Marcelo “Machi” Sotelo hoy tiene 39 y está, una vez, más preso. A diferencia de los dos homicidios que cometió en la primera década del siglo, hace algunas cayó detenido “apenas” por participar en el robo de una camioneta.

Personal de la DDI Mar del Plata realizó este viernes un allanamiento en una casa del barrio San Jorge donde reside Sotelo, a quien la justicia ya lo había condenado por los crímenes de una mujer y de su hijo a dos penas de 13 y 16 años de prisión.

El hecho por el cual ahora volvió a quedar en manos de la Justicia ocurrió en Rivadavia al 9300 el pasado 29 de junio, cuando un hombre se aprestaba a ingresar su camioneta Nissan Frontier a su domicilio. Al descender para abrir una puerta fue interceptado por seis delincuentes, tres de los cuales estaban armados. Entre todos le robaron la camioneta y se dieron a la fuga, escoltados por un automóvil Chevrolet Vectra.

Horas después la camioneta apareció abandonada en la ruta 226, a unos pocos kilómetros de la rotonda del hipódromo, como se conoce al cruce con la avenida Tarantino.

La investigación a cargo de la fiscal Lorena Hirigoyen logró identificar al Chevrolet Corsa y establecer que su propietario era Sotelo, quien se domiciliaba en el barrio lindante a donde se perpetró el asalto.

Con esa información, la DDI Mar del Plata llevó a cabo el allanamiento este viernes que acabó con el secuestro del vehículo, además de un revólver calibre 32, otro calibre 38, una pistola calibre 7.65 y cartuchos intactos. También los policías hallaron una campera con capucha y elementos reflectivos en sus mangas (utilizada por uno de los autores) y dos teléfonos celulares.

Doble crimen

Sotelo fue condenado por primera vez el 22 de noviembre de 2009 por el crimen de Miriam Graciana Vázquez (35), en un episodio encuadrado en un añejo enfrentamiento entre familias del barrio Libertad –”los Chávez” y “los Sotelo”.

El Tribunal dio por acreditado que el 4 de mayo de 2007, alrededor de las 19, un individuo se hizo presente en una vivienda de Colombia 479 y, al grito de “los voy a matar a todos”, efectuó al menos dos disparos con una pistola calibre 9 milímetros.

El agresor –que se ubicó a una distancia de entre 4 y 8 metros– apuntó hacia dos aberturas de la vivienda: la ventana del living y la puerta de acceso, que estaba abierta.

El segundo proyectil ingresó en el baño e hirió mortalmente en el pecho a Miriam Graciana Vázquez, que se estaba duchando.

El 14 de noviembre de 2008, cuando Sotelo aún no había sido condenado pero cumplía arresto domiciliario por el asesinato de Vázquez, baleó en Brandsen entre 212 y 214 a tres jóvenes que se desplazaban en una moto. Una de las víctimas alcanzada por los disparos fue Diego Chávez (28), sobrino de Miriam. Chávez no logró recuperarse de la lesión y murió al recibir el balazo en el pecho. Mientras tanto su primo de 18 años y la novia de éste resultaron heridos también.

El ataque fue prepetrado desde un automóvil en el cual, según la Justicia, iba Sotelo y por eso le aplicaron una pena de 16 años de prisión en septiembre de 2010.

Los Sotelo y los Chávez tuvieron por años un encono de vieja data y los investigadores han probado ya que ambos grupos familiares se dedican a actividades ilícitas. Cuestiones territoriales y de venta de drogas han sido los motivos más comunes de enfrentamiento. Pero a partir del crimen de Vázquez todo se precipitó.

Luego de pasar varios años preso, Sotelo recuperó la libertad, pero ahora deberá afrontar cargos por los delitos de robo agravado automotor y tenencia ilegal de arma de fuego de guerra de uso civil condicional.