El extraño clásico que duró menos de una década
El 10 de agosto de 1997, veinte años atrás, se jugó el último Aldosivi-Alvarado oficial por la liga local. Fueron 30' hasta que graves incidentes llevaron a la suspensión. Al cabo, esa última función fue casi una síntesis de un duelo que en ocho años se transformó en clásico, que dio episodios memorables y que nunca más volvió a jugarse.
Los delegados Miguel Otalepo y Raúl Doña rodean al árbitro Jorge Di Salvo.
por Víctor Molinero
@vhmolinero
Más de veintiseis atrás, el 10 de agosto de 1997, los equipos de primera división de Aldosivi y Alvarado se veían frente a frente por última vez.
Fue por la decimosegunda fecha del torneo de la Liga Marplatense de Fútbol, en el que Alvarado era el líder y Aldosivi lo afrontaba con un equipo plagado de pibes ya que sus profesionales realizaban la pretemporada con vistas a su participación en el Nacional B.
El escenario (inapropiado para la ocasión) fue la cancha de River, a metros del barrio Centenario, reducto por excelencia de Alvarado.
“Ellos eligieron esa cancha o la de Nación, que hubiese sido peor. Nosotros dijimos que había que jugarlo en el Mundialista. Pero en ese entonces no tenía tanta injerencia la policía a la hora de elegir cancha o poner reparos. Por eso se jugó en River”, recuerda el por entonces delegado aldosivista Miguel Otalepo.
El árbitro fue Jorge Di Salvo y el partido duró apenas 30 minutos, antes de suspenderse por los incidentes generados por parciales de ambas hinchadas y la posterior negativa del club portuense a continuar el cotejo una vez que el juez decidió que debía seguir.
“Ese partido no debía haberse jugado en cancha de River”, asegura Jorge Di Salvo, árbitro de aquel partido que hace 18 años dejó el referato y trabaja en el casino de Tigre.
“Ya antes de empezar los hinchas habían herido a dos policías detrás de los bancos de suplentes. Tuvieron que ser hospitalizados”, aporta este juez que dirigió 4 partidos oficiales entre Aldosivi y Alvarado.
“Eran partidos durísimos, que generaban mucha expectativa en la semana”, agrega Di Salvo, quien acredita más de 500 cotejos dirigidos, con cuatro temporadas del viejo Nacional B incluidas.
“Primero llamé a los jugadores al círculo central y les dije de retirarnos al vestuario. Después la policía nos dio garantías para seguir pero bueno, Aldosivi no quiso hacerlo. No es verdad que haya tenido presiones para continuarlo”, afirma Di Salvo.
“Entró un grupito de nuestra hinchada y comenzaron a putearse con los de Alvarado en el codo donde están los baños de la cancha de River (la esquina de Matheu y Los Andes). Dos de ellos saltaron el alambrado y se trenzaron con los nuestros entonces entró el grupo más grande de Aldosivi. Ahí se metió infantería para separar y sacó a los hinchas de Aldosivi pero los de ellos quisieron ir a buscarlos afuera. La policía pudo sacarlos de la zona y evitar un choque que hubiese sido tremendo. Pero nosotros nos quedamos dentro del vestuario con un patrullero y dos policías como respaldo. Zafamos porque un oficial les puso banca y porque los delegados de Alvarado, ‘Caito’ Doña y Mulinetti intercedieron porque los hinchas se querían meter al vestuario. Estuvimos horas en el vestuario antes de poder salir”, relata Otalepo.
“Ellos jugaron con chicos ese torneo pero ojo que jugaban bien ehh. Tenían nombres lindos”, recuerda hoy Facundo De Llano, emblema de Alvarado ahora ya retirado.
“Entramos al vestuario por los gases y al ratito el árbitro nos dice que habían sacado a todos los hinchas de Aldosivi y quedaban sólo los de Alvarado, que se podía seguir. Me acuerdo que los jugadores de Alvarado nos gritaban desde el otro vestuario que entráramos a jugar, que no seamos cagones. Nosotros estábamos tranquilos aunque se escuchaban las balas de gomas y las corridas. Los dirigentes, el árbitro y la policía eran los que discutían”,
relata Carlos Arias, por entonces haciendo sus primeros pasos en Aldosivi.
“Es verdad lo que dice Charly. Les decíamos que salgan a jugar que estaban dadas las garantías. Después, en frío, lo pensás y te das cuenta que hubiese sido una locura continuarlo. Pasa que nosotros queríamos salir campeones en ese partido y necesitábamos los puntos. Después terminamos dando la vuelta contra Círculo Deportivo”, reconoce De Llano.
“Pero si entrábamos a la cancha y hacíamos un gol nosotros se pudría todo. Imaginate que arriba de nuestro banco de suplentes había cuatro o cinco hinchas parados que tiraban piedritas a los nuestros”, acota Arias.
“Recuerdo que el partido era parejo hasta la suspensión. Yo había metido un cabezazo en el primer palo que se fue cerca. Ahí vinieron a apretarnos Galvarne y Tempone“, agrega Arias.
“Fue un clásico raro porque el partido estaba lindo. A los 15′ o 20′ entra la hinchada de Aldosivi y a partir de ahí se hizo complicado jugarlo, empezaron los gases lacrimógenos. Estábamos más pendientes de nuestras familias. Imaginate que estaba mi hijo Facundito (NdR: luego también jugador del club) que había nacido justo en un clásico, en el del gol de Reggiardo que ganamos 1 a 0”, dice De Llano.
La salida del plantel visitante fue dificultosa, como había relatado previamente Otalepo.
“Salimos en una combi todos tirados en el piso, en contramano, para poder agarrar Juan B. Justo a las chapas”, asegura Arias, quien luego jugó en Alvarado.
Nunca más
Desde entonces nunca más se vieron las caras Aldosivi y Alvarado. En el ámbito local, los dirigentes hicieron todo por desterrarlos en su momento del torneo oficial. ¿Cómo? Primero los mandaron a zonas distintas en los siguientes torneos e hicieron malabares para no cruzarlos. O los “invitaron” a curiosas fusiones con equipos de menor trascendencia.
“Para ese partido (Jorge) Bosco nos había pedido que pongamos equipos de juveniles para restarle interés y que no vaya la gente. Nosotros podíamos hacerlo porque teníamos dos planteles ya que estábamos jugando el Nacional B. Pero ellos tenían un equipo sólo. Y cuando les dijeron de poner juveniles no quisieron saber nada” confiesa Otalepo.
“La recaudación oficial hablaba de 1.200 personas pero había muchísimas más. Nuestros serían unos 500 que no quisieron dejar sólos a los pibes del club”, agrega “Pepe”.
Raleados
Para esa altura, el resto de los clubes locales tampoco los quería en la competencia. Es que mientras debían pagar 4 efectivos policiales para cualquier partido de liga, cuando enfrentaban a Alvarado o Aldosivi el operativo de seguridad crecía notablemente. Y se les hacía imposible hacerse cargo.
Finalmente les dieron plazas fijas en los torneos Argentinos. Inclusive Aldosivi desistió de presentar equipo propio en la liga local en los últimos años.
Si hasta trascendió que desde la organización de la Copa Argentina alguien deslizó que el único partido que no se podría organizar sería un Aldosivi-Alvarado. Y eso que hay clásicos “picantes” en Rosario, Córdoba, Tucumán, La Plata o Santa Fe…
Como ejemplo, basta con mencionar las dificultades que encontraron ex futbolistas marplatenses que quisieron juntar a glorias de los dos equipos más populares de la ciudad para armar un cotejo benéfico en el estadio José María Minella.
“Los dirigentes no querían saber nada. Nos pusieron trabas por todos lados. Y eso que siempre dijimos que la idea era juntar a leyendas con ex jugadores de los dos pero no era un Aldosivi-Alvarado”, aclara el propio Carlos Airas, a la cabeza de la organización de aquel evento realizado este mismo año.
“Lugones (Juan Manuel, a cargo de la Aprevide) tenía miedo de hacer el partido y el Concejo Deliberante también estaba dividido. Algunos no querían saber nada”, acusa.
“Al final hicieron un operativo como si fuera un partido de verano y no pasó nada. Fueron familiares, amigos y terminamos jugando ‘mezclados’ para evitar malentendidos.”, cuenta Arias con un dejo de amargura.
En la misma línea, Facundo De Llano, asegura que él está dispuesto a ponerse a la cabeza de una movida para concientizar a la gente.
“Los que hemos jugado el clásico tendríamos que salir a dar la cara y hacerle entender a la gente que se tiene que terminar con la violencia y recuperar este partido”, reconoce Facundo.
“Eran partidos espectaculares. Mi primer clásico fue en el 94, el día que rompieron a Javier (NdR: una patada de Mauro Camoranesi fracturó a Pizzo) y ese día terminó todo mal (NdR: con trompadas y corridas entre los dirigentes incluidas)”, recuerda De Llano.
Un duelo con olor a clásico
La historia de los clásicos futboleros en Mar del Plata es particular. Porque nunca pudieron sostenerse en el tiempo. Los Quilmes-Independiente, los San Lorenzo-Kimberley se fueron diluyendo con el correr de los años. Hoy esos partidos no generan nada extra cuando se miden en un cotejo del torneo local. En la actualidad el color lo puede aportar un Deportivo Norte-Independiente.
Es que Aldosivi y Alvarado son los dos únicos clubes de fútbol en la ciudad que siguen teniendo hinchas genuinos. Al resto lo siguen familiares y allegados.
Pero ya desde mucho antes los dos tuvieron parcialidades numerosas y seguidoras. Aún en la época en la que San Lorenzo y Kimberley se robaban los flashes. Así lo recordaba tiempo atrás Raúl Ramírez, prestigioso periodista deportivo marplatense.
“Los dos llevaban mucha gente siempre y cada vez que se enfrentaban ese partido era de los que más recaudaba en la fecha”, contó Ramírez.
Por entonces no había clásico pero sí un partido “picante”. Husmeando en el archivo de LA CAPITAL pueden encontrarse algunos cruces que terminaron con incidentes en la década del 60. No porque hubiese una rivalidad o encono sino porque ambos clubes representaban a barriadas populosas. Y por entonces, sin tanta seguridad en los estadios, cualquier chispazo podía generar una revuelta. Sin embargo, hay quienes recuerdan que alguna vez las hinchadas compartieron tribuna y buena onda.
Eso terminó a finales de los 80. Allí se rompió algo. Y ese recelo se potenció cuando los dos equipos que acreditaban un puñado de títulos locales (tres Aldosivi en el 73, 74 y 75 y uno Alvarado en el 77) se convirtieron en los principales animadores de cada torneo organizado por la LMF.
Los del puerto y los del ex barrio de Mataderos afrontaron duelos memorables en un breve lapso de no más de ocho años. Hubo finales de liga, cruces en torneos de ascenso a nivel nacional, un insólito 13 a 0 y hasta un mano a mano para ganar una plaza en el reestructurado Nacional B (Aldosivi ganó los dos partidos y Alvarado debió conformarse con seguir en el Argentino A). En ese período ganaron tres títulos cada uno. Aldosivi lo hizo en el 89, 93 y 94. Alvarado en el 90, 92 y 97.
Por entonces ambas dirigencias se esmeraron por contratar jugadores que hicieran ruido. Pero también se “trenzaron” en disputas irracionales que en ocasiones colaboraron con la violencia que se estaba gestando.
Así, en pocos años, los Alvarado-Aldosivi se convirtieron en el clásico del fútbol marplatense. Los de Mataderos no renegaron de eso. A los portuenses les costó más asumirlo. Hoy por hoy la mayoría sigue remarcando que su clásico es Talleres, un viejo rival en la zona sur de la ciudad. Sin embargo, hace décadas que un partido de Aldosivi no se escucha una canción dedicada a los “primos” del puerto. Todas las dedicatorias son para Alvarado claro.
La síntesis del último duelo
Alvarado 0
D.Mejías; H.Galvarne, G.Tempone, C.Queral y J.Pizzo; F.De Llano, R.Porco y Junco; C.Otero; Valinotti y M.Marín. DT: Norberto Eresuma.
Aldosivi 0
G.Benítez; Egozcue, Sliwa, C.Arias y García Lorenzo; Gallo, Vera y M.Ruiz; E.Bernaola; M.López y D.Becchi. DT: Oscar Delarroca.
Cancha: River Plate (local Alvarado).
Arbitro: Jorge Di Salvo.
Recaudación: 5.000 pesos por la venta de 1.200 entradas.
Incidencia: el partido fue suspendido a los 30′ del primer tiempo. El Tribunal de Disciplina se lo dio luego por ganado a Alvarado 1-0.
Resolución
Durante la semana posterior al partido suspendido, el Tribunal de Disciplina de la Liga Marplatense de Fútbol decidió darle por ganado el partido a Alvarado 1-0, entendiendo que el elenco portuense había decidido no seguir un cotejo que presentaba las condiciones para su continuidad.
Aldosivi denunció que el informe del árbitro Jorge Di Salvo había sido fraguado, ya que allí figuraba que estaban las condiciones dadas para seguir el partido, algo que -según dijo en aquel momento Miguel Otalepo- no se condecía con la planilla firmada por todos el mismo día del partido. Alvarado terminó siendo campeón aquel año. Aldosivi, en tanto, comenzó a jugar días después la que fue su segunda temporada en la Primera B Nacional, que terminaría con una impensada final por un ascenso contra Belgrano de Córdoba.
La ruptura
Los testimonios son recurrentes y coinciden. Pese a tener dos populosas barriadas detrás, en general había buena onda entre las hinchadas de Aldosivi y Alvarado a lo largo del tiempo más allá de algún cruce “picante” en la década del 60. La relación comenzó a romperse en la última mitad de la década del 80.
En el 88, en las finales del torneo local, la hinchada de Alvarado apoyó a Deportivo Norte en los partidos contra Aldosivi. Hubo reproches durante la semana y un malestar que pareció zanjarse a través del diálogo.
Jugaban Deportivo Norte y Nueva Chicago por el octogonal final del Torneo del Interior, buscando un lugar en el viejo Nacional B. Fue el 30 de abril de 1989 en el José María Minella.
La hinchada de Alvarado otra vez dijo presente para dar su apoyo a los de La Perla. Pero por cuestiones particulares Aldosivi estuvo en la popular del frente, con el elenco porteño.
Es que por aquellos años, se había radicado en Mar del Plata “el Francés”, un barra brava de Nueva Chicago que rápidamente hizo buenas migas con el club portuense. Le consiguieron trabajo en el puerto y se fue involucrando con “el abuelo” y los líderes de la barra aldosivista. De a poco fue ganando terreno y, para cuando llegó Chicago a la ciudad, convenció a un grupo grande para que lo acompañe a la cancha a apoyar al verdinegro contra Deportivo Norte.
“El tema es que fueron con una bandera de Aldosivi” recordó Miguel Otalepo, ex dirigente del club portuense.
Después del partido, que ganó Chicago por penales (había ganado 1-0 en Mataderos y Norte 2-1 aquí con sendas conquistas de Luis Piazzalonga), las hinchadas se cruzaron en las adyacencias del estadio José María Minella.
“Fue terrible. Afuera de la cancha se desmadró todo. Y ya nunca más se pudo detener lamentablemente”, asegura Otalepo.
José Mulinetti, histórico dirigente de Alvarado, coincide al señalar aquellos dos partidos como mojones de una rivalidad que llegó a niveles insospechados. Pero contó cómo se fue revirtiendo la situación. “Las dirigencias hicieron un gran esfuerzo. En inferiores se ha jugado sin problemas e inclusive José Moscuzza estuvo en el predio de Alvarado mirando los partidos. Hubo buena voluntad de ambas partes y los chicos pudieron jugar sin problemas. Porque es una vergüenza que no se pueda jugar un partido así. Se fue agigantando una pica que traspasó los límites y no se pudo detener más”, confió el respetado directivo.