Por Sebastián Arana

Los hinchas quilmeños se fueron felices de la vida con el perimetral Lisandro Fernández, quien se ganó a todos con carácter, potencia y decisión. Defendió más que aceptablemente, consiguió robos, corrió bien el contraataque y atacó el aro con resolución. No la metió de tres puntos, pero aportó tanto en los rubros tangibles e intangibles que perfectamente se le disculpa. Fue, con 19 puntos, el segundo goleador de su equipo y del clásico.

Emilio Giménez, en menor medida, causó otra buena impresión. El alero estuvo a la altura defensivamente y mostró un poder de gol interesante de tres puntos (3/8). A diferencia de Fernández, cuyo aporte fue en ascenso, lo mejor lo dio en el primer cuarto.

Rodrigo Acuña, contra un pivote de Liga como Mogga Lado, no lo hizo mal. Le costó el primer tiempo y se fue afirmando en el segundo. Fue importante en la marcada mejoría defensiva quilmeña del complemento; en tanto que su participación ofensiva fue acotada.

Por último, a Tomás Verbauwede, el único de los recién llegados que vino desde el banco, con menos minutos, todo le costó más. No tomó casi decisiones ofensivas, pero no le escapó al sacrificio.

Los nuevos “milrayitas”

A la hora de las presentaciones, usualmente la de los extranjeros generan las mayores expectativas. Ninguno estuvo cerca de colmarlas.

Robert Whitfield, llegado hace dos días a Mar del Plata, como es lógico, lució desconectado del resto del equipo y apenas tomó decisiones. La participación de Mogga Lado, por su parte, fue más consistente, pero estuvo limitada por la acumulación de faltas personales: lo suyo fue voluntad para hacer el trabajo sucio y algo de presencia rebotera. Recibió poco juego en ataque y falló más de lo que acertó desde la línea.

De los nacionales, Julián Ruiz tuvo un segundo cuarto muy interesante. Ahí mostró buena defensa y capacidad de mando para dirigir el ataque. No lo acompañaron los porcentajes de tiro y se fue diluyendo. El otro aprobado fue Octavio Sarmiento, reemplazo de Al Thornton en la inicial. Contribuyó con doce puntos y mostró una capacidad atlética interesante.

Del resto, Julián Morales tomó pocas decisiones. Y el pivote Francisco Filippa apenas jugó un puñado de minutos y salió lesionado tras realizar un gran esfuerzo para evitar que un balón se vaya por el costado.