Ana Magiar, la soprano marplatense que lleva al crossover por el mundo
"La música me permitió crearme a mí misma, desde lo que soy y lo que he heredado". La artista, que está trabajando en un nuevo disco, habló de los desafíos y reconocimientos que le deparó este año, al que definió como "muy nutricio".
“Es como agarrar una paleta de colores, tomar los colores y mezclarlos”. Así define la marplatense Ana Magiar al crossover, estilo musical que abrazó como “amparo” y “refugio“, porque es “la síntesis de los géneros que me gustan”.
La artista hizo memoria en una charla con LA CAPITAL y aseguró que la música, que ha estado en su vida desde siempre, siempre fue su “prioridad” y su “destino”. Formada primero de manera autodidacta, comenzó a expresarse en coros y en bandas de rock, siendo adolescente. Luego se formó en canto lírico y cantó óperas, hasta que logró la fusión de todo lo que le gustaba en un género que, tiempo después y con su aporte y el de muchos referentes -como Andrea Bocelli y Tarja Turunen- ha crecido y se ha instalado en el mundo de la música.
Entre viajes por el país para presentarse en distintos eventos, la grabación de nuevo material y el reconocimiento como “Estrella de la Noche” en Dubai, la tierra de sus ancestros, Ana Magiar, contó su historia de amor a la música a LA CAPITAL.
-¿Cómo inició tu relación con la música y con el canto?
-Para mí cantar siempre fue algo muy orgánico, algo que no razonás. Estoy muy vinculada con la música desde siempre, no como algo aislado, como algo a querer hacer sino como algo que ya está en uno. He cantado toda mi vida, desde que tengo uso de razón solo que en la secundaria se formalizó. Cuando todos empezamos a mirar qué carrera seguir yo me vi probándome en bandas pasando por muchos estilos, formando bandas de varios géneros… de repente me vi así, como envuelta en la música, la música era mi prioridad, mi carrera, mi destino. Comencé a la inversa, me formé a mí misma, me enseñé a mí misma y luego empecé a buscar la técnica, el estudio, tomando clases con diferentes referentes. Empecé a viajar con compañeros de canto lírico, buscando la técnica vocal, me mudé a Buenos Aires, estuve viviendo cinco años allí, estudiando con diferentes docentes de la carrera del Teatro Colón de Buenos Aires y con mi profe particular Omar Carrión y siempre alternando con el contacto, con el poner todo lo que uno puede estudiar, aprender, en práctica.
La música te permite tomar un sentimiento una idea y en base a eso de repente crear algo y eso es magnífico porque de alguna forma vos, estás aportando algo que no existía. Desde ese lugar me parece que la música me permitió crearme a mí misma desde lo que soy y desde lo que he heredado.
-Has pasado por muchos géneros pero vos te definís como un artista clásical crossover. ¿Qué es el crossover y cómo llegaste a dedicarte a él?
-El crossover es una fusión de estilos. La humanidad siempre necesita un nombre para definir todo y cada estilo tiene en su riqueza, su pureza. El crossover permite funcionar. Es como agarrar una paleta de colores, tomar los colores y mezclarlos. Cómo llegué… creo que a veces las crisis son buenas, se sacan cosas buenas de ellas. Me pasó eso de entrar en crisis, preguntarme ¿al final qué hago? porque hago rock, pero estoy cantando en un coro de ópera y cantando un aria como solista, o heavy metal. Así vi que sí se puede hacer de todo un poco, el objetivo es crear algo bonito, algo bello y encontré en el crossover el amparo, el refugio, la síntesis de los géneros que me gustan. La vida me fue llevando a ser crossover, no es algo que yo decidí. Mi vida es crossover. Creo que el género me ha acariciado el alma.
-¿Cuánto de las cualidades de tu voz, lo natural, y cuánto de la formación se combinan para poder hacer ese género que me da la sensación de que no es sencillo?
-No es sencillo, hay toda una impostación, proyección de la voz en lo que es la lírica y uno se enfrenta crudamente a eso cuando va a grabar. Es donde te das cuenta que si bien hay algo orgánico, uno nace con un instrumento, cuanto más lo comprenda más lo puede utilizar. Hay muchas cosas que vienen naturalmente y otras que se adquieren, pero es una fusión. Te das cuenta de a los lugares a los que tenés que ir para encarar y para hacer que el sonido salga conductual y salga prolijo y sobre un carril, que no se desborde y uno pueda controlar todo eso.
-¿Cómo es tu proceso creativo?
-Cuando me pasan el material me gusta escucharlo y cantarle arriba lo primero que me transmita la música. Me encanta el contacto primordial con la música, no pensar qué forma le daría sino ir a la esencia pura. Tiene que haber un sentido y pienso que ese sentido es central, nuclear siempre compongo desde ese lugar, si me moviliza, si hay algo que va por ahí y a lo que me conecta desde el corazón, que conmueva, más allá del género, de la letra o del porqué, porque las letras siempre tienen interpretación más allá de lo literal.
-¿Sentís que es tu misión en la vida generar esas sensaciones?
-No sé si la misión. Yo siento que es un puente, una forma de conectar. La música es divina pero humana al mismo tiempo y nos conecta, entonces es esa manera de poder abstraernos un poco de todo lo superficial, de todo lo banal, incluso de lo triste o decadente. La música es una herramienta que tenemos para poder escapar un poco y es sanadora, eleva el espíritu. Yo pienso que a través de la música, tal vez, mi destino no es más que ayudar a que otras personas a lo mejor con el ejemplo se atrevan y lo hagan.
-Has nombrado a tus maestros, referentes. ¿Qué importancia han tenido?
-Mis maestros han tenido una importancia trascendental Omar Carrión ha sido un gran pilar, ha podido alentarme y con honestidad guiarme en los procesos, mecanismos, incluso hasta la generosidad de recomendarme estudiar con una profesora por una cuestión de anatomía. Los referentes son importantísimos porque uno escucha, practica, imita. Hay muchos procesos que son orgánicos internos y más allá de lo escrito uno los va decodificando, pero un buen maestro es fundamental porque te puede dar muchas herramientas que en un momento quizás las entendés pero no las podés absorber o utilizar, pero pasa el tiempo y te encontrás riendo y recordando “esto era lo que me dijo”, y lo podés usar. Te dan herramientas muy valiosas que te refuerzan, te dan fuerza, te ayudan porque siempre van muy de la mano con lo emocional. La vida del artista siempre va muy de la mano de los procesos emocionales entonces es muy importante un buen aliento, y mucho más si además trae toda la maestría y el conocimiento
-Este año tuviste muchos desafíos, fuiste premiada. ¿Cómo se dio tu llegada a Dubai?
-Fue un año intenso, de esos que decís ¡wow! Recibir la premiación estrella de la noche fue muy movilizador, pero desde un lugar de paz y de tranquilidad. Mis ancestros son árabes y estar allí con toda esta cultura y conectar a través de la música con esas raíces es intenso, fuerte.
La ceremonia fue magnífica, estuve con grandes figuras del mundo, fue una fusión de moda y música, una gran fiesta y en lo personal, cantar para ellos, cómo me recibieron, ser invitada, ser premiada, traer este reconocimiento a Mar del Plata fue muy nutricio.
-¿Estás trabajando en nuevo material?
-Prontito voy a estar lanzando una canción. Tengo pensado lanzarla para las fiestas, una gran canción con un mensaje hermoso, esperanzador, en colaboración con un violinista norteamericano, como un preludio de lo que será mi próximo álbum. Siempre estoy trabajando en cosas nuevas, con artistas de afuera también. Siempre se ha dado eso de compartir música con Finlandia, con Alemania, con Italia, con Estados Unidos, con Mar del Plata por supuesto.