CORDOBA.- La racha de Peñarol, impotente para superar la confusión cordobesa, se terminó en el Polideportivo “Carlos Cerutti”. El equipo marplatense arrancó en ventaja, pero no fue inteligente para administrarla. Atenas, dominante en la pintura, logró reponerse y se impuso 85-77 por la Liga Nacional de Básquetbol.

La historia empezó muy favorable para Peñarol, dominante con su defensa y certero con sus envíos exteriores. Reed tuvo su racha habitual de movida y Giorgetti, con tres de tres en tiros de tres puntos, lideraron una ofensiva que fluía naturalmente a partir de la correcta conducción de Juan Pablo Figueroa.

Atenas, nervioso, no la metía de afuera y chocaba casi siempre que iba adelante.

El equipo de Richotti se situó enseguida 10-2 y manejó algunos motivos esa diferencia con solvencia. Sin embargo, paulatinamente, los cordobeses abrieron una brecha interior en la defensa peñarolense y Roquez Johnson, de tremendo primer tiempo, comenzó a gravitar poderosamente en la pintura.

Así el equipo local achicó la brecha (17-22) a la hora del primer descanso.

Una ráfaga positiva de Roy Booker de cinco puntos le permitió a Peñarol sacar una máxima luz (29-19) de diez puntos. Pero no la pudo sostener. De las dos rotaciones, la cordobesa fue la más productiva.

De todos modos, la gran diferencia estuvo cerca de los cristales. Atenas barrió a Peñarol de la pintura con la polenta de Johnson, la jerarquía de Mickeal y el oficio de Mikulas. El conjunto de Miravet, además, estabaleció una gran diferencia en la lucha por los rebotes en esa primera parte: 21-10. Las conversiones tras recobre ofensivo fueron otra arma importante para los locales, que terminaron 42-40 al frente en el primer tiempo.

Esa tendencia se mantuvo en el inicio del tercer cuarto y Atenas escapó a 47-40. Hasta que Richotti, harto de que le tomen rebotes y le conviertan cerca del canasto, dispuso un cambio a defensa zonal.
Peñarol confundió totalmente a los locales, de flojo porcentaje exterior sin un “2” natural, con ese cambio. Con la pareja labor de Alejandro Diez y los aciertos ya más espaciados de Reed, remontó la cuesta y emparejó totalmente el trámite.

Pero Peñarol no aprovechó ni la confusión ni las urgencias cordobesas. Los pasos adelante en la elaboración de juego de los últimos partidos de Mar del Plata esta vez no se percibieron. La corrección inicial de Figueroa se fue diluyendo, ni Marcos ni Valinotti realizaron aportes de juego y Booker alternó más malas que buenas.

Ausente la generación de juego, desabastecidos los internos, el equipo de Richotti lo apostó todo a la puntería de Reed. Así estuvo palmo a palmo hasta los cinco minutos finales.
Sin embargo, cuando Atenas tomó una pequeña luz, Peñarol volvió al hombre. Y ahí el equipo local lo destruyó con su poderío fìsico y con la velocidad de desplazamientos del puertorriqueño De Jesús, de muy buen debut.

El equipo “milrayitas” dejó pasar una buena oportunidad de anotarse un triunfo significativo como visitante. Atenas le cortó la racha. e terminar