Por Juan Salas

Una cabra decapitada hallada en un descampado desestabilizó la cotidianidad de los vecinos del barrio Villa Primera, quienes inmediatamente asociaron la macabra escena con un ritual de sacrificio o magia negra vinculada a alguna secta o religión.

El cuerpo de la cabra decapitada fue hallado el jueves 18 de abril a la mañana en un descampado de Brandsen y Tierra del Fuego. Los vecinos no habían visto nada raro horas antes y tampoco tenían elementos para asegurar qué hacía allí el cuerpo del animal, solo especulaciones, hipótesis y prejuicios.

Ante una escena tan macabra como la de la cabra sin cabeza, una de las primeras hipótesis que surgió fue la de un ritual umbanda, seguida por magia negra o un acto satánico. Prejuicios sumados al imaginario colectivo que hacían pensar que para algo oscuro se había sacrificado al animal.

Ante tantas incertidumbres, LA CAPITAL dialogó con el doctor en Antropología Social César Iván Bondar, quien está especializado en Antropología de la muerte, el morir y los muertos; religión, espiritismo y demonología/demonolatría. Es, además, investigador del CONICET en la Universidad Nacional de Misiones y en 2023 se recibió de especialista en Perito Antropológico.

“Yo no hablaría de religiones o sectas, sí de prácticas religiosas o diferenciales estados pasionales de fe, de comunidades morales”, explicó Bondar y agregó: “Antes que nada, para comprender la complejidad del sacrificio, en cualquiera de sus formas, debemos considerar la existencia de lo sagrado, como punto de partida”.

— ¿Existen rituales en los que se sacrifican animales? 

— Claramente el sacrificio, como acto sagrado, crea una realidad, establece un orden en el universo de los creyentes, un orden trascendente. En muchos casos, sin el sacrificio, no se puede formular el pedido, solicitar el perdón o agradecer lo recibido. De esta forma el mundo, el universo de lo sagrado, no estaría completo sin el sacrificio, éste es de naturaleza sagrada. Justamente, es por medio del rito que se pueden establecer las relaciones con el mundo sagrado. El sacrificio resulta un rito muy complejo vigente en la historia de las religiones; pareciera algo extraño, exótico, distante de nuestro mundo; pero el mandato de realizar un sacrificio está descrito, trabajado y vivenciado en la memoria judeo-cristiana, me tomo el atrevimiento de referir a lo señalado en el Génesis 22:2: “Luego Dios dijo a Abraham Toma a Isaac, tu amado hijo único, ve a la tierra de Moria y ofrécelo como un sacrificio que debe quemarse completamente, en la montaña que yo te indicaré”. Esta escena bíblica puede ser muy controversial, interpretada y discutida desde diversas perspectivas, pero lo relevante radica en la naturalidad con la que se solicita un sacrificio que, si bien no se concreta, luego tomará forma en el sacrificio del hijo de Dios hecho hombre para redimir los pecados de la humanidad: por su muerte redimió al mundo; a partir de aquí la idea del sacrificio como “holocausto”, derramamiento de sangre se modificará de forma significativa, el sacrificio será espiritual. Pero más allá de ello, el mismo texto bíblico, está plagado de ejemplos donde se sacrifican animales en nombre de Dios. Si pensamos en perspectiva comparada podemos hallar el sacrificio de animales en la historia del judaísmo. Asimismo, en el islam la muerte del cordero se acompaña con el consumo de la carne del animal sacrificado. El hinduismo también incluye el sacrificio en su campo teológico; las religiones africanas y las afroamericanas también. Los ejemplos serían inagotables. Debemos tener en claro que el sacrificio forma parte de la historia de la fe, de los estados pasionales de fe, de las relaciones complejas con el universo de lo sagrado. 

— ¿Qué puede llegar a significar un ritual con una cabra decapitada? 

— Para comprender la naturaleza de los rituales y los sacrificios hay que conocer en profundidad cada sistema de creencias; poder identificar los roles atribuidos a cada animal, los animales como metáforas de actitudes, moralidades, relacionamientos con el mundo de lo sagrado. Depende de los objetivos del ritual, de lo buscado con él, se harán presente o ausentes determinados animales. El sacrificio del cordero, la cabra, el cabrito puede ser visto como parte de algunos ritos iniciáticos, bautismos o cambio de estado/jerarquía dentro de una comunidad moral.

— ¿Cómo son estos ritos de iniciación? 

— Los ritos de paso han sido ampliamente estudiados por la Antropología. Aquí, en la iniciación, la muerte resulta muy relevante. Mircea Eliade resalta que la “muerte” corresponde a la vuelta provisional al “caos”; constituye, de ese modo, la expresión ejemplar de la finalización de un modo de ser particular: el de la ignorancia, del saber parcializado, o bien el del mundo e irresponsabilidad infantil. La metáfora del cine nos muestra en el diálogo entre el príncipe Vlad y el Vampiro la necesidad de morir para renacer: “Bebe mi sangre y sentirás mi poder”. Vlad bebe la sangre del monstruo, y consulta: “¿Ahora qué sucederá?”. El Vampiro responde: “Ahora morirás”. En tal sentido la muerte iniciática hace posible un vacío provisorio, un llano, en la que vendrán a inscribirse las revelaciones sucesivas, destinadas a formar un ser nuevo: el nacimiento a una nueva vida espiritual. Desde ese momento esa vida nueva se concibe como la auténtica existencia humana, por cuanto se halla abierta a los valores del espíritu. A esta nueva “cultura” solo tienen acceso los iniciados. Recuerdo aquí lo que he aprendido de Mircea Eliade, de cómo la muerte iniciática resulta indispensable en el inicio de la vida espiritual, en un nuevo inicio. Su función ha de entenderse en elación con lo que prepara: el re-nacimiento a un modo superior de ser y del ser. Podría arriesgarme a decir, recordando los ejemplos de Eliade, que la muerte iniciática, a menudo, se simboliza con las tinieblas, la penumbra, la noche, la matriz telúrica, volver al útero, el cráneo y el sujeto en la cripta, en la caja mortuoria, la choza/la cabaña en el bosque, en la selva, en el monte, en la montaña, el vientre que prepara un nuevo nacimiento; y como en todo nacimiento, también en estas iniciaciones es relevante la presencia de la sangre. 

— Si existen los sacrificios de animales para rituales, ¿hay también sacrificios humanos en rituales? 

— Hoy día el sacrificio ritual humano suele ser referenciado en varios medios de comunicación, en redes; informes que debemos escuchar y ver con cautela atendiendo a las diversas intencionalidades ocultas, o los prejuicios en cada uno de ellos. Aquí debemos saber diferenciar/discernir entre la acción criminal, punible, y la naturaleza sagrada de un sacrificio ritual y su vínculo con determinado universo religioso, prácticas, creencias y/o estados pasionales de fe.

— ¿Cuánto hay de mito y cuánto de realidad cuando se relaciona lo Umbanda con la magia negra y sectas? 

— Yo no usaría esos conceptos. Lo que se conoce como magia negra son un conjunto de creencias, prácticas, actitudes y formas de relacionarse con lo sagrado que no están admitidas como válidas en determinada comunidad moral o de culto. Es decir, todo lo que es indeseable, desechable o que tiene un vínculo con lo supuestamente oscuro es catalogado como magia negra. En términos antropológicos, magia negra no es un concepto que nosotros trabajemos como válido, sí el de brujería, hechicería o magia; sin que sean estos peyorativos. En términos meramente descriptivos, la magia negra estaría incluida dentro del campo de lo que el brujo, sacerdote o el mago pueden hacer. Hay líneas de trabajo, líneas mágicas dentro de las comunidades morales o de culto que utilizan -en términos emic- energías menos iluminadas, más terrenales o energías más densas para lograr los cometidos que en el sentido común la gente denomina magia negra. Así, el concepto de la magia negra tiene que ver con esas actitudes o prácticas que no son aceptadas como válidas por determinada comunidad de culto, y que estarían utilizando como mediaciones entre los hechos fácticos y lo humano a fuerzas de naturaleza más densa para provocar algunos altercados o contrarrestar otros. Lo que la gente llama magia negra está reservado para determinados pedidos, y su uso no sería muy recurrente debido a los costos espirituales y materiales que implica. Habiendo pocos expertos e iniciados en estas modalidades muy arcaicas. De esta manera, para los practicantes de determinados cultos que desean solicitar la atadura amorosa con alguien, la separación, la enfermedad o la fertilidad hay “un conjunto de entidades reservadas”, mientras que, para solicitar la prosperidad, la bienaventuranza en la salud, el amor puro, la apertura en los caminos hay “otro conjunto de entidades”. Para el mago, sacerdote o líder del culto, no hay magia negra o magia blanca, esa es una construcción externa a la comunidad de culto. Claramente, lo umbanda, no debe ser conceptualizado desde conceptos tan peyorativos como los que usualmente se escuchan. Umbanda es reconocida como religión por el Registro Oficial de Cultos. 

El doctor en Antropología Social César Iván Bondar (Foto de Sandra Nicosia).

En la República Argentina la Ley 21745 establece la creación del Registro Nacional de Cultos ante el cual tramitan su reconocimiento e inscripción las organizaciones religiosas que ejercen sus actividades dentro de la jurisdicción del Estado Nacional y que no integran la Iglesia Católica Apostólica Romana. “En el Registro Nacional de Cultos no se registra exclusivamente aquello que la sociedad denomina bajo el nombre de ‘religión’. Por el contrario, está abierto –sobre la base de la diversidad socio-religiosa- a la inclusión de un amplio abanico de sistemas de creencias. En lo que refiere a Umbanda son numerosas las inscripciones dentro de este registro, con variadas denominaciones; por ejemplo; Templo Umbanda, Centro Espírita Umbanda o bien llevan las denominaciones de algunos Orixás”, explicó Bondar. 

— ¿Existen prejuicios con todo lo referido a los umbanda?

— Absolutamente. Se suelen asociar los estados pasionales de fe de estas comunidades morales con prácticas delictivas, impuras, indeseables, malignas. Pero no solo sobre lo umbanda, el prejuicio opera sobre todo lo que no es plausible de ser oficializado, sobre los márgenes, las periferias, sobre lo catalogado como superstición; corren el mismo destino el Gaucho Gil, el San La Muerte, los maestros espiritistas, las curanderas, los sanadores; todos estos mundos y sus devotos/creyentes/custodios acarrean un estigma y pareciera que deben ser evitados, homogeneizados, filtrados, blanqueados, evangelizados. Los procesos de discriminación, xenofobia, racismo, intolerancia religiosa son aprendidos, transmitidos. Debemos actuar con extrema responsabilidad, tanto los científicos, como los medios de comunicación, para no recaer en la producción y reproducción de estereotipos que puedan conducir a situaciones de violencia o segregación religiosa.