Leandro Vesco: “Mi libro está escrito para el viajero que necesita sentirse libre en la ruta”
Rutas que nos conducen a la selva, el mar, la cordillera y el cielo. Desde Buenos Aires hasta las Cataratas del Iguazú, Bariloche o Salta, cada parada en el camino cautiva con manjares de la cocina local y hospedajes de pueblo.
Por Antonio D’Eramo
El periodista Leandro Vesco aseguró que “Rutas Argentinas”, su reciente libro, “está escrito para el viajero que necesita sentirse libre”.
“Mi libro está escrito para el viajero que necesita sentirse libre en la ruta, ser protagonista de su propia road movie. Es una crónica de desvíos”.
De esa manera definió Vesco a su reciente obra “Rutas Argentinas”, de editorial El Ateneo, en la que emprende un viaje que une a Buenos Aires con las Cataratas del Iguazú, Bariloche o Salta, y en cada parada en el camino, su prosa nos cautiva con las delicias de la cocina local, con hospedajes de pueblo que no necesitan de ninguna estrella para hacernos sentir en casa, con desvíos sorprendentes y con comunidades que nos esperan con los brazos abiertos.
“No confío en agentes de turismo para un viaje. Los mejores guías son las personas que encontramos en el camino”, sostuvo en una entrevista con NA.
Una Argentina a la vera del camino que muchas veces no reconocemos ni prestamos atención pero que tiene su reivindicación en las crónicas de uno de los periodistas más reconocidos en el mundo turístico y que lo lleva a dialogar con la familia que transforma un árbol en alimento en Misiones, “nuestra Macondo”, o recomendar boliches de campo alejados del estilo que reconocemos en Buenos Aires a diario.
Vesco nos propone en esta entrevista y en su obra, un desvío en el camino, una pausa, para disfrutar de la aventura de viajar sin programa determinado ni horarios por cumplir.
– Vivir el viaje como una aventura parece ser la clave de lectura del libro. Pero, a medida que pasan los años ¿continuamos alimentando la llama de la aventura o por el contrario sólo buscamos lo conocido y la zona de confort? ¿Cuál es su experiencia y recomendación al lector?
– Los viajes nos definen como personas. Por el modo de viajar se puede describir también una sociedad, y como tal, su evolución. Los argentinos no escapamos a una tendencia mundial de una maduración del viajero, que se informa, que es consciente y que sabe muy bien dónde ir y cómo hacerlo. Por supuesto que está la gran masa de ciudadanos que sigue la dinámica de manada y visita todos los años a los mismos destinos, pero estos viajes se transforman en rutina. Mi libro está escrito para el viajero que necesita sentirse libre en la ruta, ser protagonista de su propia road movie.
Es una crónica de desvíos. Lo importante no es el destino, la aventura está en el viaje. En sus páginas sugiero desvíos para que el viaje se enriquezca en cada tramo. El destino que elegimos no se va a mover de lugar, pero podemos en el trayecto conocer una Argentina que siempre tiene las puertas abiertas. Cada provincia tiene un aroma, una tonada, en un viaje a Salta podemos hacer desvíos por Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, Santiago del Estero y Tucumán.
Para llega a Salta podes conocer cinco argentinas diferentes.
Recuperar el instinto aventurero, dejar de pensar en llegar lo antes posible, sino todo lo contrario, alargar el viaje hacia nuestro destino para que ese destino crezca con historias. Lo desconocido, lo que no conocemos, probar nuevos sabores, sentir alturas, tocar frutas nunca antes vistas, descubrir caminos y volver a ver el cielo. Hemos perdido dos pilares para nuestra vida: la oscuridad y el silencio. Necesitamos recuperarlos, así como también aromas puros y dormir con ventanas donde podamos ver la naturaleza. Descubrir y explorar, volver a días simples.
– Hacia Concepción de Uruguay se detuvo principalmente en la descripción de una pulpería, a la que le creció el pueblo alrededor, ¿quedan aún más lugares que recuerden a la Argentina del siglo XIX, aquel desierto descripto por Sarmiento?
– Quedan muchos lugares en el país que recuerden aquel país, son los lugares más deseados en la actualidad. Pulperías, boliches de campo, almacenes de ramos generales que se han reconvertido también en espacios gastronómicos. La pregunta es al revés, cómo puede existir una ciudad como Buenos Aires, cuando todo el país tiene un ritmo de vida más hermanado con nuestra tradición y con la naturaleza.
El país que describe Rutas Argentinas es uno que tiene una trama donde lugares que tienen más de un siglo, continúan abiertos, como es el caso de las pulperías, continúan abiertos y gozan de muy buena salud. Son puntos de encuentro donde las personas se juntan para hablar, pasar el tiempo y alimentar nuestra identidad. Hoy, son territorios caminados por viajeros, turistas aventureros y aquellos habitantes de la Capital que escapan de ella para volver a sentir el gen nacional.
– ¿Cuál es la importancia de los desvíos en un viaje con el tiempo a favor, o sea donde uno se impone sus propios tiempos, y cuan fundamental es, por ejemplo, la tercera trocha misionera para conocer esa provincia?
– Los desvíos hacen que los viajes sean una aventura. No tenemos que tener mucha conexión con el tiempo en un viaje, porque como decía Platón, “El tiempo es la eternidad en movimiento”, una vez que estamos viajando debemos hacer un ejercicio: olvidarnos del tiempo de nuestro lugar de partida, porque esa “eternidad” se está moviendo y la vamos haciendo en el camino, con otro tiempo.
La tercera trocha está en varias provincias, en el caso de Misiones permite disfrutar mejor del viaje porque en sus rutas existe gran tráfico de camiones, allí por la ruta 14 se mueve gran parte de la producción del Mercosur. Es un alivio y la mejor noticia, cuando vemos que pronto tendremos la Tercera Trocha.
– En su recorrido por las rutas argentinas registró un hallazgo poco conocido por el gran público. Un emprendedor logró hacer comestible un árbol. Suena increíble, ¿puede ampliarlo?
– Misiones es una tierra increíble, es nuestro Macondo.
La selva te abraza y hace que nunca más seas el mismo. Todo allí es vida, verde, colores, agua y sudor. En Eldorado la familia Pascutti halló la fórmula de volver comestible la madera del Yacaratiá, un árbol que se encuentra en todas partes. Se puede comer de diferentes maneras, como un bife, o como bocaditos dulces. Es la única madera comestible del mundo. Vanina Pascutti, una querida amiga, y gran protagonista de “Rutas Argentinas”, te recibe en su local donde además tiene la fábrica donde se produce esa magia, y podes probar allí la madera y que sea ella misma quien te cuente la historia. En Misiones, la yacaratiá comestible de los Pascutti es motivo de orgullo, así como la chipa Doble Queso de Santa Ana.
– Finalmente, como recomienda visitar una ciudad. ¿Se descubren más cosas a pie? Hay que regresar a la figura del flaneur, del paseante? O ¿debemos someternos a los experimentados agentes de turismo?
– Viajar por aire siempre que podamos completar el viaje por tierra. Viajar por tierra, en automóvil, siempre es lo ideal porque vamos alimentando el horizonte de nuestra mirada. Una vez en destino, siempre debemos confiar en nuestros pies, tampoco hacer grandes sacrificios. No confío en ningún agente de turismo para un viaje, jamás nadie me ha guiado. Los mejores guías son las personas que vamos.
NA.
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