Drogas en fiestas electrónicas y la complejidad en el plan de impedirlas
A pesar de los controles que despliega la policía, la Justicia y el municipio el uso de drogas sintéticas es un problema permanente. Qué se hace para prevenirlas y cuánto tiene que ver la voluntad de consumo.
La muerte de Florencia Yturrioz (26) por el consumo de sustancias tóxicas en una fiesta electrónica trajo nuevamente a la superficie esa problemática que alcanza una escala mayor en Mar del Plata durante estos días de temporada alta.
Mientras el fiscal Fernando Berlingeri continúa la investigación para determinar en qué circunstancias la joven nutricionista consumió la droga que le produjo la muerte, autoridades policiales y judiciales de la ciudad recordaron que es una práctica de alta complejidad para desterrarla, ya que se desarrolla, por lo general, en eventos masivos de difícil control.
El ámbito natural en el que circula la mayor cantidad de drogas como el éxtasis, la metanfetamina, el crystal, LSD e incluso cocaína rosa (tusi) son las fiestas electrónicas que tiene a Mar del Plata como una de las sedes más fuertes de Sudamérica. Elegida por reconocidos artistas internacionales, la ciudad se impuso desde hace años en los programas. De hecho este fin de semana se presenta el británico Fatboy Slim en la estancia La Moringa con una concurrencia superior a las 10 mil personas, y de forma simultánea lo hace también Gordo Wade en el balneario Mute. Este sábado también se celebran dos “after” que podrían ser más masivos que lo anterior.
Ya en el año 2017 dos jóvenes habían sido internados en el Hospital Privado de Comunidad por un cuadro de crisis compulsivas. Todas las temporadas se reportan episodios de intoxicación pero sin llegar a internaciones de gravedad.
“Es algo que está instalado, es parte de la cultura electrónica y es muy difícil de contrarrestar, ya que no se puede cachear a cada una de las personas que entran a un evento. Las drogas entran en un bolsillo pequeño, en el calzado o incluso en las fundas de los teléfonos celulares”, explicó una fuente judicial a LA CAPITAL.
Tanto la policía de la Provincia de Buenos Aires como la Policía Federal, en coordinación con la Secretaría de Seguridad de General Pueyrredon, trabajan en controles preventivos, vehiculares y con perros adiestrados en las proximidades de los lugares donde se llevan a cabo los eventos para impedir la comercialización. Sin embargo, cuando hay voluntad personal de llevar alguna pastilla, algún troquel o algún recipiente con “popper” comprado con anterioridad es casi imposible su detección.
“Este sábado tenemos 10 eventos masivos en Mar del Plata y será el fin de semana que nos interpela. Pero la Municipalidad pone sus recursos de Tránsito, Patrulla Municipal y coordina con Defensa Civil para colaborar lo máximo posible con las fuerzas de seguridad”, dijo Rodrigo Goncalves, secretario de Seguridad.
La fiscalía de estupefacientes de Mar del Plata, a cargo de Leandro Favaro y Daniela Ledesma, tiene por política secuestrar la droga que se incaute en poder de un consumidor o consumidora e informarle sobre los lugares públicos a los que pueden acudir en caso de consumo problemático.
El año pasado los investigadores pudieron detectar la actividad de algunos “dealers” y lograron el secuestro de 316 pastillas de éxtasis el 28 de enero y de “tusi”, éxtasis y marihuana el 30 de enero.