marca “BPlay” perteneciente al grupo Boldt SA.