Un recluso de Batán, que cumplía una pena por asesinar a su hijastro de 2 años en 2014, recibió una nueva condena por un caso de “sextorsión” cometido desde su propia celda contra un hombre de Balcarce.

José Luis Liberti (29) recibió otros 5 años de prisión de parte del juez Ricardo Perdichizzi, integrante transitorio del Tribunal Oral N°1, al acomprobarse que en marzo de este año se había hecho pasar por una mujer por Facebook e intercambiado fotografías eróticas con un usuario para luego extorsionarlo bajo amenaza de una denuncia por “grooming”.

En la sentencia el juez Perdichizzi resolvió que la hermana y la madre de Liberti, quienes habían cobrado a la víctima 30 mil pesos y le habían sustraido el teléfono celular, deberán devolver indemnizarlo por esos valores y se les suspendió el juicio a prueba durante dos años por ser partícipes secundarios.

El caso, uno más de extorsión virtual o “sextorsión” que se comete desde la cárcel de Batán desde que se permite el uso de telefonía celular a los presos, se registró el 7 de marzo último, cuando un hombre aceptó la invitación de “amistad” de una usuaria llamada “Brenda Díaz”. Lo que hasta ese momento aparentaba ser una actividad normal dentro de la red social como es aceptar el seguimiento mutuo luego se transformaría en un problema de proporciones para el hombre.

Tal como pudo reconstruir el fiscal Rodolfo Moure -el mismo que había condenado a Liberti por el homicidio del niño- Liberti era quien estaba detrás del perfil de “Brenda Díaz” y había urdido la maniobra para extorsionar al hombre. Vale decir que la foto de “Brenda Díaz” pertenecía a una mujer atractiva y la víctima no pudo resistirse a sus encantos virtuales, al punto pasar de una conversación formal a otra de contenido erótico que incluyó el intercambio de fotografías.

En la despedida, “Brenda Díaz” le pidió el teléfono para seguir la charla por ese medio y el incauto hombre lo entregó. Poco después Liberti lo llamó y le dijo que era el padre de “Brenda Díaz”, y que ella en verdad era una adolescente, por lo que lo iba a denunciar. Para evitar llegar a ese punto, Liberti le exigió dinero a cambio y el hombre aceptó llevarlo hasta una casa de calle 37, entre calle 2 y Maipú de Balcarce.

En ese domicilio el extorsionado debió entregar su teléfono y 35 mil pesos, pero tras retirarse se dio cuenta de lo que había sucedido y realizó la denuncia que en mes de una semana logró esclarecerse.

El fiscal Moure obtuvo prueba suficiente para allanar la celda 27 del pabellón 14 de Batán y la vivienda de la entrega.

El asesinato

El 24 de septiembre de 2014, en el interior de una precaria vivienda de calle 104 al 700 de Balcarce, Liberti le propinó una paliza al niño Dylan Stio (2), que era el hijo de su pareja. Para ello se aprovechó que la madre del niño se había dirigido a una sala de salud con el objetivo de buscar un turno para hacer atender al pequeño.

A raíz de la golpiza recibida, Dylan presentó equimosis y hematomas en la región craneal y tronco, fractura de hueso radio derecho, metafisaria distal en tallo verde, compresión de cuello de intensión asfíctica, desgarro de la vena cava y hepático, todo lo cual le provocó un shock hipovolémico que le causó la muerte casi en forma inmediata.

En marzo de 2016 los jueces Aldo Carnevale, Pablo Viñas y Alexis Simaz se basaron en el informe y testimonio del médico legista Gerardo Chiodetti para condenar a 18 años de prisión a Liberti. Es que al no haber testigos del hecho y para confrontar la versión exculpatoria de Liberti, quien acusó a la madre del niño, los dichos científicos de Chiodetti fueron determinante.

La condena Liberti la cumple en la cárcel de Batán y desde la pandemia por covid tenía uso de teléfono celular. Ahora con esta nueva sentencia se lo declara reincidente y pierde el beneficio de la libertad condicional a la que podía aspirar en el año 2026.