Ingeniera marplatense desarrolló un método para degradar nanoplásticos en agua
Junto a un equipo de ambientólogos y químicos, Carla di Luca participó de una investigación clave para avanzar en la gestión de los residuos plásticos en el planeta, uno de los principales desafíos medioambientales del siglo XXI.
Orgullo local: la ingeniera Carla Di Luca, junto a un equipo de profesionales de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) y la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMdP) desarrolló un método para degradar nanoplásticos en agua.
Di Luca es marplatense, doctora en Ciencias de Materiales, ingeniera química y becaria del Conicet en el Instituto de Investigaciones en Ciencia y Tecnología de Materiales (INTEMA). Se desempeña en la Facultad de Ingeniería de la UNMdP y, en la actualidad, obtuvo una beca postdoctoral en Madrid para llevar a cabo la investigación.
El objetivo del trabajo apunta a explorar la aplicación de distintas tecnologías de tratamiento avanzadas sostenibles para degradar micro y nanoplásticos en agua. En un estudio recientemente publicado en el Journal of Environmental Chemical Engineering, se pudo demostrar la efectividad del tratamiento “foto-Fenton” para la degradación rápida y completa de nanoplásticos de poliestireno en condiciones ambientales.
Según indicó el sitio Europa Press, el método que se investiga utiliza una fuente de luz (radiación UV-Vis) con bajas concentraciones de hierro (como catalizador homogéneo) para activar la descomposición del agua oxigenada (H2O2) en especies altamente oxidantes.
Estas especies pueden degradar distintos contaminantes persistentes en moléculas inofensivas, como dióxido de carbono y agua, operando en condiciones ambientales.
Los resultados, que fueron publicados en el “Journal of Environmental Chemical Engineering”, revelan que el proceso “foto-Fenton” logra una degradación completa y rápida de nanoplásticos de poliestireno en agua. Esto supera significativamente los niveles de eliminación de otros procesos fotocatalíticos mencionados en estudios anteriores.
Además, este tratamiento puede adaptarse a mayores concentraciones de nanoplásticos y a partículas de mayor tamaño, ajustando la dosis de reactivos y prolongando el tiempo de tratamiento.
Con base en estos hallazgos, el proceso foto-Fenton presenta un alto potencial como etapa de purificación (tratamiento terciario) en las instalaciones de las Estaciones Depuradoras de Aguas Residuales (EDAR).
“Este método podría combinarse con procesos de separación tradicionales, como la filtración con membranas, para mejorar la degradación de contaminantes plásticos, reduciendo su dispersión y su impacto, y garantizando la producción de agua regenerada de alta calidad”, declararon los autores de la investigación.
Aparte de Di Luca, el estudio contó con la participación de Jorge Garcia, David Ortiz, Macarena Munoz, Jaime Carbajo, Zahara Martínez de Pedro y José Antonio Casas de Pedro, en colaboración con la empresa de base tecnológica CAPTOPLASTIC S.L.
El desafío de los residuos plásticos
Gracias a sus propiedades, los plásticos son omnipresentes en nuestro entorno y se han convertido en un pilar esencial de la “cultura del descarte”. Para contextualizar, en 2021, la producción mundial de plástico alcanzó casi 390 millones de toneladas, y se prevé que esta cifra se duplique en las próximas dos décadas.
En este panorama, la excesiva producción y la inadecuada gestión de los residuos plásticos emerge como uno de los principales desafíos medioambientales del siglo XXI. La vida útil de los productos plásticos varía desde un día (plásticos de un solo uso) hasta más de 50 años. Al desecharse, sólo el 12% se utiliza para recuperación energética, el 9% se recicla, el 8% termina en vertederos y, lamentablemente, un 71% se dispersa en el medio ambiente.
Esta situación representa una grave amenaza para los ecosistemas, ya que estos materiales pueden persistir durante años, tardando décadas o incluso siglos en degradarse.
Una vez en el medio ambiente, los residuos se fragmentan en microplásticos (< 5 mm) y nanoplásticos (< 1 mm). La dispersión de nanoplásticos es especialmente alarmante, ya que, debido a su tamaño, pueden penetrar membranas biológicas y afectar el funcionamiento celular, causando daños en los seres vivos.
El agua es el principal medio de transporte de micro- y nanoplásticos en el ambiente. Las Estaciones Depuradoras de Aguas Residuales (EDAR) han sido identificadas como puntos críticos en la propagación de esta contaminación.
Aunque las actuales instalaciones de las EDAR pueden eliminar más del 90% de los contaminantes plásticos, la cantidad liberada en cuerpos de agua sigue siendo preocupantemente alta. Por ello, es urgente desarrollar nuevas tecnologías de tratamiento de agua que prevengan la emisión de micro- y nanoplásticos desde las EDAR.