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Tecnología 10 de agosto de 2024

La IA como aliada en la batalla contra la ciberdelincuencia

La sofisticación y el volumen de los ataques DDoS han aumentado exponencialmente, impulsando la búsqueda de soluciones tecnológicas robustas.

Los ataques DDoS (Denegación de Servicio Distribuido) han emergido como una de las amenazas cibernéticas más insidiosas y destructivas en la era digital. Estos ataques, que sobrecargan los servidores y redes con tráfico masivo, tienen el objetivo de interrumpir el acceso a servicios y aplicaciones, causando pérdidas económicas y dañando la reputación de las empresas.

En los últimos años, la sofisticación y frecuencia de los ataques DDoS han aumentado drásticamente, impulsados por la disponibilidad de herramientas de ataque más avanzadas y la creciente dependencia de las empresas en la infraestructura digital.

En respuesta, las organizaciones han intensificado sus esfuerzos para protegerse, adoptando tecnologías avanzadas como la inteligencia artificial (IA) para detectar, mitigar y prevenir estos ciberataques de manera más efectiva.

“Existen varios tipos de ataques DDoS, los ataques de volumen consisten en sobrecargar la red de la víctima con lo que en un principio parece ser tráfico legítimo hasta desbordar el sitio con tráfico errante, lo que da lugar a una funcionalidad deficiente o desconexión por completo del sitio web. .de la red de la víctima con una gran cantidad de tráfico, son los más comunes. Otro tipo son los ataques de protocolo, que explotan debilidades en las capas de protocolo de red. Y por último los ataques de capa de aplicación se dirigen a aspectos específicos de una aplicación o servicio, como el protocolo HTTP o el código SQL”, explicó Pablo Gagliardo, vicepresidente de Noventiq Latinoamérica.

En este sentido, la inteligencia artificial (IA) se ha convertido en un aliado crucial en la lucha contra los ataques DDoS, gracias a su capacidad para analizar grandes volúmenes de datos y detectar patrones anómalos en tiempo real. La IA puede aprender y adaptarse continuamente a nuevas amenazas, mejorando la precisión y rapidez de la respuesta ante ciberataques.

Entre las formas más comunes en que la IA combate los ataques DDoS se encuentran las siguientes:

La detección temprana: implica el uso de algoritmos de machine learning para identificar patrones de tráfico inusuales que podrían indicar un ataque DDoS inminente.

La mitigación automatizada: permite que los sistemas respondan instantáneamente a estas amenazas, bloqueando IPs sospechosas, limitando la tasa de solicitudes o redirigiendo el tráfico malicioso antes de que pueda causar daño significativo.

La adaptación dinámica: se refiere a la capacidad de la IA para ajustar continuamente sus modelos y estrategias en función de las nuevas tácticas empleadas por los atacantes, asegurando una defensa más robusta y flexible.

La IA: Una moneda de dos caras

“Si bien la IA es una herramienta poderosa en la lucha contra los ataques DDoS, también puede ser utilizada por los ciberdelincuentes para amplificar sus ataques o evadir los sistemas de detección. Los cibercriminales están empezando a utilizar IA para mejorar la eficacia de sus ataques, haciendo que sean más difíciles de detectar y mitigar. Por ejemplo, la IA puede ser utilizada para generar tráfico malicioso que imite el comportamiento del tráfico legítimo, dificultando la tarea de los sistemas de defensa para diferenciar entre ambos. Esta dualidad presenta un desafío significativo para los profesionales de la ciberseguridad, quienes deben estar continuamente mejorando sus estrategias y tecnologías para contrarrestar el uso malicioso de la IA”, agregaron desde Noventiq.

La revolución de la IA en la industria de la ciberseguridad ha traído consigo tanto beneficios como desafíos. Por un lado, ha mejorado significativamente la capacidad de las organizaciones para defenderse contra ciberataques, proporcionando herramientas más avanzadas y eficaces. Sin embargo, también ha facilitado la evolución de tácticas de ataque más sofisticadas. En este contexto, se espera que la colaboración continua entre desarrolladores de IA, profesionales de la ciberseguridad y entes reguladores, garantice que las innovaciones tecnológicas se utilicen de manera ética y efectiva para proteger el ciberespacio.