El traslado del padre Luis Albóniga suma malestar en la Diócesis local
El abogado Marcelo Abal presentó su renuncia a la Comisión de Asuntos Económicos que asesora al Obispado.
El intempestivo traslado del sacerdote marplatense Luis Albóniga a Jujuy continúa generando rechazo y expresiones de malestar en la Diócesis local donde se desempeñó como administrador diocesano.
En esta oportunidad, fue el abogado Marcelo Abal quien hoy presentó su renuncia a la Comisión de Asuntos Económicos que asesora al Obispado de Mar del Plata. Según destacó en su carta de renuncia, la salida del padre Luis Albóniga le provoca “un desánimo y consternación de tal magnitud que me lleva a adoptar la decisión de renunciar”. Y agregó: “Me cuesta comprender un mecanismo de tal cancelación con alguien que se ha entregado tan generosamente al servicio de las personas”.
A continuación, la carta completa en la que Marcelo Abal explica los motivos de su renuncia:
Monseñor Ernesto Giobando, Administrador Provisorio del Obispado de Mar del Plata
De mi consideración: El que suscribe, Marcelo V. Abal, me dirijo a usted a efectos de hacerle saber que he tomado la decisión de dejar de pertenecer a la Comisión de Asuntos Económicos que asesora al Obispado de Mar del Plata.
Hago saber a Usted que colaboro con dicha Comisión desde la gestión del Obispo Monseñor Antonio Marino y que mi integración fue la consecuencia de haber participado durante varias décadas de las actividades de la catedral de Mar del Plata, ya que desde mi infancia y adolescencia acompañaba a mi madre Regina Oteiza –cercana a los 100 años- que pasó gran parte de su vida contribuyendo con múltiples tareas y labores de dicha parroquia, a tal punto que alguno de los párrocos llegó a afirmar que formaba parte del inventario de la Iglesia local.
En mi calidad de profesional de la abogacía y profesor de las Universidades Nacional y FASTA, he estrechado vínculos múltiples y variados con personas, instituciones, organizaciones de la ciudad de Mar del Plata y Buenos Aires, máxime por ser Magíster en Derecho Administrativo egresado de la Universidad Austral y haber desarrollado tareas como Conjuez de la Suprema Corte de la Provincia de Buenos Aires. En tales ámbitos ha producido un profundo impacto negativo el desplazamiento abrupto y muy mal comunicado del Padre Luis Albóniga de la administración provisoria del Obispado, no sólo por sus calidades personales y sacerdotales, sino, además, por la injusta y absurda decisión que se adoptó para su separación, que hace recordar a épocas antiguas de la civilización y de la Iglesia donde primaba el autoritarismo y la arbitrariedad en la toma de decisiones. El daño que se ha provocado es inconmensurable.
En tiempos como los que estamos viviendo con una desbordante crisis política, económica y social que afecta profundamente el bienestar de los ciudadanos del país y, en particular de los vecinos de nuestra ciudad, prescindir de un sacerdote del nivel del padre Luis me provoca un desánimo y consternación de tal magnitud que me lleva a adoptar la decisión de renunciar a integrar la Comisión de Asuntos Económicos del Obispado de nuestra dudad.
Me cuesta comprender un mecanismo de tal cancelación con alguien que se ha entregado tan generosamente al servicio de las personas. Por último, quiero destacar que atesoro un profundo regocijo y satisfacción por haber compartido estos años con un irremplazable grupo de personas de bien con las que hemos gestionado el asesoramiento de los señores obispos, y a los que recordaré por siempre.
Saludo a Ud. Atentamente.