Cuando los sanitaristas de la ambulancia la descubrieron, durante la agonía final en su casa, coincidieron en que jamás habían visto algo igual. El cadáver de la jubilada tenía a su alrededor restos de vómito y excremento seco. El médico del Hospital Interzonal General de Agudos (HIGA) que luego firmó el certificado de defunción fue directo a hacer la denuncia, puesto que tampoco había presenciado nunca en su carrera una situación de abandono semejante. Esa acción dio paso directo a la Justicia, que la semana pasada apuntó contra la hija de la mujer y ordenó su detención por considerar que la dejó morir mientras cobraba el dinero de su pensión.

El caso, que se conoció en las últimas horas, está a cargo de la fiscal María Florencia Salas, y ocurrió hace casi dos semanas. Sin embargo, la aprehensión de la acusada se produjo el jueves pasado, después de que así lo consintiera la jueza de Garantías, Lucrecia Bustos, al analizar las pruebas recolectadas en la investigación.

Conforme trascendió, la víctima fue identificada como Ana Romero (70), y al momento de su muerte se hallaba en un estado de sumo desamparo y desatención. Los especialistas forenses que llevaron a cabo la operación de autopsia  al cuerpo señalaron que había sufrido deshidratación y desnutrición.

Pero eso no es todo: en la zona lumbar y en las piernas hallaron larvas en diferentes grados de evolución. Y también notaron que tenía una muñeca fracturada y que la lesión databa de hacía “mucho tiempo”.

“Se encontraba en estado deplorable, sin movilidad, cuidado ni higiene”, relató una fuente consultada por LA CAPITAL.

Según pudo averiguar la Justicia posteriormente, Romero estaba a cargo del cuidado de su hija, que a su vez es madre de un bebé de 2 años. Además, esta mujer cobraba el dinero de su jubilación. Por eso, al acreditar que existían elementos que podían llegar a incriminarla como autora del delito de “abandono de persona seguido de muerte”, se ordenó su detención, el último miércoles 6 de diciembre.

El jueves siguiente, el operativo se consumó y la acusada quedó alojada en el Destacamento Femenino, tras negarse a declarar ante la fiscal Salas. De acuerdo a los datos obtenidos por este medio, tanto la imputada como su hijo se encuentran en buen estado físico, pero a la mujer se le realizarán peritajes psicológicos y psiquiátricos para determinar si comprende cabalmente sus actos.