‘Los tíos de Sicilia’: reeditan un libro imprescindible para entender a Sciascia
Es la obra en la que el escritor italiano alcanza su plena madurez como escritor y en la que su talento de tejedor de historias brilla en su estado más puro.
Leonardo Sciascia.
Por Alicia García de Francisco
No se cumple ningún aniversario, pero la editorial Altamarea reedita ahora uno de los libros esenciales y a la vez menos conocidos de Leonardo Sciascia. Cuatro relatos o novelas cortas componen ‘Los tíos de Sicilia‘, una pequeña joya para redescubrir y entender a uno de los grandes escritores del siglo XX.
En su primera publicación en 1958 contaba con tres cuentos: ‘La tía de América‘, ‘La muerte de Stalin‘ y ‘El cuarentayocho‘, a los que se añadió ‘El antimonio‘ en una reedición de 1960. Un libro que se publicó por última vez en España (Max Tusquets) en 2001 y que llegará el 4 de septiembre a las librerías españolas -más adelante a las latinoamericanas- con una nueva traducción.
‘Los tíos de Sicilia’ “es la obra en la que Sciascia (Agrigento, 1921-Palermo, 1989) alcanza su plena madurez como escritor y en la que su talento de tejedor de historias brilla en su estado más puro”, afirma la editorial.
Un escritor que también fue periodista, político, experto en la Mafia y, sobre todo, un crítico atroz de la corrupción y la violencia, con un compromiso social y político que se unían de forma indisoluble con el amor por su Sicilia natal.
“Yo creo en los sicilianos que hablan poco, en los pobres que nos saludan con gesto cansado, como desde una lejanía de siglos… Este pueblo necesita ser conocido y amado por lo que calla, por las palabras que guarda en el corazón y no pronuncia”, señala uno de los personajes de Sciascia en ‘El cuarentayocho’.
Una frase que resume a la perfección el espíritu de ‘Los tíos de Sicilia’ y de toda la obra de un autor que fue uno de los eternos candidatos al Nobel de Literatura y que dejó obras maestras en las que mezclaba ficción y realidad de manera magistral.
Uno de los ejemplos más claros es el de ‘El caso Moro’ (1978), que se publicó poco más de un año después del secuestro y asesinato del que fue primer ministro de Italia en dos ocasiones, Aldo Moro, a manos de las Brigadas Rojas.
Una obra que casi puede calificarse de novela negra, un género en el que también destacó Sciascia, con títulos como ‘El caballero y la muerte’, ‘El día de la lechuza’ o ‘El contexto’.
‘La desaparición de Majorana’, ‘A cada cual lo suyo’, ‘Todo modo’, ‘1912+1’, ‘Una comedia siciliana’ o ‘Cándido o un sueño siciliano’ fueron otros de los títulos de un autor que con los relatos de ‘Los tíos de Sicilia’ estableció los elementos esenciales de su narrativa, como apunta Altamarea.
“La atención a los detalles, la perenne confrontación entre Sicilia y el mundo, la pérdida de la inocencia, la denuncia de los poderosos y la lucidez para captar las paradojas, los engaños y las burlas de la historia con su inconfundible humor negro” son los rasgos de la que fue la quinta obra publicada por Sciascia.
Un estilo regado con un elegante sentido del humor, lleno de ironía y de un fino análisis de hechos como la infancia de un niño siciliano durante la Segunda Guerra Mundial en ‘La tía de América’ o la vida de un comunista en ‘La muerte de Stalin’.
‘El cuarentayocho’ se desarrolla en el final de la época de los Borbones en Nápoles en el siglo XIX y ‘El antimonio’ en la Guerra Civil española, con un recorrido por Cádiz, Málaga, Madrid, Guadalajara.
“Y a decir verdad, de la palabra de Franco yo tampoco me hubiera fiado, corrían retratos de Franco joven que parecía san Luis Gonzaga con bigotito, pero yo lo había visto de cerca, más viejo y siempre con el aire del hombre que acaba de rezar…”, dice el protagonista del relato, un minero siciliano voluntario para luchar con las tropas franquistas.
A través de sus palabras, Sciascia deja clara su postura política. “Franco tenía la cara regordeta y lisa, y los ojos siempre mirando al cielo” o “Mejor aquel general que hablaba todas las tardes por la radio y con el que los españoles se divertían como en una comedia. Queipo de Llano se llamaba”, son algunas de las agudas observaciones que contiene un libro imprescindible para entender al autor.
EFE.