Diez preguntas a Antonieta Castro Madero, autora de Agonía Familiar
Antonieta Castro Madero nació en Buenos Aires en 1968. Es profesora de historia, cuentista y novelista. Fue alumna del taller literario de Marcelo Di Marco (Argentina), Jaime Collyer (Chile) y Pablo Torche (Chile). Ha ganado varios premios literarios y tiene cuentos publicados en diversas antologías
-¿Cuándo y cómo empezó tu acercamiento a la escritura?
-Empecé a los 38 años cuando, al irme a vivir a otro país y en la necesidad de reinventarme, tomé, casi por casualidad, un taller de escritura. Con el paso del tiempo, lo que había nacido como una distracción o una forma de llenar mi tiempo, se transformó en un pilar central de mis días. De chica siempre coqueteé con la escritura. Pero lo hice de forma privada, como un juego. Por supuesto, todas esas hojas fueron desechadas.
-¿A quiénes considerás como tus maestros?
-Dostoyevski encabeza el primer lugar. Luego, entre tantos, admiro a Cortázar, Castillo, por supuesto a Poe, O’Henry, Quiroga. La verdad es que son varios y a medida que respondo me doy cuenta de a cuántos dejo afuera de esta lista. Yo prefiero la siguiente pregunta: ¿cuál libro tu hubiese gustado escribir? Por supuesto “Crimen y Castigo”. Luego, “Quebrada” de Mariana Travacio, “Dejen todo en mi mano” de Mario Levrero, “La nieta del Señor Linh” de Paul Claudel, “El niño del pijama a rayas” de Jhon Boyne, “La conjura de los necios” de Kennedy Toole, “Mr. Vértigo” de Paul Auster. Todos muy diferentes, pero que por alguna razón calaron hondo en mí.
-¿Tenés alguna rutina para escribir?
-No. Escribo cuando tengo la necesidad de hacerlo. Me he obligado a seguir algunas recetas, como la tan famosa de escribir una página por día. Pero la verdad, no me ha dado resultado. Cuando siento que tengo algo que decir o que las palabras las tengo agolpadas en la garganta y tengo que vomitarlas sobre el papel, lo hago.
-¿Cómo presentarías tu libro a alguien que todavía no lo leyó?
-Le diría que tal vez se encuentre en alguna página.
-¿Cuál fue el origen del libro?
-El origen del libro fue la insistencia de mi editora, Jorgelina Etze, quien creyó más en mí de lo que yo misma creía y creo. Me insistió mucho para que lo hiciera. No fue fácil. No me gusta exponer mi trabajo y, a través de éste, exponerme.
-¿Podrías describir una zona del texto que sea tu favorita?
-No tengo una zona, tengo un cuento: “Los ojos fijos en las montañas”. Allí, creo, está muy en evidencia lo no dicho, los sentimientos ocultos, el trazado de un plan que si bien la vida lo favorece también lo detiene. En una palabra, el no control de las situaciones. Y es en este lugar dónde los grandes amores u odios se van cociendo a fuego lento. La protagonista aguarda un milagro para poder amar en libertad. Y eso nunca llega o lo hace a medias. ¿Qué familia no guarda secretos, traiciones, ilusiones? Todas. Yo no creo que existan aquella donde la armonía o felicidad sean a tiempo completo. Si uno bucea en mis escritos, todo ronda sobre la misma temática: lo que está entrelíneas, lo que tenemos que desmenuzar para comprender, las relaciones familiares y sus disfunciones.
-Si tuvieras que elegir a un personaje literario con el cual te identifiques, ¿a quién elegirías y por qué?
-Sin dudarlo, con Madame Bovary. Si bien, por ahora, me considero incapaz de escribir novelas románticas me gustan estos personajes que desfallecen de amor y sufren por él. Las grandes protagonistas románticas me fascinan: Ana Karenina, Connie (El amante de Lady Chatterley). Nada más alejado a lo que escribo, pero me subyugan como lectora. ¿Cómo se escribe una novela romántica sin caer en lo falso, impostado, ordinario y sexualmente chabacano? Difícil, pero los grandes lo hicieron. A más de uno le vendría bien releerlos. El porqué de esto, no lo sé. Tal vez por lo mismo que escribo: lo que guardo en mi interior sin ser visto o en la imposibilidad de decirlo.
-¿Por qué escribís?
-Básicamente, porque soy una caradura. Y, después, porque no lo puedo evitar. La gente piensa que una sólo escribe cuando trabaja en un cuento o una novela, pero la verdad es que uno escribe todo el día. Las palabras me acompañan constantemente. Pero de pronto, esas palabras necesitan salir y quedar plasmadas. No sé de dónde viene esta necesidad o este gusto. Pero calculo que vendrá del mismo lugar de dónde para otra persona nace la necesidad de pintar, moldear o estudiar medicina. Con mi escritura no quiero dejar un legado, tan solo dejo salir las palabras para que no exploten dentro mío. Si alguien me lee y lo emociono tanto mejor.
-¿Un libro para recomendar?
-“Frankenstein”. Y si puedo dos: “Facundo”.
-¿Estás trabajando en algún proyecto de escritura actualmente?
-Tengo una novela próxima a editarse y estoy trabajando en otra, pero recién en sus inicios.
Biografía del autor
Antonieta Castro Madero nació en Buenos Aires en 1968. Es profesora de historia, cuentista y novelista. Fue alumna del taller literario de Marcelo Di Marco (Argentina), Jaime Collyer (Chile) y Pablo Torche (Chile). Ha ganado varios premios literarios y tiene cuentos publicados en diversas antologías. Es autora de “Las manos de mi madre” y “¿Cómo hacemos para perdonarnos?”, novelas que permanecen inéditas.
Ficha el libro
Nombre del libro: Agonía Familiar
Nombre del autor: María Antonieta Castro Madero
Editorial: Bucanera
Cantidad de páginas: 71
Año de publicación: 2021
Disponible en la editorial, librerías y formato digital.
E-mail/Red social del autor: [email protected]
Sinopsis
Conjunto de cuentos que muestran las espesuras que nacen y se desarrollan dentro del ámbito familiar. De esta forma, las diferentes formas de relacionarse y la conformación de personajes que reúnen lo entrañable junto a lo grotesco, promueven el rechazo o su comprensión. Niños incomprendidos, matrimonios violentos, hermanas que compiten por amor, recuerdos que se vuelven inmanejables, infidelidades y la locura como escape es lo que los cuentos narran.