Con un cierre espiritual y emotivo al son del “Ave María”, Jairo volvió a brillar este lunes en Mar del Plata. El querido intérprete selló la cita que cada mes de enero mantiene con marplatenses y turistas.

En su presentación, repaso todos los géneros con su particular estilo. De la balada romántica al tango, pasando por el folklore y con un set de canciones con arreglos más eléctricos.

Luces azules preanunciaron el arranque del show, puntual, ante un público fervoroso que colmó el salón Colón del Hermitage Hotel.

Durante dos horas Jairo repasó lo mejor y más conmovedor de las cinco décadas de carrera artística para conmover al público que siguió con atención cada una de las composiciones y contribuyó a mantener la propia atmósfera que sembró cada canción.

Ovacionado, el intérprete apareció sobre el escenario con impecables traje y corbata negros y comenzó emocionando con “Soy de una tierra hermosa de América del sur…”, las primeras estrofas de Milonga del trovador.

La puesta de iluminación contribuyó a completar el relato e las canciones, con luces que decoraron con dibujos abstractos el techo y las paredes del salón.

Tras una imponente introducción con juego de voces, continuó con “Por si tu quieres saber” y la guitarra colgada al hombro. Continuando con un set “melódico y armonioso” y la voz intacta, deleitó con “Caballo loco”.

“Buenas noches, casi me olvido”, dijo Jairo. “Estamos muy contentos de cantar aquí en el Hermitage, lo hago desde hace tantos años que ya ni me acuerdo. Hubo una época en la que había un cantante cada semana, Sergio Denis, Sandro, Landriscina y yo. Regresar aquí es motivo de un placer enorme. Cantar en Mar del Plata tiene mucho valor para mí. Gracias por venir” le dijo al público, antes de cantar “Los enamorados”. “Creo que es mí canción favorita. Y siempre está en la cabeza, lista para salir” confesó.

Siguió con una canción compuesta por Horacio Ferrer y Astor Piazzolla especialmente para él: “hay una niña en el alba”, siempre matizando las canciones con historias relacionadas con cada composición.

Luego “Me basta con saber”, enganchada con “Amigos míos me enamoré” y la rítmica “Nuestro amor será un himno”, que estuvo acompañada por un intenso coro de palmas de parte del público en un segmento romántico que terminó con “Para verte feliz”.

Además de su hijo Yaco González, quien es parte de la banda, el artista viajó a esta ciudad junto a su nueva pareja, de quien dijo estar “muy enamorado”.

Los músicos que lo secundaron fueron Guillermo Cardozo Ocampo en piano y arreglos, Dhani Ferron en bajo y coros, Gustavo Horche en batería, Guillermo Arrom en guitarra. Yaco, con quién interpretó “Podría bailar toda la noche contigo” -esa famosa canción que se hizo viral en plena pandemia y que cantaron todos los hijos de Jairo- y la ya clásica “La bohemia”, acompañó todo el recital en percusión y coros.

El final de “La Bohemia”, junto a su hijo Yaco, un clásico en los shows de Jairo.

Tras contar una historia sobre María y la aparición de un ángel, inició otro segmento con “José, el carpintero”.

La noche cambió de clima con “El ferroviario”, canción en la que se lució el guitarrista Guillermo Arrom. El tema tiene un arreglo más rockero, y la conmovedora interpretación, entusiasmó en sus seguidores.

Este set más “power”, estuvo acompañado de un rotundo cambio de la iluminación, que se tiñó de rojo, en la interpretación de “Bar unión”.

El siguiente segmento fue folklórico. Con piano, bombo y guitarra ejecutó la “Zamba del pañuelo” y, entre palmas y fulgor, siguió al ritmo de la chacarera “La olvidada” de Atahualpa Yupanqui y los hermanos Díaz, seguido por un relato de Yupanqui en los tiempos en que estaba prohibido en Argentina.

Tras recordar el amor de su padre por Carlos Gardel, llegó el momento del tango: Jairo cantó “Cuesta abajo”.

“El valle y el volcán” marcó el final formal del show, con un Jairo ovacionado de pie, mientras se retiraba brevemente del escenario, antes de volver para los bises, que incluyeron la clásica “Indio Toba”.

Antes de despedirse definitivamente con el Ave María, Jairo agradeció a la gente del Hermitage Hotel “a donde venimos desde hace tantos años”, especialmente a Florencio y Matilde Aldrey.

En el salón colmado, Jairo emocionó al público.

El artista ya había anticipado lo que significa el recital que desarrolla en Mar del Plata desde que comenzó su carrera artística. “Es algo especial, aparte de ir y cantar siempre en el mismo lugar, es especial hacer los preparativos, probar el sonido, es un momento que me gusta mucho revivir cada año, no es una cosa rutinaria ni que me resulte pesada”, había dicho en una entrevista con LA CAPITAL.