Por Miguel Guglielmotti, concejal de Unión por la Patria

La iniciativa de Montenegro de instalar un bar de gin en la zona lindante al predio del Faro de la Memoria coloca sobre la superficie el debate de fondo sobre el uso del espacio público, el planeamiento urbano, el valor de los derechos humanos y con ello, la calidad de la democracia en la que queremos vivir las y los marplatenses.

En efecto, en un artilugio que ya conoce antecedentes, se busca promover un negociado para un privado a través de una entidad fomentista por un irrisorio canon que más se parece a una asignación directa y entrega del patrimonio. Se rifa un espacio público por $250 mil por mes.

En la iniciativa se hace referencia a un bar de gin. Nuestra posición en nada se opone al desarrollo de una industria en crecimiento como es la del gin en la ciudad; muy por el contrario ponemos a disposición nuestros equipos técnicos para producir transferencia tecnológica en materia de ubicación y rentabilidad para dichos desarrollos.
Nos oponemos al lugar por varias razones.

-Lugar de Memoria, Verdad y Justicia. El predio del Faro de la Memoria evoca los oscuros tiempos de la dictadura: allí se secuestró, se torturó, se desapareció. El compromiso y la coherencia de los organismos de derechos humanos de la ciudad lo ha transformado en un lugar de vida y esperanza donde el dolor muta por el amor. Nos parece de una crueldad enorme la iniciativa de Montenegro que sin lugar a dudas, lo presenta como un negacionista más de un gobierno que busca torcer la verdad histórica y con ello, vaciar a la democracia argentina de uno de sus principales logros: su defensa irrestricta de los derechos humanos sintetizado en la expresión: NUNCA MÁS.

-Espacio de proyectos interinstitucionales y multidisciplinarios. Hace tiempo que el espacio en su conjunto es objeto de reflexiones participativas de organizaciones, grupos, académicos que buscan darle, en el marco de su objeto principal, una proyección social, cultural, comunitaria que lo enriquezca y complemente. Dos antecedentes, uno de 2008 y otro de 2021/22 dan cuenta de la creación de un espacio integrado al barrio y a la ciudad donde articules un instituto de ciencias del mar, un centro de acceso a la justicia, un parque de las infancias, un centro de formación laboral en nuevas tecnologías, en fin un lugar de cultura, trabajo y encuentro donde hubo un centro clandestino de tortura y muerte.

-Espacio de construcción comunitaria y no de instalación unilateral y autoritaria. Estos proyectos fueron elaborados por organizaciones de la sociedad civil en articulación con centros académicos. La Facultad de Arquitectura de nuestra universidad pública tuvo un rol preponderante con sus docentes y alumnos, lo mismo que el CONICET y sus investigadores y los equipos del ex MTEYSS. Este formato, propio de la comunidad organizada, habla por sí mismo del tipo de democracia en la que queremos vivir nosotros, nuestros hijos, nuestros nietos.

Se trata de la calidad democrática de nuestra querida ciudad donde aspiramos a que primen los valores de la verdad, la justicia, la cultura, la ciencia por el individualismo egoísta y descarnado.

Hay proyectos vigentes para ese espacio, hay memoria en un sitio declarado como tal, hay voluntad de construir colectivamente.

Durante la Comisión de Legislación en el Concejo Deliberante participaron miembros de la Universidad, de los Organismos de Derechos Humanos y vecinos y vecinas de la zona sur. Quedando claro la ratificación por parte de la Universidad de su proyecto integrador. También se pudo saber que la Sociedad de Fomento que interviene en el proyecto del oficialismo, no convocó a una asamblea para suscribir ningún convenio, por lo cual incumplió con el estatuto.

A pesar de los testimonios de las víctimas que estuvieron detenidos en dicho espacio, los concejales oficialistas aprobaron que el expediente avance a la próxima sesión. Ni los testimonios crudos de quienes fueron secuestrados y torturados en esas tierras los sensibiliza.

Las acusaciones de ciudad del no, corren por cuenta de quien las pronuncia. Sepa el pueblo marplatense que son mentiras.