Con teatro, televisión y el ansiado regreso al cine, Susana cumple 80 años de vitalidad
La actriz y conductora sigue siendo dueña de una vitalidad e imán que la mantiene como uno de los máximos íconos del "star system" nacional. La diva celebrará su cumpleaños junto a 80 invitados.
Susana Giménez llegará este lunes a sus 80 años despidiéndose de los escenarios, con su eterno ciclo televisivo tentándola a volver, el cine, ese arte donde supo ser estrella, invitándola a un protagónico y demostrando que sigue siendo dueña de una vitalidad e imán que la mantiene como uno de los máximos íconos del “star system” nacional.
Instalada en la finca “La Mary” de Punta del Este, su ciudad por adopción desde hace décadas, la diva prepara una fiesta para unos 80 invitados, que contará con Cristian Castro y un show musical, según medios televisivos. Otros invitados serán Ricardo Darín, que irá junto a su mujer Florencia Bas, Mirtha Legrand y varios de sus familiares, como Marcela Tinayre, Juana y Nacho Viale. Del ámbito internacional, se mencionan a José Luis “El Puma” Rodríguez, Ricardo Montaner y Sebastián Yatra.
Gustavo Yankelevich, su amiga Teté Coustarot, Marley, Pampita y Valeria Mazza también figuran en la nómina. La variedad de nombres, como también de disciplinas a las que pertenecen y rangos etarios, demuestras una cosa más: Susana rompe barreras de gustos, sexo y ambientes.
Anoche la conductora finalizó su actuación en “Piel de Judas“, la obra que llevó a cabo en Uruguay con producción de Yankelevich. Susana decidió vivir a tiempo completo en el país que le otorgó la ciudadanía en 2022, tras años de residencia.
Esto hace que su clásico ciclo televisivo “Susana Giménez“, heredero del “Hola Susana“, esté en duda, ya que la exvedette y modelo solo regresa a Buenos Aires de manera esporádica, como cuando llegó para las elecciones presidenciales del año pasado. Siempre frontal y sin pelos en la lengua, Susana anunció su apoyo en primera vuelta a Patricia Bulrich y en el balotaje le dio su voto al triunfante Javier Milei.
La vitalidad de Susana, tal vez, fue fundamental para traspasar un cuadro grave de Covid-19: “Yo tuve neumonía bilateral y fue muy horrible”, dijo en una entrevista tras recuperarse en un sanatorio uruguayo. “Me salvaron dos inyecciones muy impresionantes, fuertes y caras que consiguieron en el sanatorio y me las pusieron”, contó.
Para junio o julio de este año, Susana tiene pensado regresar a la televisión y, específicamente, a Telefé, canal con el que tiene contrato, según dijo en diciembre. Para este 2024, también se rumorea una nueva participación en la serie cómica “Porno y helado” y el regreso al cine con un protagónico en una cinta de Diego Kaplan, con producción de Lucas Akoskin.
En esa agenda de posibles actividades profesionales capaces de interrumpir por un rato el remanso que disfruta en “su lugar en el mundo” esteño figura la posibilidad de una despedida teatral con “Piel de Judas” en Buenos Aires y la conducción en Ciudad de México de la segunda temporada del “reality” “Last One Laughing (LOL)” a través de la plataforma Prime Video.
Una carrera en ascenso
Nacida como María Susana Giménez Aubert en Buenos Aires, desde que apareció por primera vez en la tapa de Gente con la leyenda “Susana, la mujer que mata”, en 1967, tiene uno de los rostros más frecuentes en las publicaciones del Río de la Plata, donde se encumbró fabricando una personalidad encantadora, avasallante y de singular simpatía.
Autora de preguntas acerca de si los dinosaurios estaban vivos o de cómo le acomodaba las pelotas una mujer a su esposo golfista, acuñó latiguillos como “¡Me lo como!”, “¡Ay, mi amooor!”, “¡Qué amoroso!” e introdujo la palabra “ídola”, que no existía en la lengua castellana y que fue adoptada de inmediato por mucha gente.
La carrera de Susana fue siempre en ascenso, nació en el seno de una familia del barrio de Palermo; luego de haber estudiado en el elitista Quilmes High School y el colegio La Anunciata, tuvo a su hija Mercedes Sarrabayrouse a los 18 años tras un acotado matrimonio con el empresario Mario Sarrabayrouse y de allí pasó a integrar la agencia de modelos de Héctor Cavallero.
Su figura y su encanto llamaron la atención del director Fernando Ayala, quien la integró al elenco de “En mi casa mando yo” (1968), con Luis Sandrini y Malvina Pastorino, a lo que siguieron sus intervenciones en los programas “Sótano beat” y “Matrimonios y algo más”, y este último le valió su primer Martín Fierro en 1970, por entonces como “revelación”.
La estrella llegó a coleccionar hasta el momento 27 estatuillas entregadas por Aptra (entre ellos el Oro), así como parejas y maridos, entre quienes se contaron Carlos Monzón, Ricardo Darín cuando ella tenía 34 años y él 21, y su marido legal Huberto Roviralta, contra el que revoleó ceniceros y terminó pagándole más de 10 millones de dólares al terminar el vínculo. Los rumores y la prensa del corazón agregan otros nombres a ese núcleo.
En teatro debutó con “Las mariposas son libres”, junto a Rodolfo Bebán y Ana María Campoy, fue pareja de Leonardo Favio en “Fuiste mía un verano” y de Monzón en “La Mary”, incursionó en la revista gracias a Gerardo Sofovich, protagonizó la primera versión de “Sugar”, posó desnuda en Playboy, rodó películas en Italia y compartió varias con Alberto Olmedo y Jorge Porcel, hasta que recaló en su show televisivo imitando a Raffaella Carrà para luego hacerlo auténticamente suyo.
Susana Giménez es a estas alturas una figura emblemática del imaginario argentino: siempre joven, siempre exitosa, siempre millonaria y siempre “genial”, es, aunque el almanaque le marque 80 veranos, una auténtica estrella.