CERRAR

La Capital - Logo

× El País El Mundo La Zona Cultura Tecnología Gastronomía Salud Interés General La Ciudad Deportes Arte y Espectáculos Policiales Cartelera Fotos de Familia Clasificados Fúnebres
El Mundo 5 de julio de 2024

El Vaticano excomulgó al arzobispo Viganò, acusado de “cisma” por sus ataques al papa

Representante del sector más conservador de la Iglesia católica, calificó a Francisco de "herético", "tirano" y "siervo de Satanás", puso en duda su elección en el cónclave de 2013 y lo atacó por permitir la bendición de parejas homosexuales.

Carlo Maria Viganò fue nombrado arzobispo en 1992.

CIUDAD DEL VATICANO.- La Congregación vaticana para la Doctrina de la Fe anunció este viernes la excomunión del arzobispo italiano Carlo Maria Viganò, acusado de “cisma” por sus continuos ataques al papa Francisco y por no reconocer su autoridad.

“Son conocidas sus afirmaciones públicas de las que resulta el rechazo a reconocer y someterse al Sumo Pontífice, a la comunión con los miembros de la Iglesia y a la legitimidad de la autoridad magisterial del Concilio Vaticano II”, señaló la Congregación en un comunicado, en el que declara al “monseñor” culpable el delito de cisma.

Viganò, de 83 años, es un representante del sector más conservador de la Iglesia católica, nombrado arzobispo en 1992 por Juan Pablo II y luego, entre otros cargos, nuncio apostólico (embajador) en Nigeria hasta 1998 y en Estados Unidos entre el 2011 y el 2016.

El arzobispo había sido convocado por la Congregación para la Doctrina de la Fe el pasado 28 de junio para responder a su acusación de “cisma”, pero se negó a personarse.

La Doctrina de la Fe, dirigida por el cardenal argentino Víctor Manuel Fernández, se reunió el pasado 4 de julio para deliberar el proceso penal canónico en su contra, a pesar de su ausencia, y finalmente le ha considerado “culpable” del delito de “cisma”, promulgando su excomunión.

La sentencia ya fue comunicada a Viganò

El arzobispo en los últimos años no ha escondido su confrontación con el papa Francisco y en 2018 lo acusó abiertamente de conocer los abusos sexuales del cardenal estadounidense Theodore McCarrick, a quien el pontífice más tarde expulsaría del sacerdocio por sus conductas, y llegó incluso a solicitar su renuncia.

Además calificó a Francisco de “herético”, “tirano” y “siervo de Satanás”, puesto en duda su elección en el cónclave de 2013 y lo atacó abiertamente tras la publicación del documento ‘Fiducia Supplicans’ que permite la bendición de parejas homosexuales.

Por todo esto, la Santa Sede lo acusó de “cisma”, por sus “afirmaciones públicas de las que resulta una negación de los elementos necesarios para mantener la comunión con la Iglesia católica: la negación de la legitimidad del papa Francisco, la ruptura de la comunión con él y rechazo del Concilio Vaticano II”.

El pasado 28 e junio Viganò explicó en la red social X que la apertura de este juicio canónico en su contra le había sido notificada con “un simple correo electrónico”.

“Supongo que la sentencia ya está preparada dado que se trata de un proceso extrajudicial. Considero las acusaciones en mi contra un honor. Creo que el propio tenor de las acusaciones confirman las tesis que vengo defendiendo”, sostuvo.



El exnuncio calificó el Concilio Vaticano II (1962-1965), que revolucionó y modernizó la Iglesia, como “un cáncer ideológico, teológico, moral y litúrgico” y tildó la “Iglesia Bergogliana”, en alusión al apellido del papa, Bergoglio, de “metástasis”.

El controvertido caso de Viganò ha sido a menudo comparado con otro de los pocos precedentes a ese nivel, el del arzobispo francés Marcel Francois Lefevure, fundador de la Fraternidad de San Pío X, crítico con el Concilio Vaticano II y excomulgado en 1988 por Juan Pablo II por actos cismáticos.

EFE.