Con menos dinero destinado a las apuestas y una merma en la cantidad de personas dispuestas a jugar, el Casino Central de Mar del Plata registra una caída en sus operaciones en “el orden de entre el 40 y 50 por ciento” en comparación con el mismo mes del año pasado. Los casineros ya miran “con preocupación” el próximo mes, febrero, ya que históricamente las apuestas son menores.

En el primer mes de 2024, en las mesas de juego -tanto de carteado como de ruleta- ubicadas en la sala del Casino Central están recaudando “entre un 40 y un 50 por ciento menos que el año pasado” para la misma época.

“En promedio, estamos en un 60 por ciento nominal por encima del verano pasado pero con un 211 por ciento de inflación”, detalló el secretario general de la Asociación Empleados de Casino Rama Juego, Marcos Labrador.

“No creo que remonte -estimó el gremialista en diálogo con LA CAPITAL-. De hecho, hay preocupación por febrero. Es una temporada mala para el casino”. En tanto, ni desde el Instituto Provincial de Lotería y Casinos ni desde la gerencia central ejercida por Pablo Barrios respondieron las requisitorias de este medio.

En promedio, diariamente, visitan el Casino Central -la sala más grande de todas las existentes en la provincia de Buenos Aires- “unas 8 mil personas, contra unas 18 mil que hubo en enero del año pasado”, reseñaron desde el sindicato que nuclea a los empleados de la rama juego.

En consonancia, desde el sindicato de Administración, Maestranza y Servicios de los casinos provinciales estimaron que la actual temporada “no escapa a lo que sucede en los demás rubros” y la calificaron como “una temporada focalizada en los fines de semana”.

“Es algo que viene pasando -detalló el secretario general del mencionado gremio, Roberto Páez- en todos los casinos: a partir de los jueves empieza a levantar y el domingo cae. El año pasado fue más parejo, sobre todo en enero. Febrero viene complicado”.

Preocupación

Con las cartas sobre la mesa, los gremialistas mostraron preocupación, ya que las perspectivas no son alentadoras. “Hay menor cantidad de público y menos plata. Pasan las dos cosas”, describió Labrador.

Si bien en los últimos diez días de enero “hubo un poco más de gente”, esa relación no se vio reflejada en las apuestas ni en la recaudación. Parece ser que la famosa declaración “no hay plata” del presidente de la Nación, Javier Milei, afectó también al juego.

Esa ecuación negativa repercutirá en los sueldos de los empleados. “Bajará lo que cobramos por caja de empleados, que claramente afecta el nivel de ingresos”, adelantó.

La propina, tal la denominación habitual de la llamada “caja de empleados”, durante los meses veraniegos, llega a constituir más de la mitad de un sueldo mínimo de los casineros. A esa cifra se le suma “la productividad, que es lo que cobramos por beneficios de las máquinas tragamonedas”, detalló el gremialista.

En ese sentido, Labrador mostró “preocupación” por el desempeño durante la temporada y por esa razón contó que se adhirieron al paro del 24. “Si bien somos empleados de la provincia de Buenos Aires, nos afecta directamente el contexto económico y repercute en los ingresos”, explicó.

En el Casino Central funcionan 54 mesas de ruleta y 28 de carteado, entre Punto y Banca y Black Jack, además de 850 máquinas tragamonedas. Esta temporada, las apuestas mínimas para las mesas de ruleta parten de los $500 en la sala común, en tanto que la postura mínima de Black Jack parte de $5 mil al igual que la de Punto y Banca.

El Casino Central abre sus puertas de domingos a jueves de 11 a 6 mientras que los viernes, sábados y vísperas de feriados funciona las 24 horas. El horario de las mesas de juego es de 11 a 4 de jueves a domingos y se extiende una hora más los viernes, sábados y vísperas de feriados.