Por Matías Varela

Incertidumbre, expectativa, nervios, ilusión, euforia, alegría, decepción, tristeza y esperanza. Todas esas emociones y más fueron las que se vivieron en la noche de este domingo en el búnker de Encuentro Marplatense.

El sitio elegido para convocar a la militancia, y a los medios de comunicación, fue un hotel ubicado en la calle 9 de Julio al 2700 que abrió las puertas de uno de sus salones principales a partir de las 18.

Lentamente comenzaron a llegar los invitados entre los que se repetía una pregunta que, por el momento, no tenía respuesta: “¿Qué va a pasar hoy?”.

La incertidumbre era total y con el paso de un par de horas, ante la ausencia de datos oficiales y extra oficiales, los nervios comenzaron a crecer.

Los presentes, muchos de ellos con la camiseta de la Selección Argentina, se agolpaban en una tensa espera frente a los televisores que transmitían los noticieros nacionales y locales.

La noche transcurría con tranquilidad hasta que llegó una noticia que se celebró como un gol, cuando un canal capitalino informó que Axel Kicillof había hecho una gran elección y, con cerca del 45% de los votos, se encaminaba hacia la reelección.

El segundo “grito de gol” y lluvia de aplausos llegó con la noticia de que Sergio Massa había sido el candidato más votado y se aseguraba su lugar en el balotaje ante Javier Milei.

“Primó el sentido común y cuando uno hace las cosas bien, este es el resultado”, le manifestó en este contexto a LA CAPITAL un gremialista afín al peronismo que se encontraba presente en el lugar.

Con este panorama, creció el entusiasmo y los militantes, al grito de “Massa presidente” y alzando los dedos en v, se ilusionaban con que Raverta pueda dar el golpe y destronar a Guillermo Montenegro de la intendencia de General Pueyrredon.

Esa expectativa se prolongó por algunos minutos, hasta que las pantallas que proyectaban las noticias locales informaron los primeros resultados locales, en los que Juntos por el Cambio se imponía por unos cinco puntos sobre Encuentro Marplatense.

Esa decepción duró algunos instantes porque rápidamente ingresó al salón Fernanda Raverta, acompañada por Gustavo Pulti, quien fue recibida con una ovación y tardó varios minutos en llegar al escenario principal por los abrazos y los besos que recibía de parte de los militantes.

Tras brindar un discurso en el que reconoció su derrota, Raverta, al borde de las lágrimas de emoción, les agradeció a todos los que colaboraron en la campaña y en la jornada electoral.

Pulti y Raverta brindaron un discurso a la militancia.

Rápidamente, los dirigentes y los militantes, se encolumnaron en un mismo objetivo: comenzar a trabajar para que Sergio Massa logre ganar el balotaje y se convierta en el próximo presidente de los argentinos.

Los dirigentes se fueron del hotel y los presentes se quedaron cantando la marcha peronista o bailando los “jingles” que sonaban por los altoparlantes.

La fiesta continuaría en las afueras del hotel, con bombos, banderas y cánticos en una escena que se asemejaba a la de una hinchada de la de un equipo de fútbol que realiza un banderazo para alentar al club de sus amores en la previa de un partido definitorio.

El partido definitorio se jugará el próximo 19 de noviembre y esta hinchada no alentaba por un título o por un trofeo. Alentaba para que se haga realidad el grito y su deseo de “Sergio presidente”.

Los cánticos de los militantes continuaron en las afueras del hotel céntrico en el que se concentraron.