“Las clínicas se van a fundir”, advirtió Kreplak y cuestionó el ajuste nacional
El ministro de Salud bonaerense marcó un fuerte traspaso de la demanda del sector privado al público. Criticó el impacto que tendrá la Ley Bases en el área y dijo que la anulación de la obra pública "frustra el proyecto para construir un hospital de alta complejidad en Mar del Plata".
El ministro de Salud provincial, Nicolás Kreplak, mano a mano con LA CAPITAL.
El ministro de Salud de la Provincia de Buenos Aires, Nicolás Kreplak, aseguró que “las clínicas se están por fundir” y advirtió un traspaso de entre el 30 y 50% de la demanda del sector privado a los hospitales públicos, en el marco de una entrevista exclusiva con LA CAPITAL en el inicio del Congreso Provincial de Salud que se desarrolla en el NH Gran Hotel Provincial.
El funcionario analizó los avances del Plan Quinquenal, anunciado el año anterior en la ciudad, y el impacto de las medidas de ajuste del Gobierno nacional. En ese sentido, señaló que la paralización de la obra pública ha impactado negativamente en proyectos cruciales, como la construcción de un hospital de alta complejidad en Mar del Plata.
-¿Qué impacto y evolución tuvo el Plan Quinquenal desde su anuncio el año pasado hasta este nuevo Congreso?
-La aplicación del Plan Quinquenal avanzó muchísimo. Antes de este congreso hicimos 15 precongresos, donde pudimos analizar y rendir cuentas. Muchos aspectos funcionaron muy bien, pero otros no obtuvieron aún los resultados que esperamos. Por ejemplo, el sistema de Interconsulta por Telemedicina para especialidades complejas, se usó muy poco. O los turnos digitales, que está funcionando pero tiene baja tasa de uso. Se avanzó mucho, se incorporaron muchísimos municipios al sistema, y se trabaja en estos y otros aspectos. Pero luego pasó algo que cambió mucho las cosas: el cambio de gobierno.
-¿Qué impacto tuvo en la salud bonaerense el cambio de gobierno y las primeras medidas de Milei?
-Después de cuatro años con un gobierno que invirtió en salud y apostó al Estado, nos encontramos con un gobierno que paralizó la obra pública. Y eso afecta muchas cosas. Por ejemplo, nosotros tenemos un proyecto de un hospital de alta complejidad de 40.000 metros cuadrados que necesita Mar del Plata, una ciudad muy importante que es un polo sanitario, que hoy tiene una suboferta. En el sistema público y privado hay menos oferta de lo que se necesita, y no solo en temporada alta, sino todo el año. Mar del Plata es cabecera, es una capital. Y si bien tenemos ese proyecto, son cosas que se frustran por la política de este gobierno que frena la obra pública.
-¿Sin financiamiento del Gobierno nacional es enviable construir ese hospital de alta complejidad en Mar del Plata?
-Sí, y peor aún. El gobernador pidió autorización a la Legislatura para endeudarse y tener financiamiento, pero las provincias no tienen relaciones con el exterior, necesitan la autorización de la Nación, y en este caso no lo autorizó. Por lo que si aún quisiéramos financiar la obra con recursos propios, necesitás autorización de Nación, y ellos están en contra. Pero, ¿quién va a poner un hospital de alta complejidad en Mar del Plata? Nosotros, el Estado, porque lo necesitamos. Hay una preocupación muy grande.
-¿Cómo impacta la Ley Bases y su media sanción de Diputados en la salud bonaerense?
-Esta ley reincorpora el Impuesto a las Ganancias, pero antes de que Massa lo sacara, había salido una ley que presentó Daniel Gollán, que eximía a los trabajadores de la salud del pago de Ganancias, porque después de la cuarta guardia, los médicos no quieren hacer una quinta guardia porque no la cobran, ya que el total de eso se descuenta en Ganancias. Entonces, estamos con un faltante de guardias en toda la Provincia y ahora el gobierno deroga esa ley. Si el Senado lo convalida y el gobierno insiste en atacar a los trabajadores de la salud, ¿quién va a atender las guardias? ¿Mar del Plata va a estar sin guardia? Porque estoy seguro de que va a pasar eso. Entonces, o no saben o lo hacen a propósito. Realmente es preocupante.
-En el escenario actual, ¿perciben un traspaso de pacientes del sector privado al público?
-Sí, muy alto. En los precongresos intercambiamos conocimientos con todos los equipos de salud de la provincia. Todos ven un aumento de la demanda. Hay de un 30 a un 50% de la demanda en el sector público. Mucha gente que tenía obra social ya no la tiene o le cobran un copago para poder atenderse en el sector privado. En este contexto, las clínicas se van a fundir.
-¿Por qué afirma que las clínicas “se van a fundir”?
-Por muchas razones, pero una muy importante es que en el gobierno anterior teníamos el programa Fescas, a través del cual el Estado nacional le entregaba dinero a las clínicas para pagar sueldos. En el 2023 se entregaron 65 mil millones de pesos y se pagaba del 30 al 40% del sueldo. Eso lo cortó este gobierno el 31 de diciembre. Algunas clínicas dicen “IOMA no me paga”, pero no dicen que tenían ese apoyo del Estado y se lo sacaron. Entonces le piden a IOMA lo que pagaban, más el 40% que pagaba antes el Gobierno nacional. Las clínicas se están por fundir, hay muchas en convocatoria de acreedores. Trasladan a los financiadores la complejidad, pero no tienen un aumento de los sueldos del 200% y no hay un aumento de la recaudación de las obras sociales. Hay una situación muy crítica. Entonces algunos se vuelcan al sector público con una caída de la recaudación, y eso hace que la gente tampoco pueda pagar los medicamentos que están 50 puntos arriba de la inflación, además de que uno de cada cinco medicamentos para enfermedades crónicas no se están consumiendo.
-¿Con las prepagas pasa lo mismo?
-Sí, pero es diferente. La prepaga es algo marginal. Hay más o menos 1.8 millones de personas con prepaga y en total son casi 6 millones los que derivan aportes. Pero hay un dato contundente: un plan bajo de una prepaga media en un grupo familiar está entre 250.000 y 310.000 pesos, mientras que el aporte de IOMA es de 47.000 pesos para ese mismo grupo familiar. Sin dudas las prepagas pueden pagar otros salarios, pero mucha gente ya no puede seguir pagando lo que le cobran.
-Con respecto a IOMA, ¿cómo está la situación? ¿Qué le dice a los afiliados que reclaman al verse afectados?
-Durante cuatro años tuvimos mejoras en la cobertura hasta diciembre del año pasado, con más medicamentos cubiertos, más profesionales, policonsulturios… y cuando cambia el gobierno se produce una devaluación gigantesca, se elimina el Fescas, y empiezan los problemas. Habíamos bajado el promedio para tratamientos de enfermedades oncológicas de 60 a 7 días…
-Sin embargo, al menos en Mar del Plata, la situación se agravó al cortarse el convenio con las principales clínicas…
-El convenio no se corta, las clínicas renuncian. IOMA no cortó el convenio. Se produce una devaluación gigantesca, aumentan los costos, las clínicas empezaban la temporada alta y negocian en bloque un aumento, que de hecho se otorgó, pero no lo quisieron.
-¿Y hoy, cómo está situación?
-Se hizo un cambio en la forma de financiamiento para esta región, sabiendo que Mar del Plata tiene la cápita más costosa (el promedio es de $48.000 y en la ciudad es de $59.000) debido a que hay suboferta. Administramos de una forma nueva y dinámica, e incorporamos al Hospital Privado de Comunidad, a la Clínica del Niño y la Familia, y el Sanatorio Belgrano. Las otras tres clínicas que decidieron romper (Colón, Pueyrredon y 25 de Mayo), todavía no están trabajando con IOMA, y lo seguiremos viendo, pueden volver a incorporarse, pero hoy ya hay oferta de guardia e internación. Está dada la garantía de la atención y nunca dejamos de tener primer nivel.