¿Cómo construir una relación de pareja saludable?
Lo importante no es que una relación de pareja tenga o no debilidades, lo que define una relación saludable es que las partes estén interesadas o dispuestas a trabajar y atiendan sus posibles dificultades.
Por Florencia Muchico*
¿A qué llamamos una relación de pareja saludable? Una relación afectiva saludable a nivel de la pareja es aquella en donde ambos miembros se sienten respaldados y conectados por lazos emocionales profundos y un proyecto de vida común, pero a la vez continúan sintiéndose como seres libres e independientes. Dentro de los elementos fundamentales para su construcción y consolidación podemos encontrar: la comunicación, el respeto, la libertad, la confianza, la lealtad, el compromiso y la fidelidad.
Todo vínculo al que deseemos calificar como “sano” se construye sobre la base de una comunicación basada en la claridad, el respeto mutuo y la confianza. Es importante que ambos miembros de la pareja se sientan valorados y respetados, al mismo tiempo que sean respetados los límites de cada uno, los cuales pueden ser físicos, emocionales y/o sexuales.
Cuando hago referencia a un elemento tan importante como el respeto, me refiero a que cada uno de los miembros de la pareja respeta los objetivos del otro, ya sean personales, profesionales o educativos. Más allá de compartir tiempo juntos, es fundamental respetar la necesidad del otro de poder tener momentos de individualidad, de pasar tiempo con amigos o de realizar algún tipo de actividad recreativa donde la pareja no sea partícipe: al fin y al cabo, el fuego necesita un poco de aire para avivarse y crecer, ¿no?
Hablar de relaciones de pareja “sanas” puede dar la falsa impresión de que existen relaciones perfectas, lo cual se encuentra muy alejado de la realidad. Toda relación tiene sus defectos o debilidades, por la simple razón de que las personas somos distintas, y nadie es perfecto. Lo importante no es que una relación de pareja tenga o no debilidades, lo que define una relación saludable es que las partes estén interesadas o dispuestas a trabajar y atiendan sus posibles dificultades.
Habiendo definido qué es un vínculo saludable, ahora es posible plantear algunos consejos que pueden resultar útiles a la hora de construir una sana relación con otra persona (estos consejos también se pueden tener en cuenta a la hora de tener sanas relaciones con familiares):
1. Ser amable, expresar gratitud y transmitir confianza.
Comportarse amablemente con los demás de manera desinteresada implica ser educado, cordial y atento con los demás, sin esperar nada a cambio. Aquí el beneficio es doble: siendo amable desinteresadamente lograremos sentirnos bien con nosotros mismos y esa actitud será favorecedora para desarrollar relaciones sanas y duraderas.
Una actitud amable, pero desinteresada, podría contribuir a transmitir confianza hacia las personas con las que mantiene cualquier tipo de relación. Otro aspecto importante es expresar gratitud con los demás, ya que a ninguna persona le gusta sentirse no apreciada y a veces es suficiente con decir un simple “¡Gracias!”.
2. Escuchar.
Consiste en practicar la escucha activa; no es suficiente con oír simplemente lo que los demás nos pretenden comunicar, esto significa que debemos tratar de comprender todo aquello que nos pretenden transmitir: tratar de prestar atención en los detalles, intentando comprender las emociones que el otro comunica y/o su estado de ánimo en el momento en el que se está expresando.
3. Empatizar.
En estrecha relación con el punto anterior, va de la mano con la idea de intentar comprender qué es lo que el otro siente, pudiendo ponernos en el lugar del otro. Implica entender que cada uno tiene sus propias circunstancias y que no son más importantes las nuestras que las de los demás, sencillamente son distintas. Empatizar con los demás facilita que podamos establecer vínculos sanos, profundos y también duraderos.
4. Respetar y actuar con responsabilidad.
Respetar al otro consiste en aceptar tal como es y tratarlo con dignidad, siendo una de las bases para establecer relaciones sanas y duraderas. Esto implica que cada uno de los miembros de la pareja debería asumir las propias acciones y admitir los errores que pudieran cometerse (aunque a veces cueste). Asimismo, actuar con responsabilidad implicaría que cuando alguien da su palabra a otra persona a la que aprecia, la debería cumplir.
5. Comunicación efectiva.
Comunicarse bien consiste en poder dar un mensaje claro a la hora de expresar sobre cómo uno se siente, qué es lo que a uno le gusta y lo que no, qué es lo que opina, o qué es lo que desea. Ayuda a forjar la confianza en una relación y así puede fortalecerla. Esto no equivale simplemente a hablar de buenas formas, sino que consiste en ir más allá y procurar que lo que se va a decir sea comprendido por la otra persona, habiéndolo expresado con el mayor respeto posible y evitando herir los sentimientos del otro. Comunicarse de manera abierta y honesta, procurando ser asertivos, en definitiva.
6. Compartir pasatiempos.
Podría ser una manera excelente de pasar tiempo juntos. No importa qué tipo de actividad sea, siempre y cuando sea algo que le guste a ambos. Para saber cuáles podrían gustar a ambos miembros se puede hacer una puesta en común donde plantear diversas actividades y proponerse ponerlas en práctica hasta descubrir aficiones que gusten y se puedan disfrutar en compañía.
7. Brindar apoyo.
Resulta imprescindible que dentro de una relación se pueda contar con la otra persona, en lo bueno y en lo malo. Esto implica escuchar sin juzgar, tratar de entenderse mutuamente, tener en cuenta las opiniones de la otra persona, apoyar a la otra persona cuando haya tomado una decisión importante, etc. Apoyar al otro también consiste en motivarlo/a, animarlo/a, acompañarlo/a y estar siempre ahí en sus buenos y malos momentos para ayudarles, escucharles y para lo que necesiten.
8. Establecer límites.
Es importante que cada miembro de una relación, grupo de amigos o miembro de una familia delimite su espacio personal, de manera que no se desarrolle una excesiva dependencia entre los distintos miembros. Poder reconocer y marcar los propios límites es también un acto de amor hacia el otro, no se trata de sólo protegerse uno mismo, sino de poder enseñar mis necesidades para prevenir inconvenientes.
9. Confianza.
Confiar en la otra parte y que esto sea recíproco es un consejo muy importante, puesto que, de lo contrario, es probable que comiencen a surgir inseguridades, creencias limitantes y/o pensamientos negativos asociados a los vínculos emocionales que podrían perjudicar la relación.
10. Evitar ser controladores.
Para ello es necesario haber logrado construir una estructura sólida de confianza, y un nivel adecuado de tolerancia a la incertidumbre.
Recordar siempre que construir relaciones sanas es un trabajo de dos: lleva su tiempo, no es algo que se haga de un día para otro, ya que para ello primero habría que conocerse mutuamente con detenimiento y ambas personas tengan ganas de invertir esfuerzo en ello. El amor es todo lo maravilloso que siempre se describe en las canciones, hace falta algo más que atracción física, intelectual y/o sexual. El amor es, también, un trabajo conjunto donde a veces cedemos en pos de la felicidad del partenaire, y aparecen elementos como adaptación, tolerancia y sacrificio (siempre en su justa medida).
*Licenciada en Psicología. Psicoterapeuta de parejas y adultos. Especialista en Psicoterapia Cognitiva Individual, grupal, vincular y familiar. Especialista en Sexología Clínica. Magister Internacional en Terapia Sexual.
Instagram: @lacienciadelsexo.ok