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La provincia de Buenos Aires, en sus distintas regiones y atractivos escenográficos, ofrece opciones de escapadas para ingresar en el mundo de la vitivinicultura, vivenciar el proceso productivo y degustar diferentes cepas acompañadas por exquisitos manjares regionales.
El vino bonaerense con sus tonos y aromas invita a experiencias singulares. La diversidad de los paisajes, climas y suelos donde se cultivan las diferentes variedades de uvas permiten la elaboración de excelentes vinos, cada uno de ellos con el sello distintivo de su zona geográfica.
Las bodegas brindan circuitos de enoturismo que incluyen visitas guiadas, catas dirigidas, charlas técnicas, cosecha de las vides, recorridos por las fincas y gastronomía temática con maridaje.
Un poco de historia
La vitivinicultura en Argentina tiene siglos de historia y conocimientos que van desde los pueblos originarios, a los colonos y a la posterior imnigración europea, mayoritariamente de origen español e italiano.
Una de las primeras producciones de vino argentino tuvo lugar en Santiago del Estero, ubicada al norte del país. La versión de los hechos más difundida cuenta que, en el siglo XVI, un cura conocido como padre Cedrón fue el pionero en ingresar y cultivar la vid para celebrar la eucaristía.
Su expansión continuó con los jesuitas en Córdoba, Santa Fe, Misiones y Buenos Aires. De esta manera la Provincia fue, hasta principios del siglo XX, una de las mayores productoras de vino nacional hasta que en 1934, mediante la ley nacional 12.137, se prohibió la vitivinicultura en territorio bonaerense y en otras regiones. Este hecho, truncó la prosperidad de las plantas y el desarrollo de esta industria.
En el siglo pasado, a mediados de la década del noventa, la restricción quedó sin efecto y poco a poco, hijos de inmigrantes y nuevos interesados se propusieron impulsar nuevamente la actividad.
Hoy, treinta y cuatro localidades bonaerenses poseen proyectos vitivinícolas con diferentes etapas de progreso.
Regiones vitivinícolas bonaerenses
Quienes arriban desde el exterior a Capital Federal no necesitan viajar cientos de kilómetros o tomar otro vuelo para llegar a bodegas de primerísima calidad. La provincia de Buenos Aires ofrece opciones de enoturismo en todo su territorio. Se trata de sitios perfectos para las personas que aman el buen comer y buscan vivenciar novedosas experiencias: elaboración de los vinos argentinos y degustación in situ. Además, son destinos ideales para escapadas emocionantes dentro de la Provincia.
Sudoeste: la zona se caracteriza por los vientos oceánicos y continentales que favorecen el desarrollo de las cepas malbec, pinot noir, cabernet franc, tempranillo, cabernet sauvignon, tannat, merlot, sauvignon blanc y chardonnay.
Los establecimientos para visitar son Bodega Saldungaray en Tornquist, Aleste Bodega & Viñedos en Villarino, Ita Malal en Saavedra; Cercano Sur en Coronel Suárez, y La Catalina en Coronel Pringles.
Centro: la variedad de uvas predominantes en este lugar son carmenere, cabernet franc, merlot, syrah, pinot noir, chardonnay, gewurztraminer, sauvignon blanc y semillón. Aquí los vinos adquieren las características de las sierras de Tandilia y los vientos del Atlántico.
En Tandil es posible recorrer la bodega Cordón Blanco, en General Pueyrredón el establecimiento Trapiche Chapadmalal con Costa y Pampa, y La Blanqueada en Las Flores. En Balcarce, en tanto, está ubicada Puerta del Abra, que por ahora no recibe visitas. En la zona hay muchos otros proyectos, incluso alguno que este año dará a conocer sus primeros vinos.
Norte: en el límite con la Ciudad Autónoma de Buenos Aires crecen las uvas tannat, syrah, pinot noir, marselán sauvignon blanc, chardonnay y la uva vitis labrusca, en sus variedades isabella y niágara, que crecen en la ribera berissense.
La finca Don Atilio en Cañuelas, Bodega Gamboa en Campana y la Cooperativa de la Costa de Berisso desarrollan las actividades vitivinícolas de la zona que incluyen paseos turísticos.
Noroeste: En Junín, finca Las Antípodas cultiva las variedades malbec y cabernet franc, que se adaptaron muy bien a la zona.
Viñedos en los pueblos turísticos
La finca Don Atilio funciona en el Pueblo Turístico Uribelarrea, municipio de Cañuelas, y es una opción ideal para visitar durante los fines de semana. El establecimiento abrió sus puertas al turismo en diciembre de 2017: paseo por los viñedos, charlas sobre el proceso de elaboración en la bodega y degustación de vinos con una picada.
Bodega Saldungaray, ubicada en el Pueblo Turístico Saldungaray, partido de Tornquist, fue pionera en la producción vitivinícola serrana, con vinos jóvenes como el cabernet franc. También producen espumantes como un pinot noir y otros varietales: chardonnay sauvignon blanc y malbec, que adaptan las características del microclima local. En el bar del lugar ofrecen picada artesanal y una tentadora fondue acompañadas por una copa de vino.
Experiencias
La finca más cercana a Capital Federal es Casa Gamboa Viñas & Bodega, ubicada a menos de 70 kilómetros, en el KM 65 de la Ruta Panamericana, municipio de Campana. Son cuatro hectáreas de uvas cabernet franc, pinot noir, malbec, pinot gris y cinco cepas adicionales, sobre un suelo arcilloso.
Allí proponen picnic en el viñedo, degustación de quesos y vinos, recorrido y participación en la vendimia, restaurante abierto sábados y domingos, con reserva previa, que incluye paseo guiado, eventos privados con un fogón.
Otra opción cercana es la Cooperativa de la Costa de Berisso, con pequeñas producciones familiares, en avenida Montevideo 6420. Cada año, en julio, se encargan de organizar y celebrar la fiesta provincial Vino de la Costa.
Visitas guiadas a la quinta de los productores, relato sobre la producción de uvas y otras frutas, recorrido por la planta elaboradora y charla técnica, forman parte de una experiencia sensorial destacada
Sobre dos hectáreas de syrah, merlot, sauvignon blanc, pinot noir y tannat, a 90 kilómetros de Capital Federal, y a 8 kilómetros del Pueblo Turístico Uribelarrea, en Paraje a La Noria 300, Cañuelas, se encuentra la Finca Don Atilio.
Con reserva previa, los sábados y domingos de todo el año, la visita guiada propone paseo por la bodega, degustación de tres vinos y picada con empanadas.
Emplazada en calles Garibaldi y Querandíes, partido de Junín, a 260 kilómetros de la Capital Federal, Finca Las Antípodas, tiene cepas malbec y cabernet franc que se pueden degustar los fines de semana con fiambres regionales.
Charla explicativa sobre el proyecto, alojamiento en containers con vista a la finca y, un día del fin de semana, abre las puertas sin costo para quienes quieran conocer la bodega y pasar la tarde en la finca. Solo se paga lo que se consume.
Cordón Blanco, en Tandil, está a 350 kilómetros de CABA, sobre calle Galicia 1150, con vinificación de carmenere, syrah, sauvignon blanc, semillón, merlot y cabernet franc.
El recorrido por los viñedos con degustación a cargo del enólogo Matías Lucas tiene una duración de dos horas.
En Las Flores, Bodega La Blanqueada, elabora vinos artesanales con uvas seleccionadas, entre los que se destaca el merlot – cabernet sauvignon. Un proyecto familiar que lleva cuatro generaciones en la zona y recibe a turistas en una galería donde exhiben herramientas enológicas antiguas provenientes de Italia. Charlas, almuerzos, catas, degustaciones, cenas y visitas guiadas.
En Chapadmalal, distrito de General Pueyrredón, a 430 kilómetros de Capital, Trapiche Chapadmalal es uno de los viñedos más cercanos a la costa atlántica, donde se elaboran los vinos y espumosos Costa y Pampa.
Permanece abierto de miércoles a domingos, y feriados, de 9 a 17, con visitas guiadas por la bodega y los viñedos que incluyen distintas opciones de degustación en la Estancia Santa Isabel.
Myl Colores se encuentra a 530 kilómetros de Capital, en las Sierras de Pillahuinco, Coronel Pringles, donde cultivan 2,5 hectáreas de viñedos, a 303 metros de altura sobre el nivel del mar con varietales uva malbec, chardonnay, pinot noir y tannat. Se especializan en espumantes de alta gama.
La casa cuenta con tres habitaciones en suite con vista a la viña. Desde octubre comienzan las visitas guiadas y degustaciones por el viñedo.
A 570 kilómetros de Capital, en Saldungaray, Tornquist, 20 hectáreas de vides pertenecen a Bodegas Saldungaray: sauvignon blanc, chardonnay, pinot noir, malbec, merlot, tempranillo, cabernet sauvignon y cabernet franc.
Abre de jueves a domingos y feriados durante todo el año, con visitas guiadas, catas dirigidas y tienda de vinos.
Al Este Bodega & Viñedos, Médanos, Villarino, funciona en el kilómetro 732 de la Ruta 22, en un predio de 300 hectáreas, a 680 kilómetros de Capital.
Produce unas 60.000 botellas al año, entre malbec, cabernet sauvignon, merlot, tannat, syrah, tempranillo, petit verdot y su uva estrella, chardonnay, y ofrece visitas gratuitas de lunes a viernes de 7 a 15 y los sábados hasta las 12. No hace falta reservar.
En Abra del Hinojo, Saavedra- Pigüé, Ita- Malal Bodega y Viñedos cultiva chardonnay, sauvignon blanc, merlot y cabernet cauvignon. Permanece abierta de lunes a lunes y, con reserva, realiza visitas y catas dirigidas.
Cercano Sur, está ubicada a 6 kilómetros de Espartillar, partido de Coronel Suárez. Con una capacidad para 15.000 litros y una sala de estiba que puede guardar 5.000 botellas, allí elaboran y fraccionan vinos de alta gama.
El viñedo está dentro de un campo con denominación de Policultivo Orgánico, certificado por OIA a nivel nacional e internacional por se cultivan en el mismo lugar olivos, almendros y viñedos: malbec, cabernet franc y tannat.
Además, tiene un espacio para más de treinta personas donde se realizan eventos y una casa para alojar huéspedes.
Cabalgatas entre sierras y viñedos
Además de sus magníficas bodegas, la región serrana propone cabalgatas por sus bellos entornos naturales con increíbles puestas de sol y exquisitos manjares elaborados artesanalmente. Los municipios de Tornquist y Tandil sorprenden con propuestas encantadoras para vivirlas en familia o con amigos.
Luego de visitar la bodega de Cordón Blanco y antes de que baje el sol, una opción popular entre turistas son los paseos a caballo. Durante la travesía, se experimenta la vida de campo desde la arriada y la ensillada con relato sobre referencias históricas, geológicas y características de la flora y fauna. Concluye con un fogón final emotivo, entre guitarreadas y platos gastronómicos deliciosos.
El viñedo del Pueblo Turístico Saldungaray, enmarcado por las sierras, resulta como salido de una postal. Para culminar el circuito enoturístico, cabalgar en Villa Ventana, donde se ubican los cerros más altos del territorio bonaerense, el Tres Pico y Napostá, la vegetación es tupida y los brazos de agua atraviesan el camino, resultará un recuerdo que quedará grabado por siempre en las retinas. Las travesías guiadas a caballo se realizan sobre los márgenes del Arroyo Belisario con circuitos que duran entre treinta minutos y una hora.
Vinos y playas
Luego de disfrutar una vuelta por la bodega Trapiche Costa y Pampa, nada mejor que terminar la jornada en las playas amplias y tranquilas de “Chapa”, partido de General Pueyrredón, un lugar ícono del turismo argentino: numerosos balnearios, bosques de pinos e imponentes acantilados. Se puede disfrutar del mar desde las barrancas, realizar largas caminatas, surfear y retratar los paisajes icónicos.
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