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Enlace Universitario 21 de diciembre de 2023

Las olas como recurso del Estado Provincial

Por Federico Ignacio Isla
Inv. Superior del CONICET- Prof. UNMDP

El art. 235 del Código Civil enumera aquellos bienes que se consideran públicos (mar, playas, bahías, islas). Las olas nunca fueron consideradas como un bien público en el universo del cordobés Vélez Sarsfield, como tampoco fueron consideradas en actualizaciones posteriores. No obstante ello, algunas comunidades han considerado las olas, y particularmente las rompientes, como un recurso social y económico. En 1991 Nueva Zelanda dispuso la protección y conservación de las rompientes, teniendo particularmente en cuenta aquellas que pudieran ser modificadas o destruidas por construcciones costeras (muros, espigones, escolleras, rellenos, puertos).
Mar del Plata tiene las olas más altas de la provincia de Buenos Aires por ubicarse en la saliente de las Sierras de Tandilia. Estas olas tienen pocos efectos de fricción en la más angosta plataforma continental, con puntas y cabos que originan la refracción del tren de olas. El ángulo de despegue aumenta el recorrido de la rompiente. La ola rompe cuando la altura es 0,78 de la profundidad, y dependiendo de la pendiente en ese sector se producen rompientes de desgarre, volteo (tubo), colapso o surging. De todos modos, en Mar del Plata no todas las rompientes sucesivas son iguales. Normalmente hay una interacción de olas provenientes del sudeste, y del este-sudeste con diferentes períodos y alturas. Normalmente hay una secuencia cíclica de 6 olas chicas y 3 grandes (o 5 y 2). Luego de una tormenta en el sur (mayor distancia de generación de olas) llegan las olas más rápidas (que son las más altas y de mayor período); posteriormente las olas se hacen menores porque son más lentas.
En los años 80 se construyó una escollera desde el cabo Corrientes que pretendió recuperar la Playa de los Ingleses. Así se perdió la rompiente de ola difractada por el Cabo Corrientes. Dada la escasa acumulación de arena en 1988 el recinto fue considerado para la construcción de un puerto deportivo. En aquellos días no se precisaba Evaluación de Impacto Ambiental que previera los impactos de la obra; tampoco se tenía dimensión de lo que iba a significar el surf, como deporte y como cultura en la ciudad. Se estima que en el mundo el surf deja beneficios de 2,63 mil millones de euros.

Otras puntas se han hecho hoy populares por el valor de sus olas: Punta Cantera y Punta Hermengo. La Punta Cantera debe su nombre a la cantera que proveyó los bloques para la construcción del puerto. Punta Hermengo es un error toponímico que se fue deformando. Cardiel cruzó el arroyo El Durazno el día de San Hermenegildo y así lo consignó. FitzRoy tomó ese nombre para la punta cercana y lo indicó en su carta como “Hermeneg. Point”. Las cartas del Servicio de Hidrografía Naval castellanizaron aquella abreviatura como Punta Hermengo.
Actualmente estos sectores reciben los surfistas que llegan a Mar del Plata y Mirmar si están previstas “buenas olas”. Este turismo de fin de semana arrastra industrias como la de las tablas y la vestimenta relacionada a este deporte.

Es por todo ello que la provincia debe asegurarse que estas rompientes sean preservadas.