El asesinato a tiros de los hermanos Rosana y Marcelo Coronel, ocurrido en la noche del sábado en una vivienda del barrio Belgrano, fue el resultado de disputas iniciadas tiempo atrás que tuvieron su origen en la relación entre la mujer y el homicida.

Víctor Figueroa (42), que permanece alojado en la Unidad Penal N°44 de Batán desde el momento de su detención, descargó toda su ira en medio de una discusión que tuvo como escenario la vivienda familiar de los Coronel.

De acuerdo a lo narrado por algunos testigos, pasadas las 20 Figueroa llegó a la vivienda de Rosales al 11100 en su automóvil Volkswagen Suran color gris. Al cabo de un breve intercambio de palabras con Rosana Coronel (46), comenzó una confrontación que en un primer momento parecía tener las mismas características de las anteriores. Gritos, insultos y amenazas fueron ganando lugar hasta que decidió interceder el hermano de Coronel, un hombre de 44 años.

En esas circunstancias Figueroa extrajo de la cintura un arma de fuego y efectuó varios disparos. Uno de ellos impactó en el cuello de Rosana Coronel, mientras que otro proyectil dio de lleno en la cabeza del hermano.

Rosana Coronel y su asesino, Víctor Figueroa.

Los gritos ya habían alarmado a vecinos y otras personas allegadas a las víctimas corrieron a socorrerlas, mientras Figueroa corría hacia el Volkswagen Suran que había quedado estacionado sobre la calle Rosales.

La desesperación por ayudar a los heridos no impidió que uno de los vecinos llamara al 911 mientras se organizaba el traslado de los hermanos Coronel hasta el Hospital Interzonal General de Agudos (HIGA), ubicado a menos de 20 cuadras de allí. Cuando la policía de la comisaría undécima llegó al lugar un vehículo particular estaba saliendo hacia el nosocomio con las víctimas en gravísimo estado. El patrullero colaboró con el traslado al abrir el paso a toda velocidad hasta la rampa de acceso al HIGA.

Mientras todo esto ocurría Figueroa había desaparecido rumbo a otro sector cercano a bordo de su automóvil cuyas características ya habían sido irradiadas por el personal policial. Se cree que en la fuga, el autor del doble crimen pasó por las inmediaciones de la comisaría ubicada en la avenida Carlos Gardel e Irala. Cuando transitaba por Magallanes al 11100, un sector de extrema conflictividad en esa zona de Mar del Plata, Figueroa fue interceptado por un móvil policial. Dentro del automóvil la policía secuestró un revolver calibre 38 que se cree que fue el que empleó en el hecho.

En tanto en el nosocomio los médicos nada pudieron hacer para salvar la vida de los hermanos Coronel, ya que las heridas habían sido letales.

La fiscal Romina Díaz solicitó las medidas de rigor en estos casos como las dos operaciones de autopsias y el cotejo balístico con el arma secuestrada si es que pueden recuperarse proyectiles del cuerpo de las víctimas. Figueroa se negó a declarar ante la fiscal Díaz por sugerencia del defensor oficial Claudio De Miguel.