Un desarmadero de Batán fue allanado en las últimas horas y la policía secuestró allí numerosas autopartes de procedencia dudosa.

El operativo fue realizado por personal de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) local, bajo las órdenes de la fiscal Lorena Hirigoyen, y en el marco de una causa caratulada “Encubrimiento agravado”. El procedimiento tuvo lugar en el cruce de las calles 122 y Yupanqui, y cuatro hombres quedaron imputados por dicho delito, aunque no se tomaron medidas restrictivas de su libertad.

Según informaron fuentes de la fuerza, en el lugar los pesquisas se incautaron de dos guardabarros delanteros, un tablero instrumental perteneciente a un automóvil marca Volkswagen Gol, dos ópticas traseras de un Renault, una guantera y una tapa de guantera de un Peugeot 206, dos baguetas interiores, una consola plástica porta estereo de un Chevrolet Corsa, una palanca cambios Servo, frenos y bomba de frenos de un Ford, un paragolpes trasero de otro Renault, un caño escape de un Ford, un paragolpes delantero aparentemente de un Chevrolet Corsa, dos puertas de color rojo de otro Renault, una parrilla de plástico de un Fiat, una masa con semieje, una caño escape completo de un Volkswagen, dos ópticas traseras un Renault más, y un frente falso de chasis de color gris.

Los uniformados también secuestraron dos paneles de puertas y un chasis (habitáculo) perteneciente a una camioneta Kangoo, con la parte delantera cortada sin motor, ni interior, ni numeración registral (suprimida),  y un teléfono celular que será peritado próximamente.

La causa a cargo de la fiscal Hirigoyen se había iniciado el 1 de agosto pasado, tras la recepción de información sobre el lugar. Conforme la denuncia preliminar, en dicho domicilio de Batán se llevarían a cabo actividades ilícitas “respecto al corte y la venta de autopartes de vehículos de procedencia incierta”.

En esa línea, los efectivos de la DDI comenzaron a investigar el sitio y reunieron distintas pruebas que, tras ser presentadas en la Justicia de Garantías, derivaron en un permiso otorgado por la misma para la realización de un allanamiento, que se consumó este martes.

De acuerdo a los datos obtenidos por LA CAPITAL, los uniformados certificaron fehacientemente que en el domicilio funcionaba un taller clandestino donde se “cortaban automotores” ,y luego sus autopartes se vendían en el mercado negro. Por ese motivo, los cuatro moradores del inmueble en cuestión quedaron imputados y serán investigados formalmente.