Por Leonardo Rodríguez

No estaba dentro del lote de candidatos a quedarse con el Torneo Oficial. Tal vez otros equipos, como el propio Unión, Kimberley o Peñarol partían con favoritismo, pero Quilmes consolidó un grupo compacto, aprovechó su localía al máximo y, sobre todo, potenció a muchos juveniles para volver a festejar un título a quince años de su última consagración en el ámbito de la Asociación Marplatense.

El impulsor de este crecimiento fue su joven técnico, Juan Izarra. Con sólo 22 años asumió la responsabilidad de dirigir al equipo de primera hace muy pocos meses y los resultados no tardaron en llegar. Primer torneo dirigido fue sinónimo de primera consagración. El entrenador, visiblemente emocionado, dialogó con LA CAPITAL luego de los festejos.

-Hacía mucho tiempo que a Quilmes le resultaba particularmente difícil llegar a definiciones en el torneo de primera local. ¿Te sorprendió?
-La verdad fue que esto no lo esperábamos. Cuando agarré el equipo hace cuatro meses la idea era mejorar lo que se había hecho en la primera mitad del año. Pero cuando fueron pasando los partidos nos dimos cuenta de que podíamos. A pesar de la juventud del grupo, y también la mía, empezamos a confiar y una vez que llegamos a los play-offs queríamos hacer historia.

-Siempre resulta interesante saber por dónde pasó el secreto de la consagración. ¿Cuáles fueron las claves?
-La prioridad que tenía cuando asumí era formar un grupo y un equipo de básquetbol. Después en las victorias o derrotas, el responsable iba a ser yo. A Quilmes en la primera local hace años que le costaba hasta juntarse para entrenar porque no era la prioridad. Era una oportunidad muy linda que tenía para poder cambiar ese pensamiento. Por suerte armamos un grupo de doce jugadores e hicimos un equipo fuerte sin egoísmos. Creo que esa fue la clave.

-¿Les tocó el rival más duro para jugar una final?
-Por Unión hay que sacarse el sombrero porque es un club histórico en el ámbito de la primera local. El “Gallego” (Norberto De Paz) hace rendir muy bien a sus equipos y fue una serie muy dura. Sabíamos que se podía perder por veinte puntos en su cancha, cómo en definitiva ocurrió. Pero nuestra ventaja fue la localía porque en este segundo
semestre no perdimos ningún partido en casa. Ganarle a Unión tiene un sabor especial porque en los últimos años ellos son los reyes de esta categoría.

-En este último partido se les complicó y recién pudieron jugar bien en el cuarto final…
-Sí, arrancamos trabados en ataque porque ellos defienden muy bien y entonces tomé la decisión de jugar aclarado para Jeffrey (Merchant) porque nuestra ofensiva no tenía dinámica. Esa misma táctica la utilizamos en el primer partido y también nos dio resultados.

-¿Ahora ya pensás en el futuro?
-Veremos que equipo podemos armar para el año que viene. La idea es no desmantelarnos y trabajar con la misma filosofía. Porque de esta manera pudimos salir campeones.