Crimen del exconvicto: una investigación sin cámaras ni testigos
Joav Pablo Sosa Motti (28) fue hallado sin vida este lunes a la mañana en un zanjón Canesa entre Azopardo y Vértiz. Si bien presentaba dos impactos de bala en el cuerpo, nadie en el a zona dijo haber escuchado algo. El fiscal ya ordenó ubicar a familiares o amigos de la víctima para poder entrevistarlos.
La investigación por el crimen del exconvicto Joav Pablo Sosa Motti (28) enfrenta un desafío mayúsculo: en la zona en la que fue hallado el cuerpo en el barrio Don Emilio no había cámaras de seguridad que pudieran registrar lo sucedido y no hay testigos, nadie que haya visto algo o, al menos, escuchado los disparos que impactaron en el cuerpo de la víctima.
El informe preliminar de autopsia que ordenó el fiscal Carlos Russo -quien suplanta por estos días en la Fiscalía N° 5 a Alejandro Pellegrinelli- confirmó que Motti fue asesinado en el lugar donde fue encontrado, cerca de la medianoche, con un arma calibre 32 con la que le dispararon en el tobillo y en el pecho.
Justamente la bala que impactó en la zona izquierda del tórax fue la mortal, ya que le atravesó el corazón y pulmón.
Por otra parte, lo que agrega complejidad a la investigación de este crimen es que no hay testigos ni cámaras de seguridad en la zona. Si bien hay una casa a unos 30 metros del zanjón donde apareció el cuerpo, al entrevistar a los moradores del lugar dijeron no haber escuchado nada, ni siquiera los disparos que habrían matado a Motti.
Por el momento, si bien el crimen parecía encuadrarse en un ajuste de cuentas, los investigadores desconocen cuál pudo haber sido la motivación. Cabe recordar que al ser encontrado, Motti no tenía documentos en su poder y se lo pudo identificar a través de sus huellas dactilares, con las que además la policía comprobó que contaba con antecedentes penales.
Estos antecedentes, por los delitos de hurto, robo en grado de tentativa, robo calificado por el uso de arma en grado de tentativa, resistencia a la autoridad, infracción a la ley de drogas, serán analizados uno por uno por los investigadores para determinar si podrían estar conectados o no con el crimen.
Finalmente, el fiscal Russo ordenó a la policía que averiguara dónde vivía Motti y que contactara a sus familiares y amigos, para poder entrevistarlos y entender cómo era su círculo íntimo y sus actividades.
Además del fiscal Russo, en el hecho también interviene el gabinete de homicidios de la Dirección Departamental de Investigaciones (DDI) y el personal de la comisaría 11°, jurisdicción donde apareció el cuerpo.