Alvarado: buscan testigos y analizan cámaras de seguridad
El fiscal Fernando Castro ordenó la realización de una serie de peritajes en el marco de la investigación del ataque ocurrido el martes en la sede del club de Rodríguez Peña y Jara. El barrabrava herido continúa internado.
La Justicia y la policía continúan con la investigación del hecho ocurrido en la sede del Club Alvarado, donde dos hinchas fueron baleados el martes a la tarde, durante la presentación del nuevo director técnico Gustavo Noto.
En ese contexto, el fiscal Fernando Castro ordenó la realización de una serie de peritajes entre los que figura el análisis de las imágenes tomadas por las cámaras de seguridad de club. Hasta ahora, la diligencia no dio resultados de importancia, debido a que los artefactos apuntan al hall del edificio, y el ataque ocurrió afuera, en la vereda.
Al menos así lo indican algunos testigos que ya declararon en el marco de la investigación. Y por estas horas, tanto Castro como la policía buscan más personas que hayan estado en el lugar para dar su versión de los hechos.
En tanto, César Córdoba (39), el barrabrava herido, permanecía anoche internado en el Hospital Interzonal General de Agudos (HIGA). Según su familia, estaría fuera de peligro, aunque se teme que el tiro recibido le cause graves secuelas, ya que aún tiene alojado en la zona vertebral el proyectil que le ingresó por el abdomen.
Por su parte, Federico Huergo, el otro hincha que fue rozado por una bala, está fuera de peligro. Conforme pudo saber LA CAPITAL, declaró ante el personal policial de la comisaría cuarta -con jurisdicción en la zona del hecho- pero no dio detalles significativos que permitan el esclarecimiento de lo sucedido.
Al parecer, Huergo dijo que cuando se produjo la corrida y se oyó la detonación contra Córdoba, corrió hacia la esquina del club y fue entonces cuando se dio cuenta de que tenía sangre en un hombro. Sin embargo, agregó que no pudo dilucidar quién había disparado la bala que lo rozó.
Inclusive, hasta la noche del martes sólo se suponía que había un solo hombre baleado, y ese era Córdoba. Pero la llegada de Huergo a la clínica Colón para atenderse por la herida sufrida hizo que la investigación se extendiera a una víctima más.
Prófugo
El hecho ocurrido en Alvarado tomó tuvo repercusión nacional debido a que dentro de la sede de Rodríguez Peña y Jara estaba el diputado nacional Facundo Moyano, quien además es vice presidente segundo de la institución. Eso hizo que desde las más altas esferas del Gobierno tomaran conocimiento del caso.
Según pudo saber LA CAPITAL, en el Ministerio de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, a cargo de Cristian Ritondo, y en la Procuración General se preocuparon por lo ocurrido. Inclusive, hubo llamados a las autoridades judiciales y policiales de la ciudad para consultar en qué estado se encuentra la investigación y bregar por una rápida resolución. Sin embargo, hasta anoche el agresor continuaba prófugo, aunque estaría identificado y sería integrante de la banda del Fonavi, enfrentada a la facción de la barra del Centenario.
Lo que ocurre es que a los pesquisas, entre los que también están los efectivos de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) local, se les complica el avance de la causa si no recolectan declaraciones testimoniales de valor. Y en esa línea trabajarán mañana. Entre otros, fueron citados en Tribunales el abogado penalista Wenceslao Méndez, quien además es secretario de Seguridad de Alvarado.
Hasta ahora, los dirigentes del “Torito de Mataderos” no quisieron hablar con la prensa ni dar su versión de los hechos. Extraoficialmente, se dice que tanto el presidente Pablo Mirón, como el resto de la comisión -incluido Moyano- barajan la posibilidad de abandonar el club. En el caso del diputado massista, no sería la primera vez: ya lo hizo en 2013 y adujo motivos similares, relacionados con la interna de la barrabrava.
Mientras tanto, el titular de la Agencia de Prevención de la Violencia en el Deporte (Aprevide), Juan Manuel Lugones, aseguró que el gobierno provincial garantizará la custodia de las instalaciones del club y de sus directivos, que tomaron la decisión de suspender el inicio de la pretemporada (Ver Deportes).
“La tribuna de Alvarado no va a volver a ser la misma: si los dirigentes no pueden evitar el ingreso de los barras con el derecho de admisión, nosotros estamos dispuestos a aplicar y garantizar la prohibición de concurrencia”, afirmó Lugones, tras reunirse con las autoridades de la institución.
Es que son varios los dirigentes de Alvarado que fueron amenazados directamente. Uno de ellos, Alejandro Trubiano, hasta recibió un golpe mientras le apuntaba con un arma un allegado a Córdoba, que le exigía que dijera quién había sido el autor del disparo contra el barrabrava. Ante la falta de respuestas del directivo, quien decía no conocer al agresor, las amenazas y la violencia recrudecían. Es decir, el hecho podría haber sido aún más grave, ya que en ese momento el único móvil (correspondiente a la Policía Local) presente en el lugar se había ido como custodia detrás del automóvil particular que trasladaba a Córdoba al HIGA. Luego, el arribo del personal del CPC y de la comisaría cuarta restableció el orden.
El caso
La interna en la barrabrava de Alvarado se desató en octubre pasado, luego de que fuera asesinado el camillero del HIGA Jorge Guzmán, quien era hincha del club y amigo de los Córdoba. Desde entonces, la dirigencia de la institución sabía que podía existir un nuevo enfrentamiento entre los grupos antagónicos.
Aunque tal vez jamás pensaron que el escenario podía ser la sede social, y mucho menos el momento: durante la presentación del flamante entrenador, Gustavo Noto, junto a su cuerpo técnico, y ante la presencia de nada más y nada menos que el diputado Moyano.
Cuando finalizó la conferencia de prensa, pasadas las 18 del martes, y todavía mientras los protagonistas ofrecían notas a los medios, registró una corrida desde la vereda del club, a lo que le siguieron gritos y una detonación. Segundos después, Córdoba apareció en el piso, con una herida en el abdomen y el agresor escapó entre los presentes. Más tarde, el herido fue trasladado al nosocomio local en donde al cierre de esta edición permanecía internado.
De la reconstrucción preliminar del hecho se desprende que habría existido entre los barrabravas presentes un intercambio violento de palabras, y luego se produjo el ataque. También que, supuestamente, ambos estaban armados. Hasta ahora, son hipótesis y ninguna fue confirmada por la Justicia y la policía, que trabajan en el esclarecimiento del caso.