Casi una década después de que fuera descubierto uno de los mayores cargamentos de marihuana que tenía por destino Mar del Plata será juzgado Hugo “Coco” Esteban, a quien se le atribuye un rol preponderante como uno de los líderes de la organización narco.

El próximo 7 de mayo comenzará en el Tribunal Oral Federal el segundo juicio vinculado a lo que fue el Operativo Marea Verde, aquel procedimiento del año 2015 en el que la Policía Federal secuestró en la ciudad misionera de Wanda casi tres toneladas de marihuana que se ocultaban en un camión.

Al igual que Esteban, aunque como partícipe necesaria, también Guillermina Cerviño enfrentará la acusación por los delitos de falsedad ideológica documental en concurso ideal con transporte de estupefacientes y con la organización y financiación de transporte de estupefacientes.

Momento en qué la policía requisaba el camión en Wanda.

Esteban, que se mantuvo prófugo desde 2015 al 2019 cuando finalmente fue detenido en la provincia de Entre Ríos, también afrontará en poco tiempo más un juicio por lavado de activos provenientes del narcotráfico en la mediática causa conocida como “Lavado Total”, aquella en la que fueron exhibidos en Punta Mogotes cerca de 240 vehículos secuestrados, en su mayoría, a integrantes de la comunidad gitana en Mar del Plata.

El juicio a Esteban y Cerviño tendrá como jueces a los nuevos integrantes del Tribunal Oral, Martín Luciano Poderti y Roberto Fernando Minguillón. La acusación estará a cargo del fiscal general Juan Manuel Pettigiani.

Un crimen organizado

Cuando el 8 de febrero de 2019 un policía encubierto se presentó en una casa de Gualeguaychú para comprar un auto, el vendedor no sabía que lo habían descubierto. “Coco” Esteban no lo imaginaba y quedó detenido después de casi cuatro años prófugo. En ese tiempo había cambiado su aspecto: de hombre obeso a otro con una figura algo más estilizada.

Unos meses después cayó Cerviño, cuando regresó a Tandil, su ciudad, y la policía la identificó. Aunque con roles distintos, los dos tuvieron gran incidencia en el intento por contrabandear uno de los mayores alijos de droga con destino a Mar del Plata.

La maniobra comenzó en el año 2014 cuando Esteban, relacionado a la actividad de compra y venta de vehículos, “compró” un camión Scania. El trámite de transferencia se realizó contó con la colaboración inestimable de Cerviño, trabajadora por entocnes del Registro Automotor N°1 de Tandil. El camión, para ocultar la identidad de Esteban, fue puesto a nombre de Mario Cerviño, padre de Guillermina. Y aquí una de las primeras y más notorias deslealtades: el padre nunca supo que su hija lo había hecho “propietario” de un camión.

El propósito de esa falsedad ideológica era que pudieran ser extendidas cédulas de autorización a dos choferes sin dejar rastro de Esteban. Y la idea era cargarlo de marihuana paraguaya para traerla a Mar del Plata. Tenían el plan de modificarle la caja para generar un doble fondo y de esa manera ocultar la droga.

Cerviño el día en que fue detenida en Tandil.

El camión Scania patente TBJ438 partió desde Mar del Plata con papas hacia Misiones con la intención de dejar un antecedente de comercio legal, pero en realidad lo que se buscaba era llegar hasta aquella provincia. Así fue entonces como en agosto de 2015 la organización compró 2802 kilos de marihuana procedente de Paraguay y la colocó en ese doble fondo en la ciudad de Wanda.

Para la Justicia el organizador y financista de toda aquella secuencia fue Esteban, al que se le atribuye haber desplegado la inteligencia operativa, junto a otras personas como por ejemplo el ya condenado Walter Daniel Omar Martínez para acondicionar el camión y facilitarle autorizaciones de manejo falsas para que los dos transportistas Miguel Rivadavia y Miguel Ángel Wekkesser condujeran sin riesgo el camión.

Los panes de marihuana que pesaban entre 600 y 800 gramos fueron acondicionados en el doble fondo, pero algo falló. Los encargados de traer el camión Rivadavia y Wekkesser no estuvieron conformes con la eficacia del ocultamiento de la droga abandonaron el camión frente a un taller mecánico de Florida y Ruta 12 de Wanda. Ese día, el 23 de agosto de 2015, las fuerzas de seguridad revisaron el sospechoso camión y secuestraron toda la marihuana. Los dos transportistas, frustrados por lo sucedido, viajaron a Mar del Plata en micro y de su seguimiento surgieron todas las conexiones. Fue entonces que se pudo identificar a cada integrante de la banda, entre ellos a Esteban y Cerviño.

Tras su detención, Esteban consiguió el beneficio del arresto domiciliario de manera bastante polémica, ya que se le concedió por un cuadro de lumbalgia. Cerviño, no obstante, se encuentra detenida.

El primer juicio

El 10 de junio de 2019 el Tribunal integrado por Mario Portela, Falcone y Alfredo Ruiz Paz condenó a quince de los 18 acusados a penas de prisión de entre uno y catorce años.

Sindicado como uno de los cabecillas, Martínez recibió la pena de 14 años de prisión por el delito de “organización de transporte de estupefacientes agravado por la cantidad de participantes”.

El aporte de uno de los detenidos que aceptó declarar como “arrepentido” fue decisivo para esclarecer todo el accionar de la banda. A cambio, fue condenado solo a la pena de 3 años de prisión en suspenso, como responsable del delito de transporte agravado de estupefacientes y tenencia de estupefacientes con fines de comercialización.

También fueron condenados Rivadavia a la pena de 9 años de prisión y Wekkesser, a la pena de 8 años de prisión por ser responsables del delito de transporte de estupefacientes agravado por la cantidad de participantes, al haber sido los ejecutores de la maniobra de transporte.

Autos secuestrados en el expediente conocido como “Lavado Total”.

Además, el escribano Carlos Augusto Villanueva recibió la pena de 4 años de prisión por “falsedad ideológica de instrumento público agravada” y el gestor Juan Luis Ramón Martínez a 3 años de prisión.

Por su parte, Guillermo Bogarín (ex pareja de Cerviño) fue condenado a 2 años de prisión en suspenso, como partícipe secundario del delito de “falsedad ideológica de instrumento público agravada”. Todos ellos intervinieron en los trámites registrales necesarios para transferir falsamente la titularidad del camión utilizado y, de ese modo, ocultar la identidad de los verdaderos responsables de la maniobra.

Como responsables de la cadena de comercialización de los estupefacientes fueron condenados como coautores del delito de tenencia de estupefacientes con fines de comercialización agravada por la cantidad de participantes: Mauricio Rubén Aguirre Sotelo a la pena de 7 años de prisión; Elcira Graciela Bueno a la pena de 6 años de prisión. También fueron condenados como autores del delito de tenencia de estupefacientes con fines de comercialización: Jorge Barbosa a 4 años y 6 meses de prisión, Ezequiel Lozano y Carlos Ventura a 4 años de prisión, mientras que Emiliano Bueno y Agustín Redi fueron considerados partícipes secundarios de ese delito y condenados a la pena de 3 años de prisión en suspenso.

Finalmente Rene Farías fue condenado a un año de prisión en suspenso por el delito de tenencia ilegal de arma de fuego, a la vez que Pablo Ruiz, Ivana Ingino y a Víctor Cabrera fueron sobreseídos.