1. ¿Cuándo y cómo empezó tu acercamiento a la escritura?

Cuando era chico había muchos libros en casa, aunque no tantos de ficción. Esas fueron mis primeras lecturas; lo que vino después, por eso, me parece un desenlace fatal. Hoy se habla mucho acerca de cómo fomentar la lectura. Hasta donde sé, una biblioteca y el ejemplo de alguien leyendo alcanza y sobra. Los libros tienen una gravitación que no requiere conjuros.

2. ¿A quiénes considerás como tus maestros?

Intento seguir la tradición de la literatura fantástica argentina, así que mis monstruos sagrados son Borges, Cortázar y Bioy. Por propiedad transitiva, eso me vuelve un heredero forzoso de Poe. Después, por supuesto, hay decenas de escritores que me han influenciado, pero supongo que esos cuatro nombres sobran para dar una idea de qué se puede llegar a encontrar alguien si comete el error de asomarse. Ensayé otros géneros, es cierto, pero en mis historias siempre hay algo que no encaja, una grieta en la porcelana.

3. ¿Tenés alguna rutina para escribir?

Al no ser profesional escribo cuando puedo y sólo si siento que un argumento vale la pena el esfuerzo. Soy bastante haragán y mis ideas no suelen entusiasmarme mucho, así que esa modesta conspiración de eventos no se da muy a menudo. Aun así, soy esclavo de ese dilema del que ningún escritor parece estar libre: cuando no escribo, me siento culpable, y cuando escribo, una gran satisfacción y un infinito fastidio por tener que hacerlo se alternan de modo esquizoide. Escribir requiere de una paciencia y un nivel de atención que son casi ajenos a la neurosis de hoy.

4. ¿Cómo presentarías tu libro a alguien que todavía no lo leyó?

Mi libro reúne dos novelas breves: “El secreto del lobo” es decididamente fantástica, con ribetes de terror, y “La furia del gitano” se acerca más al policial negro, aunque no pude con mi genio y tiene algo de sueño o de pesadilla. La primera cuenta la historia de un gaucho que lucha contra un monstruo que empieza a cobrar vidas en su pueblo; la segunda, las desventuras de un gitano que debe salvar a su hija secuestrada, mientras lo persigue la justicia por un crimen que, previsiblemente, no cometió. El factor común entre ambas es la acción y la aventura.

5. ¿Cuál fue el origen del libro?

Al principio, “El secreto del lobo” era un guión de cine que escribí por el mero placer de escribirlo, emulando algunas películas que me habían impactado en la infancia. Como me gustó el resultado final, decidí transformarlo en una novelita. Después, pasó algo que nunca pasa, por lo menos, no a mí: apenas terminé de escribirla, se me ocurrió la historia de “La furia del gitano”. Supongo que por eso esta otra heredó el ritmo cinematográfico de su hermana. Me gusta pensar en el libro como esas funciones en continuado que existían todavía en los ochenta en algunos cines de barrio. Por eso y porque creo que las dos historias se complementan, de un modo en que yo mismo no me sé explicar, es que quise publicarlas juntas.

6. ¿Podrías describir una zona del texto que sea tu favorita?

Del “El secreto del lobo” me quedaría con un flash back en el que el protagonista y su madre descubren el cadáver de una oveja en el campo mientras montan a caballo. De la otra, con el encuentro del gitano con un linyera en un galpón abandonado; al escribir ese capítulo sentí la felicidad infantil del que hizo una travesura.

7. Si tuvieras que elegir a un personaje literario con el cual te identifiques, ¿a quién elegirías y por qué?

Soy un melancólico incurable: el personaje con el que siempre me sentí identificado es Enrique Nevers, el protagonista de “Plan de evasión” de Bioy Casares, ese que “ha reconocido que era un héroe totalmente inadecuado a las catástrofes que le ocurrían”. Los días terribles, por suerte los menos, esa sensación de equívoco me hace sentir un poco como Bartleby.

8. ¿Por qué escribís?

Escribo porque una buena historia puede darnos el orden que el mundo no tiene y, con eso, la esperanza y hasta la certeza de que ese orden es posible. En muchos momentos horribles de mi vida, la perfección de un cuento o un poema era un aliciente para seguir adelante; me gustaría que algo mío significara lo mismo para alguien. Trato de contar historias de un modo claro e inteligente y busco, sobre todo, que el lector las disfrute. No escribo para la mesita de luz. Nunca entendí a los colegas que dicen escribir para ellos y que no les importa si el resultado final le gusta a los demás. Qué raro es eso, ¿no? Como si uno mismo, al leer, no fuera ya un otro. Cuando a alguien no le gusta lo que escribí, lo vivo como un fracaso, y no concibo mayor premio para un escritor que ser leído con placer.

9. ¿Un libro para recomendar?

Muchos y la mayoría muy obvios, pero como sé que los lectores confían en encontrar algo nuevo en estos cuestionarios, voy a tratar de nombrar algunos un poco fuera del radar: “Vidas imaginarias” de Marcel Schwob, “Once” de Patricia Highsmith, “Puck de la colina de Pook” de Rudyard Kipling, “El hombre enterrado” de Ross Macdonald, “De noche, bajo el puente de piedra” de Leo Perutz, “Buenos días, tristeza” de Françoise Sagan, “Bocetos californianos” de Francis Bret Harte, “Manigua” de Carlos Ríos, “Autobiografía de Irene” de Silvina Ocampo, “La especialidad de la casa” de Stanley Ellin… Y bueno, podría seguir a perpetuidad, avanzando con la certeza de que la lista es, cada vez, más incompleta y arbitraria.

10. ¿Estás trabajando en algún proyecto de escritura actualmente?

Lamentablemente, no. Cada tanto, tacho y vuelvo a poner alguna coma de un texto inédito. Hace uno o dos meses terminé dos cuentos con los que estoy bastante contento, pero después de eso, nada: esperar.
Ficha técnica

Ficha del libro

“El secreto del lobo – La furia del gitano”
Federico Liste
Mar del Plata
Gogol Ediciones
2024

Biografía del autor

Federico Liste nació en Parque Patricios, Buenos Aires, en 1975, pero vivió en Mar del Plata casi toda su vida. Es autor de las novelas “Naufragio de una sombra” (2017), “El secreto del lobo” (2024) y “La furia del gitano” (2024), de la obra de teatro “Ecce Homo” (2019), y del volumen de cuentos “Olvidar Praga” (2021). En Argentina, recibió el Premio Osvaldo Soriano de Cuento 2011 y el Premio de Novela Azabache 2015, y en España, el Premio Rafael Guerrero de Teatro Mínimo.