Sol, solecito,
caliéntame un poquito
por hoy, por mañana,
por toda la semana.
(Canción popular infantil)

Por Romina Sonzini (*)

Abel no habla, no sonríe. Abel regala soles. Soles que llenan cajones y construyen pilas más altas que las puertas. Soles que brillan e iluminan. Soles que despiertan sonrisas. Soles que permiten recuperar la esperanza perdida.

“Abel regala soles” es un libro desafiante que nos permite ingresar en el mundo de una infancia, la de Abel, y de quienes lo acompañan en su crecimiento. Esta historia nos enfrenta a la complejidad de comprender la singularidad de un niño que tiende puentes para comunicarse con quienes lo rodean: su papá, su mamá, las vecinas, la maestra, el bibliotecario, el perro, el gato y la tortuga… Una comunidad atravesada por los rayos de los soles de Abel que, por un momento, naturalizan este gesto hasta invisibilizarlo. Pero la llegada de una nueva vida logra cambiarlo todo.

Como sucede con los libros de Istvansch, al ingresar a esta historia nos encontramos con una obra de arte que se construye no solo a partir de un texto profundamente poético, sino también de la mano de un extraordinario trabajo de ilustración. En palabras del autor integral, “todo (pero todo-todo) en mis dibujos está hecho con tijera y papel, hasta el más mínimo circulito. Cuando los tengo listos los hago fotografiar, me encanta que se vean las sombras que los papeles proyectan entre sí (en este libro vas a ver que los soles de Abel parecen flotar en el aire…)”.

En cuanto a la propuesta editorial, se destacan ciertos guiños vinculados a la colección en la que se incluye este título, “Serie del Boleto”, que invita a las y los lectores a ser parte de un viaje en el que pueden interactuar calificando la travesía y también utilizando un boleto extra (en formato QR) que invita a ampliar el recorrido.

(*) Miembro de la ONG Jintanjáfora. Redes sociales para la promoción de la lectura y la escritura.