El asesinato de Juan Carlos Méndez (86), el anciano que murió a causa del golpe que le asestó una joven trabajadora sexual en su domicilio del barrio Villa Primera , se encamina a su esclarecimiento sin un contexto de presunto robo atribuido a la imputada.

Para el fiscal Fernando Berlingeri, a cargo de la UFI N°4, el relato de Méndez antes de perder el conocimiento, ser internado y fallecer no encuentra ningún respaldo probatorio y, por el contrario, parece ser descartado por los testimonios incorporados a la investigación.

Vale recordar que Méndez habría expresado que mientras se encontraba en su casa de Ituzaingó al 6100 en la mañana del martes se había acercado a la puerta una pareja para pedirle pan o algo para comer. Que en esas circunstancias él le permitió pasar y una vez dentro de la vivienda lo asaltaron, le robaron dinero y herramientas.

El hombre dio alguna referencia de la mujer pero a los efectos de la investigación el testimonio de un vecino fue mucho más relevante y esclarecedor. Explicó en detalle cómo estaba vestida la mujer a la que había visto salir de la casa de Méndez, por lo que la policía hizo una recorrida y la localizó en Berutti y Monseñor Zabala.

La joven fue identificada como Camila Burgos (22), quien, pese a no tener ningún valor jurídico, dijo que era una trabajadora sexual y que le había pegado al “viejo” porque no le había querido pagar por sus servicios.

Mientras la mujer era detenida, Méndez ya estaba en el Hospital Interzonal General de Agudos (HIGA), donde el traumatismo de cráneo derivó en un cuadro más complejo y poco horas después en su fallecimiento. La operación de autopsia reveló que Méndez presentaba lesiones contusas en distintas partes del cuerpo y algunas laceraciones.

Al cabo de algunas averiguaciones, tanto el fiscal Berlingeri como la policía de la comisaría distrital cuarta pudieron acercarse más a la hipótesis que dio a entender la imputada que a la referida por la víctima. Es que el vecino que había visto salir a Burgos sin herramientas y que una hora antes la había visto entrar con el propio Méndez.

Para los investigadores es probable que la joven haya pernoctado en la casa del jubilado y que saliern a la mañana para regresar juntos a las 10, aproximadamente. Luego, a las 11, la mujer salió algo nerviosa y escapó del domicilio de la calle Ituzaingó.

Vale remarcar que a pocas cuadras de allí comenzó a crecer desde el año pasado una “mini” zona roja, con mujeres trans apostadas en la esquina de Monseñor Zabala (Champagnat) y Chacabuco. También otras mujeres suelen merodear las cercanías de la rotonda de Berutti, zona en donde no solo fue detenida Burgos sino que también se cree que pernoctaba allí. En ese lugar hay una vieja estación de servicios abandonada.

En la mañana de este miércoles Burgos fue trasladada hasta el octavo piso del edificio central de Tribunales donde se negó a declarar ante Berlingeri y quedó alojada en el destacamento femenino a la espera de la continuidad procesal de su causa.