Opinión 16 de diciembre de 2016
La Iglesia puso en primer plano el “peor rostro” de la Argentina
Por Guillermo Villarreal para DyN
En su mensaje de Navidad, la Iglesia puso en primer plano el “peor rostro” de la Argentina. Una realidad que, advierten los obispos, la dirigencia intenta disimular o poner bajo la alfombra: casi 14 millones de pobres, entre ellos 5 millones de niños, la muerte de una persona cada diez horas por desnutrición y uno de cada diez argentinos abiertamente desocupado.
Un cuadro social de lleva más de una década, pero que en un año el gobierno de Mauricio Macri incrementó -1,4 millones de nuevos pobres y 130.000 fuentes de trabajo perdidas- con medidas para resolver los desajustes macroeconómicos que, según la Universidad Católica Argentina (UCA), “no han tenido la respuesta esperada”.
Todo bajo la mirada atenta del papa Francisco, quien, a través de sus interlocutores en Buenos Aires, dejó trascender su preocupación por la toma de deuda que han hecho la Nación y las provincias, el déficit fiscal, la recesión persistente y los muchos argentinos “excluidos” en la tierra bendita del pan.
El mensaje navideño que la Conferencia Episcopal Argentina difundió el miércoles, en medio del debate legislativo y los cruces por Ganancias, no fue un documento más, sino una crítica punzante a la incapacidad de la dirigencia a dialogar y buscar consensos.
“Como pueblo necesitamos sentarnos a la mesa, disponernos para el diálogo responsable y permanente, y así fortalecer nuestra aún frágil convivencia ciudadana”, aseveraron los obispos.
El documento eclesiástico también fue una exhortación a la clase política a desterrar “los intereses electorales”, “los cálculos mezquinos” y “la especulación financiera” en pos del bien común de los argentinos. Y un llamado apremiante a los empresarios para que inviertan en empleo digno y bien remunerado.
No fue casual que el texto episcopal se conociera un día antes de que el Observatorio de la Deuda Social de la UCA revelara en un informe que la desocupación alcanzó al 9,9% en el tercer trimestre del año, que los subocupados rondan el 18% y que la precariedad laboral afecta al 54% por ciento de los trabajadores.
Tampoco fue aleatorio que el rector de la UCA, monseñor Víctor Manuel Fernández, haya dicho en la presentación del estudio sobre “Empleo, Precariedad Laboral y Desigualdades Estructurales” que el Observatorio de la casa de altos estudios continuará difundiendo sus reportes pese al sinceramiento del nuevo Indec.
“No es conveniente que sólo el Estado indague, procese, analice y comunique información sobre temas sociales, especialmente sobre la pobreza”, advirtió el prelado, al dar otras seis razones para seguir con los estudios estadísticos de la UCA.
Los mismos trabajos de investigación sobre las deudas sociales no saldadas que la gestión kirchnerista ninguneo y contradijo durante la llamada “década ganada”.
Monseñor Fernández, considerado por propios y extraños el interlocutor “más confiable” de Jorge Bergoglio, sostuvo que proseguirá con sus informes sobre narcotráfico, infancia, tercera edad, desempleo y precariedad laboral.
Asimismo, adelantó que en marzo se dará a conocer un nuevo análisis de la pobreza, pero no sólo por ingresos, sino desde una mirada “multidimensional”.
Tampoco fue casualidad que este jueves se haya presentado en sociedad la Red de Industriales y Emprendedores Laudatistas (RIEL), un espacio que, según sus promotores, busca “generar trabajo, respetando la dignidad de las personas y el cuidado de la casa común”. Ni que en el acto en un convento franciscano porteño haya estado monseñor Marcelo Sánchez Sorondo, uno de los colaboradores inmediatos de Francisco en la Santa Sede.
Con las cartas sobre la mesa de una realidad social que “duele”, los obispos que integran la mesa ejecutiva del Episcopado, encabezada por monseñor José María Arancedo, llevarán el martes el mensaje de Navidad al presidente Macri.
No se descarta que, en ese contexto, la Iglesia haga un nuevo llamado a “ponerse la Patria al hombro” como reclama a viva voz el papa Francisco.