Por Bruno Verdenelli
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Esfuerzo y sacrificio. Ambas palabras se reiteran en el relato que Sofía Rivadeneira hace a la hora de explicar cómo es su vida hoy en España. Si bien extraña Mar del Plata, la joven de 21 años, jugadora de la Selección Argentina de handball, no duda de que fue correcta la decisión que tomó a comienzos de 2021, cuando después de terminar el colegio eligió irse de la ciudad para buscar su futuro profesional en el deporte que ama desde que era niña.

Precisamente en las inmediaciones del Instituto Gutenberg, donde realizó sus estudios primarios y secundarios, le dice a LA CAPITAL que ese lugar se transformó en “un punto de partida importante” para ella, porque allí descubrió “este hermoso deporte”.

“Acá me inicié. Acá comenzó todo. Yo juego al handball desde que tenía 12 años. Al principio hacía gimnasia artística y a los 11, 12 años me cambié a handball. Y después de mucho entrenamiento en Mar del Plata, y de haberme ido a jugar a Buenos Aires, fui convocada en la Selección Argentina”, recuerda.

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Acto seguido a ese rápido resumen, conecta la secuencia con su actual vida de inmigrante en Elda, un pueblo cercano a Alicante: “El año pasado surgió la posibilidad de que me contrate un club, así que estoy viviendo allá y dedicándome al handball”, sintetiza.

Era agosto de 2023 y Sofía ya había jugado en Acha, en Mar del Plata; Cideco y Sedalo, en Buenos Aires; Martorell, en Barcelona; y Vikhammer, en Noruega. También había integrado la Selección Argentina desde infantiles hasta la categoría mayor. Entonces, Elda Prestigio se fijó en ella y, por medio de una representante, la contrató.

“Emigrar para ser profesional fue una decisión muy difícil de tomar, en conjunto con mi familia. Implicó muchísimo esfuerzo y sacrificio, y muchísima responsabilidad también. Lo pude lograr con muchísimos años de entrenamiento, esfuerzo, de irme a vivir afuera, sacrificar un montón de juntadas con mis amigas, de ver a mi familia… Pero ahora estoy dedicándome a lo que tanto amo y todo trajo su recompensa”, reconoce.

De vacaciones en Mar del Plata debido a que la Selección Argentina no clasificó a los Juegos Olímpicos de París, Sofía aprovecha para pasar la mayor cantidad de tiempo con sus padres, su hermano, sus primos y sus amigas. “Es principalmente lo que más extraño allá. El hecho de compartir con ellos, caminar por la costa, ir a tomar unos mates a la escollera… Pero poder volver un tiempito a mi ciudad y que todo siga igual es una alegría enorme y también un mimo al alma”, expresa.

La Costa Blanca, Milei y Messi

A pesar de la distancia, Sofía manifiesta que se siente a gusto en su nuevo hogar, debido a que encuentra allí ciertas reminiscencias de “La Feliz”. “Yo vivo Elda. Es un poco más chico que Alicante, que me hace acordar un montón a Mar del Plata, porque tenemos playa, costa… Y quieras o no, te hace extrañar un poquito menos la ciudad. Además, hay muchos argentinos viviendo en España, incluso hay dos compañeras mías en el equipo, así que se hace llevadero”, describe.

En relación al trato que recibe de parte de los lugareños y de otros extranjeros que viven en la llamada Costa Blanca, tampoco tiene quejas. “Lo que más me preguntan es sobre Milei, la economía del país y Messi, obviamente”, indica y sonríe.

De todos modos, la zurda que juega de lateral y suele sorprender con sus ataques sorpresivos que terminan el gol, cree que su vida en el exterior es temporal. Tiene los límites que marque su aventura deportiva. Mientras, estudia Marketing a distancia en la UADE, carrera que había comenzado cuando se mudó al barrio de San Telmo, en la ciudad de Buenos Aires.

La joven de 21 años integra la Selección Argentina y tiene contrato con el club español Elda Prestigio.

En ese aspecto, subraya que le encantaría “volver a vivir en Mar del Plata”. “Extraño un montón, pero primero quiero seguir formándome como jugadora, seguir formando parte de la Selección Argentina, seguir estudiando y superándome día a día para en un futuro, cuando sea el momento, volver a vivir en esta ciudad”, concluye.