Peñarol superó con creces las expectativas de los suyos en esta Liga Nacional de Básquet. Pero no hay equipo en el mundo que, puesto a bailar, se salga de buen grado de la pista.

No conformes con haber llevado al límite al actual campeón de la Liga y de la BCLA -probablemente, el mejor del continente-, los muchachos de Hernán Laginestra intentarán este martes dar la gran sorpresa de la competencia y llegar a semifinales a expensas del máximo favorito a cortar las redes.

El cotejo se jugará desde las 22 en el Estadio “Ciudad”, un reducto favorable a los “milrayitas” en los últimos tiempos, donde rescató cuatro triunfos en las últimas cinco presentaciones.

El equipo marplatense viajó a muy pocas horas de ganar el cuarto encuentro y el plantel espera este duelo en Santiago del Estero desde el domingo por la noche.

Este quinto “chico”, y definitivo, se jugará en un contexto distinto de todos los anteriores, de máxima presión. La tendrán los dos, pero sobre todo Quimsa, el gran favorito para los especialistas.

Más allá de cómo impactará todo lo que hay en juego, algo no ha cambiado. Tanto Hernán Laginestra como sus dirigidos tienen perfectamente claro que deberán cuajar otra gran actuación para tener posibilidades de triunfo. O una producción ofensiva del tenor de la del segundo encuentro o montar una defensa tan sólida como la del cuarto. Mejor aún, combinar las dos.

La única incógnita del lado peñarolense es si iniciará Víctor Fernández o Julián Morales. Más allá de la decisión final del entrenador, finalmente casi siempre es el nicoleño el que juega la mayor cantidad de minutos. Pero el correntino se ha revelado durante la serie como el relevo más confiable del equipo.

Del lado local, no está claro cuánto tiempo podrá el DT marplatense Leandro Ramella contar con Brandon Robinson, una de las grandes figuras del equipo, pero que no ha podido gravitar en la serie. El estadounidense sufrió en el tercer cotejo una torcedura de tobillo que lo tiene a mal traer y en el cuarto poco pudo entregar a la causa. Quimsa no depende especialmente de su extranjero, pero se hace aún más difícil si lo tiene en buen nivel.

Peñarol no juega semifinales desde la temporada 2013/2014, la de su último título. Esta vez está en una situación análoga a la de los cuartos de final del torneo 1999/2000 cuando llevó a la misma situación al Boca de Rubén Magnano, entonces uno de los máximos aspirantes a aquel título.

El final de aquella historia todavía permanece en el corazón de los peñarolenses. Los “milrayitas” se impusieron en el quinto encuentro en “La Bombonerita” en una noche genial de Josh Pittman y se metieron en semifinales contra todo pronóstico. Este martes buscarán conseguir lo mismo. Lo que equivaldría a un impacto igual o mayor.