En tiempos de ajuste, los consumidores particulares y las empresas buscan implementar estrategias de ahorro, algo que no escapa a la hora de cargar combustible. La demanda cayó fuertemente en las estaciones de servicio de la ciudad y, mientras que los particulares recurren a las promociones, el transporte se abastece cada vez menos en Mar del Plata porque encuentra precios más baratos en los partidos vecinos.

“Estamos teniendo caídas de consumo que son mayores a las del promedio nacional. En todo el país los consumos están cayendo por la recesión y acá tenemos una caída aún mayor”, indicó Patricio Defino, presidente de la Cámara de Combustibles de Mar del Plata.

En el segmento de naftas premium, la demanda cayó casi un 30%. De acuerdo a los nuevos valores que entraron en vigencia este lunes tras el reciente aumento, el litro de Infinia cuesta ahora $1339 en la red de YPF en la ciudad.

Si bien, para ahorrar, muchos automovilistas se vuelcan a la nafta Súper, por su menor precio ($1118 el litro desde este 1° de julio), lo cierto es que también en este tipo de combustible se registra una disminución del 3% en la demanda, con la salvedad de que si bien parece un porcentaje menor, en concreto representa una gran cantidad de litros.

A su vez, también se advierte una progresiva baja en la demanda del gasoil.

Al mismo tiempo, el sector del transporte también se ha visto afectado, pero no solo por los incrementos que mes a mes se vienen registrando, sino por los precios más elevados que hay en Mar del Plata comparados con otros distritos.

Desde la Cámara de Expendedores de Combustibles precisaron que que General Pueyrredon viene teniendo “precios más caros” por “una cuestión regional” y, además, “por la Tasa Vial” implementada por la Municipalidad, que agrega un 1,86% más sobre el valor final, destinado al mantenimiento de calles.

“Eso nos lleva a estar 25 o 30 pesos más caro (por litro) que los partidos vecinos. Entonces el transporte busca cuidar su economía y trata de evitar los surtidores de General Pueyrredon”, reconocieron.

Esta diferencia de precios ha llevado a las empresas que transportan distintos artículos, insumos o mercaderías por la zona, a cargar combustible en otras localidades donde los costos son más bajos, agravando aún más la caída en el consumo local.