Las dos embarcaciones pesqueras más grandes que ha construido la industria naval argentina en los últimos 60 años son de Mar del Plata y ambas se encuentran en el agua. Se trata del “Luigi”, en actividad hace casi un año, y ahora el “Anita”, que fue presentado este viernes en un emotivo acto en Escollera Norte por sus desarrolladores, la firma Solimeno y SPI Astilleros.

“Ha sido un largo recorrido de cuatro años con mucho trabajo, y hoy nos llena de orgullo presentar esta embarcación equipada con tecnología de última generación que muy pronto saldrá a navegar y que es un hito enorme de la industria naval”, dijo Antonio Solimeno en diálogo con LA CAPITAL desde la cubierta del “Anita”, momentos antes de la ceremonia.

A casi un año de la presentación del “Luigi” en el mismo lugar, este viernes en la Escollera Norte hubo emociones, reconocimientos a quienes hicieron posible este nuevo hito de la industria naval y una reivindicación del esfuerzo, el compromiso y la confianza para hacer realidad estos dos buques gemelos construidos con mano de obra marplatense.

La presentación oficial contó con la presencia de funcionarios municipales y provinciales, el director del Multimedios La Capital, Florencio Aldrey, el fundador y la presidenta de SPI Astilleros, Horacio Tettamanti y Sandra Cipolla respectivamente, Domingo Contessi en representación del astillero Contessi, los senadores Gustavo Pulti y Pablo Obeid, concejales y autoridades de la pesca, la industria, la Prefectura Naval Argentina y la Armada, entre otros.

“Tony” Solimeno junto al director de Multimedios LA CAPITAL, Florencio Aldrey.

La Banda de la Armada Argentina musicalizó el acto y, tras los discursos y la bendición de la embarcación, a cargo del Padre Miguel Cacciutto, cura párroco de la iglesia Sagrada Familia, se rompió una botella de champagne en la proa, como marca la tradición de las botaduras.

Ambos buques gemelos miden 39,96 metros de eslora y 11.50 metros de manga. Su construcción se desarrolló en las instalaciones de SPI Astilleros y su “know how” surgió del talento de los profesionales que integran la oficina técnica de Solimeno, donde se pensó “hasta el más mínimo detalle” de su funcionamiento y el confort para la tripulación.

De última generación

Estas “joyas” de la industria naval fueron construidas con mano de obra local y tecnología de última generación en sus radares, equipos de pesca, sensores de red y guinches automatizados, y se incorporan a la flota de otros 12 barcos que ya tiene en actividad Solimeno Hermanos.

En diálogo con LA CAPITAL, Solimeno detalló que si bien el “Anita” y el “Luigi” son dos barcos gemelos construidos por el Astillero SPI, “la diferencia entre ambos es que el Luigi es congelador marisquero“, mientras que “el Anita es un barco multipropósito para pescado fresco, principalmente merluza” que “está preparado para el abastecimiento de nuestras plantas industriales en tierra”.

“El equipamiento de estos barcos es de última generación y no tiene nada que envidiarle al de los barcos que se hacen en otras partes del mundo”, comentó, con orgullo, el responsable de Solimeno e Hijos, quien como de costumbre estuvo acompañado por su familia, su hermano Luis, y el equipo de trabajo de la empresa.

Dentro de su núcleo cercano, se destacó a Ángel Solimeno, quien fue designado como capitán del “Anita” y llevará las riendas de esta embarcación que, se estima, saldría a pescar en poco más de un mes, una vez que se concluyan los trámites legales, entre ellos los certificados de navegación, los permisos de pesca y la matrícula.

Reconocimiento a Ángel Solimeno, el capitán del “Anita”.

También hubo una mención especial y un reconocimiento durante el acto para Alberto Celestino Procelli, un trabajador que cumplió 50 años dentro de la empresa Solimeno, y a quien Tony le entregó una distinción públicamente y destacó la tradición familiar de la firma. “Llevó durante años la contabilidad y las relaciones públicas, y ahora están comenzado su hijo y su nieto, por lo que la historia continúa”, destacó el empresario.

Antonio Solimeno junto a Alberto Celestino Procelli, trabajador con 50 años de antigüedad en la firma Solimeno.

Sinergia y emoción

Tanto Solimeno como el astillero SPI reconocen que no podrían haber hecho realidad la construcción de estos buques por sí solos, y por eso destacan el trabajo conjunto entre ambas empresas.

Las primeras conversaciones comenzaron un sábado, hace cuatro años, casi como “un sueño” (así lo define Sandra Cipolla, presidenta de SPI), y hoy, en agosto de 2024, el “Luigi” y el “Anita” son una realidad y están en el agua.

Solimeno reflexionó al respecto: “Los proyectos de este tipo llevan tiempo. No es ir a una concesionaria un viernes y salir el lunes con el producto, no es un auto. Esto comenzó hace cuatro años, con las primeras charlas, se trabajó mucho con los ingenieros de las oficinas técnicas de Solimeno, juntamente con el equipo de SPI y se aprovechó la sinergia”.

“Con el Luigi llevamos unas ocho mareas con óptimos resultados y esperamos que esto se repita con el Anita. Creemos que en poco más de un mes estaría navegando”, dijo el empresario y contó que, en principio, contará con una tripulación de unas 20 personas, aunque tiene capacidad y comodidades para albergar hasta a 34 tripulantes con instalaciones de máximo confort.

La consolidación de un proyecto genera satisfacciones entre sus protagonistas. Pero para Antonio Solimeno, suma una cuota de emoción extra: Luigi y Anita son los nombres de su papá y su mamá, quienes hace un siglo emigraron desde Italia hacia Argentina.

A “Tony” Solimeno le quebró la voz este viernes en el Puerto al ver concretado este sueño. “Anita era mi madre y me llena de orgullo este barco con su nombre. Es una vida de trabajo y esfuerzo. Para mi familia tiene un valor enorme”, dijo emocionado, sin poder continuar.

Su padre, Luigi, emigró desde Italia en 1935 y continuó con el espíritu emprendedor y la cultura del trabajo de la familia en el Puerto en Mar del Plata, donde comenzó a hacer historia en 1942. “No podría estar más orgulloso de continuar ese legado”, dijo Solimeno.

Satisfacción y orgullo

Sandra Cipolla es la presidenta de SPI Astilleros y de la Asociación Bonaerense de Industria Naval. Emocionada por haber culminado ambos barcos y llegar a la presentación del “Anita”, habló con LA CAPITAL y dijo que ambos barcos gemelos son “de excelencia en todo sentido”.

“Al llegar a este día siento mucha satisfacción y orgullo. Es como un éxtasis que no alcanza a terminar. Nos da una satisfacción enorme porque lo hemos hecho contra viento y marea, y al ver el producto terminado toma una dimensión diferente”, dijo la presidenta del astillero, quien sumó palabras de agradecimiento para el fundador de SPI, Horacio Tettamanti.

Sandra Cipolla, presidenta de SPI Astilleros.

“Ha llevado mucho trabajo, con más de 160 personas trabajando, con más de 20 talleres y empresas. Construir este tipo de barcos es todo un proceso y es parte de la identidad portuaria y marplatense, por lo que haberlo logrado nos genera una enorme emoción”, reflexionó Cipolla desde la cubierta del “Anita”.

A su vez, expresó: “Nos genera mucha alegría el equipo de trabajo que conformamos con Solimeno. Todo hizo que fluyera a pesar de las adversidades macroeconómicas. Hay mucho compromiso a futuro para seguir bregando por que este tipo de construcciones se sigan haciendo en Argentina, porque podemos hacerlo. Queríamos innovación y tecnología, y lo tenemos; lo logramos juntos”.

Para la industria naval, se trata de un “gran logro” en tiempos complejos, donde además se avecina un debate clave por el vencimiento de las cuotas de pesca.