Un día antes de un nuevo aniversario de la muerte del reportero gráfico José Luis Cabezas, ayer muchos turistas lo recordaron frente a la placa emplazada en la “Vereda de las Estrellas”, ubicada en el Hermitage Hotel. La misma fue colocada en el lugar en el primer aniversario de su muerte, por parte de sus compañeros de trabajo y colegas.
Hoy se cumplen 20 años de un crimen que sacudió a la opinión pública argentina y convirtió al reportero en un “símbolo de la lucha por la libertad de expresión”, aseguró quien fue su compañero, el periodista Gabriel Michi.
En febrero de 1996, Cabezas y Michi estaban en Pinamar trabajando para la revista Noticias, cuando se enteraron de la estadía de Alfredo Yabrán, entonces uno de los empresarios más poderosos del país.
Ahí comenzó la carrera por conseguir una fotografía de Yabrán, cuyos vínculos con la política, la Justicia, el sindicalismo, la policía, la Iglesia y los servicios de inteligencia habían llevado al entonces ministro de Economía, Domingo Cavallo, a considerarlo públicamente el jefe de una “mafia enquistada en el poder”.
Cabezas logró capturar las codiciadas imágenes y una de ellas, en las que aparece Yabrán paseando por la playa acompañado de su mujer, fue tapa de la revista el 3 de marzo de 1996 junto a una investigación de Michi sobre los “negocios raros” del empresario y su relación con el narcotráfico y el lavado de dinero.

Noche negra

La noche del 24 de enero de 1997 Michi dejó a su compañero en una fiesta de otro empresario y fue la última vez que lo vio. El 25 de enero encontraron en el fondo de una fosa a las afueras de la ciudad el vehículo en el que se había marchado Cabezas. Dentro, con las manos esposadas estaba su cuerpo completamente calcinado.
“Se convirtió en el símbolo de la lucha por la libertad de expresión”, aseguró Michi.
Por el crimen fueron condenadas ocho personas, entre ellas Gregorio Ríos, jefe de custodia de Yabrán, quien se suicidó en 1999 cuando la policía lo buscaba como instigador del homicidio del que finalmente se lo consideró autor intelectual “mediato”.
La Justicia determinó que la banda de delincuentes apodada “Los Horneros” secuestró y mató a Cabezas en complicidad con policías y por orden de Ríos.
El único condenado que actualmente continúa en prisión es el integrante de la banda Sergio González, aunque no por el crimen, sino por su implicación en otra causa de narcotráfico.
Hoy se celebrará una misa en General Madariaga, donde encontraron el cadáver de Cabezas, y horas más tarde tendrá lugar el acto central en Pinamar con la presencia de familiares, amigos y colegas.
Además, habrá actos, exposiciones, charlas y otras actividades por todo el país para que la memoria del crimen del reportero gráfico que conmocionó a Argentina hace 20 años no se extinga.