El unipersonal “Dos veces no muero”, que pone foco en la violencia de género desde una mirada singular, interpelante, con toques de humor grotesco y música original, se presentará este jueves 8, viernes 9 y el domingo 11 de febrero a las 21 en la sala Roberto J. Payró del Teatro Auditorium.
En la obra -que cuenta con dramaturgia y actuación de Fernanda García y dirección de Guadalupe Bervih y Daniel Casablanca– Francisca es una mujer, migrante, trabajadora de casas particulares, una mujer que forma parte del eslabón más débil de la cadena laboral.
Para Francisca, limpiar los vidrios puede ser un arte efímero y la aspiradora, un micrófono donde, liberada de todo sufrimiento, su voz se hace oír potente, verdadera y visceral. “Porque una mujer en lucha también es un destello; lucecitas infinitas”, dice la autora sobre su “adorada” protagonista.
En una charla con LA CAPITAL, la actriz y sus directores desmenuzaron el trabajo para lograr abordar un tema candente, denso, preocupante, con sensibilidad y humor.
-¿Cómo nació “Dos veces no muero”?
-Fernanda García: Como una necesidad de hacer un aporte como mujer y como artista al drama terrible que implica que una mujer muera cada 24 horas en manos de un hombre y también a las desigualdades a las que estamos sometidas las mujeres en todos los ámbitos: políticos, sociales, laborales.
-¿Cómo llegaron a dar forma al personaje de Francisca?
-García: Francisca es una mujer lúcida y dulce, luchadora y calma. Francisca sabe de desigualdades. El personaje fue creciendo de una manera maravillosa a través de la mirada amorosa de los directores Guada y Dani hasta iluminar toda la obra con su voz, su dolor, sus risas y su luz.
-¿Cómo abordaron la dirección?
-Guadalupe Bervih: Hace algunos años dirigí en otro proyecto a Fernanda y fue una experiencia hermosa. Al recibir su llamado con esta propuesta, no lo dudamos y nos subimos al entusiasmo que ella tenía. El gran desafío a la hora de encarar la dirección y el montaje del espectáculo era encontrar la manera de hacer presentes a todos los personajes en escena, vivos y conviviendo en una misma situación pero siendo interpretados por una sola actriz. Un solo cuerpo en escena dando vida a cuatro personajes en simultáneo. Allí comenzamos a trabajar los recursos de la actriz, a apoyarla desde afuera con la hermosa música original, a buscar recursos poéticos que nos permitan establecer diálogos y levantar del papel a estos seres salidos de su pluma. El personaje de Francisca es divertido e ingenuo, es el que tiene mayor sensibilidad y eso Fer lo domina a la perfección, ya que logra la risa y la emoción.
-¿Cómo llegaron a sintetizar la complejidad del tema del machismo, el abuso de poder, la violencia, en un texto con humor, con grotesco?
-García: Fue un desafío, porque es un hilo finito que si lo cruzás, no va. Pero si caminás firme sobre el humor y sus matices, el resultado es muy poderoso. Los personajes, desde el texto, estaban planteados con cierto humor y al encontrarse ese texto con Guada y Dani, sucedió la magia y todo fluyó de una manera natural, como si no existiera otra posibilidad más que hacerlo desde ahí, para hacerlo más liviano, más reflexivo, para que en el medio de una carcajada, de repente, sin darte cuenta, también estés llorando.
-Daniel Casablanca: Pienso que el humor siempre es un recurso, un puente que resuelve poéticamente y da síntesis. No es una risa de chistes, sino de observación. Me parece la manera de contar más claramente, más profundamente esta temática. Vuelve a ser el grotesco el arma, me río de lo que más duele y termino conmoviéndome desde desde esa risa.
-Bervih: Fue lo más complejo pero también lo que nos resultaba fundamental. Creemos fervientemente que es desde el humor que uno puede conseguir empatizar con el espectador, que baje la guardia, que esté más perceptivo y recién ahí tocar temas tan profundos, necesarios y urgentes como este de la violencia de género, la violencia doméstica e intrafamiliar. Creemos que no hay otra manera para conseguir un hecho artístico, no podemos bajar datos duros de la realidad, mostrar un gráfico o hablar de estadísticas, hay que poner el cuerpo, probar cosas, crear imágenes poéticas, sensibilizar desde la risa, para recién ahí plantar la semilla. Si logramos que el público al salir de ver el espectáculo hable de esto, reflexione acerca de la problemática, vuelva a repensar algunas conductas de la sociedad, habremos cumplido el objetivo.
-¿Cuál es la importancia de abordar un tema que nos atraviesa tanto pero que no es prioridad en la agenda política?
-García: Justamente ahí, abordar estos temas para que tengan prioridad en la agenda política, social y económica. Porque es un tema urgente. Hay que visibilizarlos, desde todos los ángulos posibles, desde el lugar que cada uno, cada una ocupa en la sociedad, es necesario. Hace falta mucho más. Cada acción que hagamos para marcar el pulso de lo que nos atraviesa como sociedad va a sumar al todo. Y algo, creo yo, va a mejorar.
-Bervih: En un mundo que sufre esta problemática, en un país que la sufre fuertemente, considero urgente instalar este debate. Repensarnos como sociedad, como madres, padres, docentes para tratar de aportar, desde nuestro lugar, para que esto algún día se revierta.
-¿Qué rol ocupa la música en la obra, en Francisca?
-García: Compuse especialmente una canción que Joaquín y Ale Sanz con su enorme talento lograron embellecer y potenciar. Y se convirtió en la canción de la obra, con un ritmo de cumbia, pegadizo, hermoso, que Francisca canta como un himno de liberación. Precioso, tan lindo que se van a ir tarareando.
-Bervih: Un pilar fundamental y diría “el actor invisible” que acompaña a Fernanda para narrarnos esta historia.