“Mar del Plata es un lugar fantástico. Siempre tiene un espíritu joven. Lo llevo en el ADN y lo valoro un montón”, aseguró uno de los fundadores de Globant, Guibert Englebienne, quien se crió desde muy chico en la ciudad, donde cursó sus estudios primarios y secundarios en la ciudad.

En ese sentido, aseguró: “Me ha dado mucho en términos de la actitud, que uno debe tener para enfrentar los desafíos. El vivir en la costa, siempre a un paso de la playa, hace que empecés a convivir de manera transparente en la relación trabajo y placer. Mar del Plata te permite mirar el horizonte. Eso nos diferencia de muchas otras ciudades”.

En diálogo con radio Brisas, desde New York, el actual CTO de Globant recordó: “Cuando mi mamá me regaló un barrenador, yo pensaba que con esfuerzo podía llegar a África. Mirar lejos es algo que traigo de chiquito y me lo dio el mar”. “Siempre llevo a Mar del Plata en el corazón y tengo todos mis afectos allí”, sintetizó, revelando que estuvo en la ciudad hace menos de un mes.

Englebienne es hoy ciudadano del mundo, pero su familia sigue muy ligada al ecosistema productivo de la ciudad ya que fue la fundadora de “El Pato”, el tradicional comercio de Punta Mogotes, convertido en un un punto emblemático de la ciudad para muchos a la hora de las “selfies”. “Mi hermano le dio una renovación al Pato , que siempre ha sido un ícono. Esto tiene que ver con el social media, en donde todos tenemos que sacarnos fotos. Para muchos chicos y grandes el Pato fue parte de su infancia, así que fue un acierto”, contó.

Gen emprendedor

En 2003, junto a sus amigos Martín Migoyá, Martín Umarán y Néstor Nocetti, Englebienne fundó Globant, una desarrolladora de software que hoy es uno de los unicornios argentinos de emplea a 27 mil personas en 35 país. En Mar del Plata tienen sus oficinas en el antiguo Museo del Mar.

Sobre los inicios de la empresa, el graduado a la universidad de Tandil rememoró: “Como beneficiarios de la educación pública, nos dimos cuenta que podíamos competir de igual a igual. Aprendimos rápidamente que a través de internet podíamos hacer trabajos en todo el globo”. Y, enseguida agregó: “Antes podías tener clientes en la ciudad o en la zona, como Balcarce, por ejemplo. Pero saber que podíamos trabajamos en cualquier lugar del mundo nos cambió la mirada, ofreciendo servicios que podían transformar la realidad, viendo que lo hacían en la India, Irlanda o Israel”.

Y, en ese sentido, recordó: “Quienes más necesitaban estos servicios eran compañías de Estados Unidos, el Reino Unido y Japón, que representaban el 90 por ciento del mercado. Nosotros no vimos ninguna compañía en América Latina y nos esforzamos por no vender en la región, lo que significó tener mucho tiempo la cola en el avión y una vida muy nómade”.

Así fue que en 2006 “Google nos elige como la primera compañía en la que confía y eso fue un ´big bang´. Nuestro sueño evolucionó y quisimos ser la compañía número uno del mundo, haciendo esto, transformando el futuro de otras a través de la tecnología”, enfatizó.

Cambios

Focalizando en la actualidad, no solo nacional, Englebienne sostuvo que “nuestros líderes no entienden el cambio que vivimos”. “Es necesario tener gente más joven liderando. Es un mundo muy cambiante”, ejemplificando con que “hoy cuando se mira una película por streaming o se pide un auto por internet, se utiliza la tecnología”.

Y, en ese sentido, resaltó: “Globant está detrás de muchos de estos desarrollos. Lo que hacemos es pensar el futuro, pensar la estrategia, operar el servicio y hacerlo conocido en el mundo. Nuestro trabajo tiene que ver con la parte creativa, con el marketing, para que el producto sea un éxito”.

Con la lupa en el futuro, el empresario contó: “Hoy nos focalizamos en las áreas de frontera de la tecnología. Trabajos con metaverso, con la Inteligencia Artificial, con esta tecnología que podemos soñar. El año pasado fue una bisagra, con la aparición de ChatGPT, que dio algo de qué hablar al mundo”.

Sobre la actualidad nacional, consideró: “Estamos con mucha expectativa, como todo el mundo. Tenemos ganas de ponernos a trabajar. Las épocas que vivimos fueron nocivas para capturar oportunidades que están en el mundo. Casos como el nuestro demuestran que podemos competir en sectores desarrollados”.

“Hoy confío en los emprendedores que tiene Argentina -aseguró. Los motores están en marcha. Solo hay que poner primera” aunque remarcó que la clave está en desterrar la burocracia ya que “las cosas podrían ser más simples”.